Las empresas de inserción son una figura clave en la Economía Social por su labor de promoción del acceso al mercado laboral de personas con baja empleabilidad, en situación vulnerable o en riesgo de exclusión. En Cantabria estas empresas se han unido en una asociación que busca visibilizar su labor y defender sus intereses. Con el punto en común del objetivo de inserción laboral que recoge su propia naturaleza, el abanico de actividades que cubren es amplio y variado, desde la elaboración de repostería y el servicio de cátering al comercio textil, pasando por el ‘merchandising’, el lavado industrial o el reciclaje.

Cristina Bartolomé |  @criskyra | Marzo 2024

En el ámbito legal, las empresas de inserción son sociedades mercantiles o cooperativas que, debidamente calificadas por los organismos autonómicos, realizan cualquier actividad económica cuyo objeto social sea la integración y formación sociolaboral de estos colectivos. Pedro Tresgallo es el presidente de la Asociación Cántabra de Empresas de Inserción (ACEI), la agrupación creada para representarlas, y también director de una de las entidades fundadoras, la Fundación Cuin. El objetivo de estas empresas –que nunca tienen un carácter lucrativo, recalca– es acompañar a colectivos vulnerables hasta la inserción sociolaboral, siendo su situación valorada previamente por los servicios sociales. “Estas empresas contratan a estas personas con un contrato ordinario. Además, tenemos la obligación de poner en marcha un itinerario de inserción laboral en el que se trabajan capacidades y conocimientos que mejoren la empleabilidad, y se ha de desarrollar en un período máximo de tres años”.

Tras más de 20 años de experiencia en el sector, Pedro asegura que en este camino los trabajadores mejoran sus capacidades, aprenden a ser puntuales, a convivir y formar equipo. Así tienen más capacidades para pasar a la empresa ordinaria. “El objetivo es dignificar su vida con un trabajo y cobran según convenio”, resume. En toda España hay cerca de 200 empresas, en Cantabria únicamente cuatro: “Somos una comunidad que se ha incorporado un poco tarde a esta aventura de la economía social”, matiza. En comunidades autónomas, como el País Vasco, Andalucía, Navarra, La Rioja, hay muchísimas empresas de inserción en sectores tan variados como el reciclaje, construcción, comercio, servicios, confección, hostelería o jardinería.

La mayor dificultad a la que se enfrentan estas empresas es la sostenibilidad económica, asume Pedro: “No tenemos demasiadas ayudas. Por ejemplo, en relación con los centros de empleo especial para personas con discapacidad, tienen una bonificación del 100% de la Seguridad Social. Nosotros solo tenemos un 7%”. Frente a esa situación, la realidad es que al menos un 50% de la plantilla son personas en riesgo de exclusión, que cobran como cualquier otro trabajador: “Como si ya estuvieran capacitadas y con conocimientos al 100%, aunque realmente en muchos casos el rendimiento no es de ese 100%”. Además, y como en cualquier otra empresa, para ser sostenible es preciso ser competitiva: “En calidad lo somos, pero en algunos casos resulta difícil serlo en precio, ya que el rendimiento profesional no es al 100%”.

“No tenemos demasiadas ayudas. Por ejemplo, en relación con los centros de empleo especial para personas con discapacidad, tienen una bonificación del 100% de la Seguridad Social. Nosotros solo tenemos un 7%”. Pedro Tresgallo, presidente de la Asociación Cántabra de Empresas de Inserción (ACEI)

La Unión Europea y la legislación española prevén que las entidades públicas y muchas privadas reserven una parte de los contratos para las empresas de economía social, pero en muchos casos, lamenta el presidente de ACEI: “Como ejemplo, en Cantabria el único ayuntamiento que tiene un contrato para empresas de inserción es el de Santander, y las condiciones de licitación depositan todos los criterios en el precio. Creo que tenemos que valorar otros que para la sociedad son muy válidos, como los de productos de cercanía, de entidades sociales y de utilidad para la sociedad”.

Tresgallo defiende que las empresas de inserción son “tremendamente competitivas” porque contratan a personas que en muchos casos venían cobrando una prestación como mínimo de 480 euros y que dejan de percibirla y pasan a ser contribuyentes y cotizantes. Considera que esto se debe tener en cuenta de cara a apoyar desde la Administración y desde las entidades públicas y privadas a las empresas de inserción.

Algunos datos son reveladores: en 2022 las empresas de inserción contrataron en España a más de 8.000 personas, de las cuales cerca de 5.000 eran de difícil empleabilidad o en riesgo de exclusión; el resto, en torno a 3.000, eran técnicos que las acompañan y que también realizan parte de los servicios de estas empresas. En cuanto al retorno, se contribuyó a la Seguridad Social con más de 7.000.000 de euros, y se contribuyó a las arcas públicas con otros 8 millones en concepto de IRPF.

ACEI nace en 2022 y está compuesta por 3 empresas: Ecolabora, cuyo promotor es Cáritas Santander, dedicada a la recogida de ropa usada en los contenedores distribuidos por la región y su posterior venta en locales propios bajo el nombre de Moda Re-; Plis Servicios, promovida fue en su día por la Asociación Cántabra de Lucha Contra el Paro Brumas y hoy dentro de la Fundación Cuin, que se dedica a la limpieza industrial y ecológica de vehículos y cuenta además con un sistema integral de gestión y reciclado de papel; e Incluye Cantabria, cuya promotora es la Fundación Cuin, y que tiene el obrador El Lambión en Revilla de Camargo, que elabora pastelería y repostería y cuenta con un catering que ofrece servicios para empresas y entidades públicas y privadas de Cantabria. Además de estos proyectos fundacionales, en 2023 se incorporó a ACEI uno más que pertenece a la Cocina Económica y que ahora está culminando el proceso de acreditación definitiva.

Obrador El Lambión, alternativa laboral tras el acogimiento en Fundación Cuin

Pedro Tresgallo, presidente de la Asociación Cántabra de Empresas de Inserción (ACEI) y director de la Fundación Cuin, promotora del Obrador El Lambión. Foto: Nacho Cubero.

La Fundación Cuin para la Ayuda y la Protección de la Infancia y la Juventud de Cantabria nació como asociación en 1993. Según recuerda Pedro Tresgallo, director de esta fundación. En ese momento el Gobierno de Cantabria gestionaba macrocentros que albergaban hasta a 100 chicos y chicas juntos aunque divididos por edades y por sexos que tenían que salir de sus domicilios por diferentes cuestiones, principalmente socioeconómicas o de desestructuración familiar. Entonces propusieron al gobierno regional tener una casa para acogerlos que se ubicó en Piélagos y acogió a ocho jóvenes con el criterio de que fueran grupos de hermanos. Los educadores vivían con ellos durante todo el tiempo y trataban de emular una familia. “Después, con el avance social, todas estas cuestiones cambiaron muy rápido y en el año 2000 nos transformamos en fundación y cambiamos un poco nuestro ámbito de intervención, ya que era muy importante profesionalizarse y especializarse”. La Fundación Cuin se centra entonces en el trabajo socio educativo, en chicos y chicas que tienen que salir de sus casas y que en ocasiones presentan problemas de conducta. “Y es ahí donde seguimos trabajando en pequeños grupos, pero de una manera mucho más profesionalizada e individualizada”.

Con ese objetivo, pero ya en 2021, comenzaron “una gran aventura” que fue poner en marcha una empresa de inserción que diera continuidad a la labor que se realizaba: “Nos dimos cuenta de que había jóvenes que no podían volver a sus domicilios después de pasar por nuestros hogares y que necesitaban un apoyo, y así, pasan a un piso donde intentamos apoyarles, con la colaboración del Gobierno de Cantabria, hasta los 21 años. Pero nos encontrábamos con la grandísima dificultad de que generalmente tienen escasa preparación académica y habilidades personales para incorporarse a un empleo ordinario”. La Fundación Cuin, explica Tresgallo, buscaba un empleo para ello, pero lo habitual es que no se consolidara porque los jóvenes no tenían realmente la capacidad necesaria para ello. Tras conocer la experiencia de otra entidad, la Asociación Cántabra de lucha contra el Paro Brumas, se decidieron  a poner en marcha una empresa de inserción que les diera un primer empleo y les preparase para incorporarse al mercado laboral. “De esa idea nació en 2022 El Lambión, produciendo panadería, repostería y pastelería y donde ya trabajan ocho personas, tres técnicos y cinco jóvenes que estuvieron con nosotros. Otros ya trabajan en el mercado ordinario tras El Lambión”.

Luimar Incluye, la empresa de inserción social de la Cocina Económica

Jesús Castanedo, director técnico de Luimar Incluye. Foto: Nacho Cubero.

Desde 1908 las Hijas de la Caridad gestionan el conocido proyecto social de la Cocina Económica.  Lo iniciaron para responder a la situación de pobreza y vulnerabilidad en la capital de Cantabria y desde entonces se ha ido adaptando a las circunstancias que han surgido, siempre con una serie de criterios muy claros, subraya Jesús Castanedo, director técnico: el respeto a la dignidad de las personas y la apuesta por los más pobres, siguiendo el pensamiento de los fundadores de la Compañía de las Hijas de la Caridad, San Vicente de Paúl y Santa Luisa de Marillac.

En el momento actual, la Cocina Económica tiene tres líneas de actuación: acompañar a las personas vulnerables en todos sus procesos, responder a las necesidades básicas de alimentación, higiene, salud y alojamiento y, por último, el desarrollar las capacidades de estas personas en riesgo de exclusión. “Por eso hemos venido desarrollado los talleres ocupacionales, que es lo que ha desembocado en la empresa de inserción”. Así nace a finales de 2022 Luimar Incluye, Empresa Social Vicenciana SL.

Los talleres ocupacionales, recuerda Jesús Castanedo, surgieron en 1995: “Trabajamos mucho para perfeccionar todas nuestras competencias y facilitar que las personas pudieran desarrollar sus capacidades”. Un esfuerzo que les permitió participar en mercadillos y vender sus productos “hasta que por la calidad de lo que hacíamos vimos que podíamos crear una empresa y salir al mercado, facilitando que las personas pudiesen ser contratadas”.

En los cuatro talleres nacidos de este proyecto se realizan trabajos de cartonaje y encuadernación, se elaboran alpargatas y textiles –”que nos han permitido apostar por que estas personas entren en el mercado laboral, muy competitivo y complicado”, destaca–  y se hace ‘merchandising’ personalizado de empresas. “Las empresas de inserción tienen la particularidad que en tres años estas personas tienen que estar en el mercado ordinario y ese es nuestro reto”. El primer objetivo, recalca el director técnico, es maximizar el número de puestos de trabajo de personas de inserción: “Para nosotros es un reto que la gente que ha entrado por la calle y estaba tirada, tenga un puesto de trabajo, un sueldo, una nómina, y pueda decir ‘soy una persona normal, soy una persona que puede vivir de su trabajo’. Y como empresa, el objetivo es tener mínimo 1 euro de beneficio”.

En estos momentos Luimar Incluye está próxima a alcanzar la certificación ISO para empresas de inserción. Hasta ahora han conseguido tres puestos de trabajo y, en breve, llegará el cuarto y han logrado “un poco más” que un euro de beneficio, “Estamos muy satisfechos, asumimos este reto con muchísima ilusión y en estos momentos, al ser una empresa de inserción, esperamos el apoyo tanto del Gobierno de Cantabria, como de las empresas que quieran tener productos de merchandising de muy alta calidad. Yo creo que es sorprendente y espectacular”.

Ecolabora, el proyecto de inclusión social de Cáritas

Raquel Menéndez, una de las cuatro administradoras mancomunadas de Ecolabora junto a Sonsoles López, Consuelo Gómez y Ana María Uría. Foto: Nacho Cubero.

Cáritas Diocesana de Santander gestiona desde marzo de 2012 su empresa de inserción laboral Ecolabora Cantabria, SLU, que nació como la primera empresa de inserción de Cantabria. La parte visible del proyecto, además de los más de 200 contenedores rojos de recogida de ropa usada repartidos por la región, son las dos tiendas ‘Moda Re-’ de ropa de segunda mano con que cuentan, una en la calle Cádiz de Santander y la otra en José María de Pereda, en Torrelavega. Según explica Raquel Menéndez, una de las cuatro administradoras mancomunadas que gestionan el proyecto, la marca ‘Moda Re-’ corresponde a un proyecto más amplio de Cáritas Española de la que son socios cooperativistas. “Formar parte de algo más grande nos permite participar en la búsqueda de estrategias y prácticas profesionales para mejorar y optimizar la labor social de lucha contra la exclusión y la inserción sociolaboral. Por el carácter de la empresa, sin ánimo de lucro, reinvertimos el 100% de los beneficios en el propio proyecto”.

Este proyecto ofrece la oportunidad de “engancharse” al mercado laboral a personas en riesgo de exclusión a través de un proceso educativo que puede variar su duración en función de cada persona, con un mínimo de un año y un máximo tres. “Cuando explicamos el proyecto, siempre decimos que cuando pones en el contenedor una bolsa con lo que sea que contenga, empieza la magia de todo un ciclo ecológico: reducir, reciclar, reutilizar…”.

Raquel considera que ahora lo más importante es seguir incrementando el número de contratos de inserción, para ello ya están preparando nuevos planes: “Soñamos con iniciativas en áreas diferentes al ámbito textil que esperamos poder poner en marcha en breve. La diversificación busca no solo expandir nuestras capacidades operativas sino también crear oportunidades significativas de inserción laboral en distintos ámbitos económicos”.

“La diversificación busca no solo expandir nuestras capacidades operativas sino también crear oportunidades significativas de inserción laboral en distintos ámbitos económicos”. Raquel Menéndez, coadministradora mancomunada de Ecolabora

Actualmente la plantilla cuenta con 18 personas comprometidas con el proyecto. De ellas, nueve forman parte de la estructura, entre las cuales se encuentran los responsables de acompañar a las personas de inserción: responsable de recogida, responsable de picking, responsable de tienda, y técnico de acompañamiento a la inserción. Además, hay nueve personas de inserción distribuidas en todas las áreas, una cifra que esperan incrementar: “Esperamos ampliar esta cifra a 22 personas en 2024. Este aumento en la plantilla no solo refleja nuestro compromiso continuo con la inserción laboral, sino que también busca generar un impacto positivo y sostenible en las localidades que servimos”.

Ecolabora ha venido estableciendo conexiones estratégicas con los ayuntamientos y otras entidades públicas, unas acciones alineadas especialmente con el cumplimiento de la Ley 7/2022 de Residuos y Suelos Contaminados, priorizando el enfoque de economía circular: “Buscamos colaborar estrechamente con las administraciones para garantizar un desarrollo sostenible y respetuoso con el medio ambiente, mientras cumplimos con nuestras metas de inclusión social”.

Al tratarse de una empresa de inserción, cuentan con la posibilidad de acudir a las ayudas de financiación pública y privada. Actualmente cuentan con la Dirección General de Trabajo de Cantabria y a través de Cáritas Española “accedemos a la financiación conveniada con Inditex, además de los Fondos Europeos”, enumera Raquel.

Los esfuerzos de los últimos años están dando sus frutos no solo sociales sino también económicos y en 2023 Ecolabora experimentó un significativo crecimiento alcanzando una facturación que superó los 900.000 euros. Esto les proporciona unos recursos adicionales para fortalecer las iniciativas de inserción laboral y mejorar la transición de aquellas personas en situación de exclusión social. Ello ha significado que en los últimos doce meses alrededor de 35 personas contratadas se beneficiaron directamente del proyecto textil, 19 de ellas estuvieron relacionados con el objeto social de promover la inserción laboral. “Estos datos evidencian el impacto positivo y tangible de nuestras actividades en la comunidad”, concluye Raquel Menéndez.

Plis Servicios, de la Asociación Cántabra de Lucha Contra el Paro, Brumas y Fundación Cuin

Mar Escudero, gerente de Plis Servicios. Foto: Nacho Cubero.

Plis Servicios nació en 2016 impulsada por la Asociación Cántabra de Lucha Contra el Paro, Brumas, aunque desde hace poco más de un año, tras su disolución, se engloba en la Fundación Cuin. Plis Servicios comenzó su actividad empresarial con el lavado manual y ecológico de coches, y después incorporó la comercialización y distribución de papel reciclado: “Esto que permitió consolidar poco a poco la sostenibilidad económica de la empresa”, explica Mar Escudero, su gerente. El crecimiento dice, ha sido gradual y constante, “con todas las dificultades de una empresa pequeña, social y local”. Actualmente sigue prestando servicios de lavado de vehículos y limpieza de cristales y la gestión sostenible del papel y cartón, incluyendo la recogida, reciclaje y comercialización. Da empleo a seis personas, tres de ellas en riesgo de exclusión, con una facturación que el año pasado ascendió a 235.000 euros.

La gerente de Plis Servicios sostiene que hay mucho camino por recorrer para este tipo de empresas, teniendo en cuenta que en Cantabria hay 115.000 personas en riesgo de exclusión. Para ello, advierte, las administraciones deben ser un apoyo clave y subraya que la forma de hacerlo está ya recogida en la legislación: “La ley de Contratos del Sector Público de 2017 expone que en toda contratación pública se incorporarán de manera transversal y preceptiva criterios sociales y medioambientales e igualmente se facilitará el acceso a la contratación pública de las pequeñas y medianas empresas, así como de las empresas de economía social”.

Añade además que una de las disposiciones de esta norma señala que se fijarán porcentajes mínimos de reserva del derecho a participar en los procedimientos de adjudicación de determinados contratos. Hasta el momento, lamenta, estas posibilidades no han llegado al nivel que desearían: “En Cantabria solo el Ayuntamiento de Santander ha realizado una reserva de mercado, si bien estamos en contacto con el resto de administraciones para fomentar la utilización de esta herramienta presupuestaria”.

Roberto Media, consejero de Fomento, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente repasa la actualidad y los principales proyectos de su departamento, que quiere sea profundamente inversor para convertirse en uno de los motores económicos de la región. Entre sus objetivos,  Media habla de la necesidad de construir vivienda pública con el apoyo de la iniciativa privada y de aprobar un plan de carreteras hasta 2030 consensuado, a poder ser, con el resto de grupos parlamentarios. Anuncia que la nueva Ley de Vivienda de Cantabria llegará este año al Parlamento, que será exigente ante el Gobierno central para que cumpla sus acuerdos en materia de infraestructuras, y reitera su compromiso de contar con un nuevo Plan Regional de Ordenación Territorial (PROT) antes del final de esta legislatura.

Manuel Casino |  @mcasino8 | Febrero 2024

Pregunta.– Al poco de tomar posesión de su cargo se comprometió a que su departamento sea uno de los motores económicos de la región durante esta legislatura. ¿Cómo piensa cumplir con este objetivo?
Respuesta.– Con mucha inversión, mucho trabajo y gestionando de forma mucho más rápida el presupuesto de la consejería, que este año asciende a 289 millones de euros, y que queremos poner encima de la mesa cuanto antes para que pueda generar actividad y empleo. Además, intentamos en los últimos meses del pasado año perder la menor cantidad posible de todo ese dinero que se había quedado sin gastar por todos aquellos problemas que arrastró el departamento y pusimos en marcha un importante plan de obras en los municipios. A partir de ahora, que contamos con este presupuesto que es bastante ambicioso, lo que no vamos a dejar es de gastar nada de lo que aparece reflejado en el mismo.

P.– Acaba de citarlo. Su consejería cuenta con un presupuesto de más de 289 millones de euros para este 2024, de los que el 60% están destinados íntegramente a inversiones “reales”. ¿Son las cuentas que necesita Cantabria?
R.– En un departamento como el nuestro nunca todo lo que se pone encima de la mesa es suficiente. Lógicamente, con más dinero podríamos hacer más inversiones, pero creo que los 175 millones de euros destinados a inversiones reales, más los Fondos de Recuperación y Resiliencia previstos en el presupuesto, que superan los 49,5 millones, más otros fondos que se van a ir incorporando a lo largo de esta anualidad procedentes de Europa, fundamentalmente para cubrir el agujero detectado en las ayudas para rehabilitación de viviendas, que rondarán los seis millones de euros, es un montante razonable para encarar el ejercicio.

P.– Una de sus apuestas pasa por dar un impulso a la vivienda pública. De hecho, la semana pasada avanzó su intención de poner en marcha el plan de construcción “más ambicioso de la historia de Cantabria” con la colaboración de sector privado. Sin embargo, ¿no cree que encarecer la vivienda y los alquileres para hacer rentables y atractivas este tipo de promociones pondrá aún más difícil el acceso a ellas de los personas con menos recursos, además de a los jóvenes?
R.– No, para nada. Lo dije el otro día en rueda de prensa. Hemos modificado el módulo autonómico de VPO porque, entre otras cuestiones, seguimos siendo tras esta modificación una de las comunidades autónomas más baratas, solo por detrás de Murcia, Castilla y León y Canarias. Lo que no podemos permitirnos es un mercado en la que la vivienda de protección oficial esté absolutamente por debajo del coste de construcción. Los resultados a la vista están. El anterior gobierno regional no ha construido ni una sola vivienda en los últimos años. El único que ha construido ha sido el Ayuntamiento de Santander. Y no podemos seguir en esa dinámica. Queremos que el Gobierno de Cantabria promueva viviendas y por eso está el plan que ya anunció hace meses la presidenta de 171 viviendas en una primera fase.  En este mes de febrero saldrán a licitación la construcción de las primeras ocho viviendas en Santillana del Mar y otras 19 en Reinosa, y en los próximos meses irán saliendo a concurso, de acuerdo con ese plan, 15 viviendas en Polanco, siete en Piélagos, 27 en Torrelavega, 28 en Santoña, tres en Marina de Cudeyo y cinco en Laredo. Habrá una segunda fase pero para ello necesitamos que estas viviendas sean rentables desde el punto de vista de la promoción. No podemos echar de la construcción de viviendas públicas a la iniciativa privada. Y en Cantabria, por la inacción del anterior Ejecutivo, se les había echado como demuestra que no haya habido ni una sola vivienda promovida por el sector privado en los últimos años. Eso es insostenible.
En cuanto al alquiler, en el caso de Santander y Cantabria estaríamos hablando de precios máximos de 519 euros; en el resto de municipios costeros, de 483; y en los restantes de 451 euros. Entiendo que son precios muy asequibles que no expulsan a nadie del mercado. Cuando echamos a las personas del mercado de VPO es cuando no construyen que, insisto, es lo que ha venido ocurriendo en Cantabria.

P.– Se calcula que en Cantabria existen 28.000 pisos vacíos que ustedes quieren sacar al mercado de alquiler a precios asequibles. ¿Qué tiene que cambiar para que este programa no sea un fracaso, tal y como le ocurrió cuando lo intentó al anterior Ejecutivo?
R.– Lo primero que necesitamos es seguridad jurídica. Se lo dije el otro día a la ministra en la Conferencia Sectorial. La Ley de Vivienda no puede ser una norma absolutamente sectaria e ideologizada. Lo que está claro es que los propietarios que tienen una vivienda vacía no ven, ahora mismo, sacarla al mercado como una posibilidad. Porque no saben si van a cobrar, no saben si la van a poder recuperar y no saben si van a poder sacar un rendimiento con unas mínimas garantías. Lo que tenemos que dar a esos propietarios es garantías. Pero estas garantías no son, como planteaba la ley en Cantabria, multarles por tener viviendas. Cuando una persona ha conseguido un patrimonio, ese patrimonio es suyo y la propiedad privada en España está garantizada por la Constitución. No se puede obligar a sacar sus viviendas al mercado, lo que hay que hacer es incentivarles con medidas fiscales y, sobre todo, de seguridad jurídica. La nueva Ley de Vivienda de Cantabria, que llegará al Parlamento a lo largo de este año, va a aportar esta serie de medidas, que sin duda redundarán en beneficio del mercado. Sobre el programa de Movilización de Vivienda Vacía al que aludía, es muy claro. La realidad es que a este plan autonómico, que garantiza al propietario cobrar la renta de alquiler durante siete años, solo se presentaron siete solicitudes en toda Cantabria. Eso quiere decir que algo ha fallado y es la seguridad jurídica.

El consejero muestra una comparativa gráfica. Foto: Nacho Cubero

P.– El Gobierno también ha modificado la conocida como Ley del Suelo retrotrayendo la regulación a la normativa de 2012 para, entre otros temas, permitir la construcción de vivienda unifamiliar en suelo rústico y dinamizar así económica y socialmente las zonas rurales. ¿No teme que el territorio se llene de hormigón, como aseguran que ocurrirá sus detractores?
R.– Esas dudas se solventan dándose un paseo por cualquier pueblo de Cantabria. Desde 2012 se puede construir en suelo rústico cumpliendo una serie de condiciones. Si haces ese recorrido por cualquier pueblo de la región, ves que no se ha producido ningún ataque a ningún suelo productivo, tal y como nos cuentan los grupos ecologistas y algunos partidos políticos que pretenden aprovecharse de estas cuestiones. Que en Cantabria existe mucha vivienda unifamiliar es de ahora y de siempre. No hay ningún problema en que sea así. Forma parte de nuestra tipología, de nuestro paisaje. El cambio partidista que el Partido Socialista introdujo en esta norma en la anterior legislatura, y pese a que se corrigieron algunas cuestiones durante su tramitación parlamentaria, no ha sido respaldado ni por los propios alcaldes, de todos los partidos políticos, ni por grupos parlamentarios que, aunque apoyaron esta ley, nunca la consideraban suya. Ahora hay una cosa clara. El PP ha ganado las elecciones autonómicas y teníamos un programa electoral en el que dijimos que lo íbamos a hacer. Ahí no hemos engañado a nadie. Los compromisos en política se cumplen. La nueva ley, que está en funcionamiento desde el pasado 1 de enero y que goza de una mayoría amplísima, respeta además la autonomía absoluta de los municipios, de forma que aquel que no quiera que exista en su término municipal un área de desarrollo rural, que es como así se llama en la ley, puede eliminarla. Me gustaría ver qué ayuntamiento en los próximos años, y de qué signo político, decide eliminar estas áreas. Supongo, por las noticias que tengo y por lo que me transmiten los alcaldes, que ningún municipio de Cantabria lo va a hacer. Por lo tanto, la ley no será tan mala, por mucho que algunos se empeñen en transmitir ese miedo que para nada se corresponde con la realidad.

P.– Ha garantizado la aprobación del Plan Regional de Ordenación Territorial de Cantabria (PROT) en esta esta legislatura. ¿Puede ser más concreto?
R.– Ya estamos trabajando en ello y es una garantía que se va a aprobar en esta legislatura. Queremos que sea un PROT que recoja una amplia mayoría del espectro parlamentario y creo que lo vamos a poder conseguir. Lo primero que hemos hecho es recopilar toda la documentación de los últimos ocho años para ver cuál es utilizable y, a partir de ahí, iremos dando los primeros pasos en la definición de este plan, que es el elemento más primordial que tiene la ordenación del territorio en Cantabria. Es un compromiso del Gobierno y Cantabria, cuando termine esta legislatura, tendrá un PROT.

P.– Sostiene que al Gobierno de España se le acumulan los compromisos pendientes con Cantabria en materia de infraestructuras. ¿Vislumbra una salida a este atolladero?
R.– He solicitado una reunión con el secretario de Estado de Transportes y Movilidad Sostenible [el encuentro ya se habrá celebrado días antes de la publicación de esta revista] en la que le trasladaré todas las reivindicaciones. Queremos que se vayan dando pasos. Para nosotros es prioritaria la conexión con el AVE a Reinosa, como también es básica la conexión ferroviaria con Bilbao y conocer qué ha pasado con el estudio informativo de este tren. Además, otro tema que nos preocupa muchísimo es el de la estación intermodal de La Pasiega.

P.– De todas las obras aún sin ejecutar o que no avanzan al ritmo deseado, según ha dicho usted, ¿cuál es la que más le preocupa?
R.– Como he dicho antes, el AVE a Reinosa es un tema que ya no tiene vuelta atrás. Lo que hay que hacer es avanzar en los proyectos y en la ejecución de las obras. Además, está el tema de los soterramientos de las vías, que es muy importante. En Torrelavega ya han empezado las obras de la vía auxiliar y de los servicios afectados y creo que a lo largo de 2025 ya podremos estar en condiciones de ver cómo se licitan estas obras de soterramiento. En el caso de Santander, los plazos ya se han marcado en las últimas reuniones mantenidas entre el Ayuntamiento, Adif y el Gobierno de Cantabria, y se prevé la finalización de las obras en 2028. En cambio, en Camargo, lo que ocurre es que no hay un papel hecho. Hay un borrador para esa integración y soterramiento de las vías por un importe de 12,5 millones de euros, pero que nunca se ha llegado a firmar. Por tanto, la firma de este convenio con el Ministerio va a ser una de mis reivindicaciones. De otro lado, también está la eliminación de los pasos a nivel, que supone un esfuerzo importantísimo para nosotros, incluyendo alguno más de los que estaban previstos por el anterior gobierno. A partir de ahí, el siguiente hito es el tren a Bilbao, en el que queremos poner todo el énfasis.

P.– Europa rechazó a finales del pasado año el tren Santander-Bilbao dejándolo fuera de la Red Básica Ampliada de la Red Transeuropea de Transportes. Esta negativa deja en manos del Ejecutivo central la financiación de esta conexión. Así las cosas, ¿qué esperanzas tiene de que este tren vea la luz?
R.– Hemos visto muchos ministros pasar por Cantabria diciendo que si este tren no lo financiaba Europa lo iba a financiar el Gobierno de España. Por lo tanto, es el momento de que si no lo hace la UE lo haga el Ejecutivo central. En cualquier caso, lo que hay que hacer es avanzar en los proyectos. Ya podemos pensar que lo financie uno u otro, pero si no hay proyecto que financiar no se financiará nada. El estudio informativo tiene que estar acabado, pero a día de hoy no lo conocemos. No sé si algún cántabro lo conocerá, pero desde luego que este Gobierno no lo conoce.

Mi consejería va a pagar la obra de la carretera que une La Solía con La Pasiega y que acaba en Zurita, del orden de 30 millones de euros. Todo esto tiene sentido si existe la estación intermodal.

P.– La nueva delegada del Gobierno, Eugenia Gómez de Diego, aseguró hace unos días que el estudio de viabilidad técnica y económica de la estación intermodal de La Pasiega está “a la espera”. ¿Tiene alguna novedad al respecto?
R.– Estaba a la espera antes de abril; estaba a espera para el verano; estaba a la espera en octubre… Estamos en febrero de 2024 y seguimos a la espera. No creo que un estudio de estas características necesite tantísimo tiempo para su elaboración. El Gobierno de Cantabria y los cántabros merecemos saber cuáles son las conclusiones de ese estudio. Porque aquí se nos ha dicho que era un compromiso irrenunciable de los gobiernos de Cantabria y de España. De hecho, el Ejecutivo central ya ha puesto dinero para financiar parte de las obras de esta infraestructura. Y el Gobierno de Cantabria también esta cumpliendo sus compromisos y está ejecutando la primera fase de La Pasiega. Mi consejería va a pagar la obra de la carretera que une La Solía con La Pasiega y que acaba en Zurita, del orden de 30 millones de euros. Todo esto tiene sentido si existe la estación intermodal. Y eso es una competencia exclusiva del Estado. Son ellos los que nos tienen que decir si lo van a hacer o no. La delegada del Gobierno ha reiterado que es un compromiso del Gobierno central. Pero no puede ser ‘sine die’, algún día habrá que concretarlo. Porque las obras siguen avanzando y a este paso vamos a terminar el envoltorio sin tener el eje principal.

P.– La llegada del AVE a Asturias ha agudizado el aislamiento de Cantabria, que no cuenta con un solo kilómetro de alta velocidad ni un plazo claro para su llegada. ¿Se atreve a poner una fecha para acabar con este retraso?
R.– Lo que yo espero es el compromiso de quien tiene que poner esa fecha, que es el Ministerio de Transportes. Ha habido problemas en la salida del AVE a Palencia y parece que las obras de los tramos avanzan ahora a un ritmo más razonable, pero necesitamos que los correspondientes a la parte de Cantabria se materialicen y que las licitaciones se lleven a cabo. No depende de nosotros, pero vamos a ser muy exigentes para que el Ministerio cumpla con los teóricos plazos, que es verdad que cada poco tiempo van cambiando, pero que necesitamos que sean definitivos. Espero que no tarde mucho en llegar el AVE a Reinosa, pero sobre todo espero en que no tarden mucho en darnos esos plazos para que yo se los pueda transmitir luego a los ciudadanos de Cantabria.

P.– Casi un año después de que saltara el ‘caso Obras Públicas’, los contratos investigados por presuntas irregularidades en su adjudicación siguen pendientes de ejecutar. ¿Por qué?
R.– Antes de volver a sacarlos a licitación, lo primero que hemos tenido que hacer es analizar cómo estaban esos pliegos para saber si había presupuestos inflados o mediciones que no eran las correctas. El primero de ellos ya salió a licitación a finales del pasado año y está a punto de adjudicarse; el resto lo hará a lo largo del primer semestre de este año. Pretendemos ajustarlos de un modo más razonable porque había contratos que se iban solapando unos con otros. Ahora lo que queremos es hacer contratos más grandes y con una finalización común. Esto nos exige una serie de tramitaciones. Hay una planificación que anunciaremos con detalle en las próximas semanas, pero esos contratos van a salir ya, además de forma bastante rápida. El único que va un poco más retrasado es el puente de Pedreña a Somo porque es una obra mucho más compleja.

El consejero Roberto Media, en su despacho. Foto: Nacho Cubero

P.– Acaba de conocerse que prepara el V Plan de Carreteras 2024-2030 que contempla 185 actuaciones, 17 de ellas de nuevos trazados. ¿Cuáles son las obras prioritarias?
R.– No es exactamente así. Hay un borrador de documento elaborado por el anterior Ejecutivo que es el que se ha sometido a evaluación previa medio ambiental y que es el que un medio de comunicación ha utilizado para hacer su información. Lógicamente, muchísimas de esas obras se van a mantener, pero va a ver otra serie de actuaciones que ahí no están previstas, como es la de Reinosa a Potes y alguna otra, a las que nosotros les damos más importancia. Vamos a acortar los plazos de la carretera de Requejada-Suances, donde estamos acabando ya el estudio informativo para someterlo a los trámites ambientales, y espero que en los próximos meses podamos sacarla a licitación. En las próximas semanas se sabrá cuál es el número de actuaciones exactas. En cuanto a los nuevos trazados que recogía ese documento antiguo, debo decir que hay algunos que incluso los ayuntamientos no los quieren. Entonces, antes de incluirlos o no en este nuevo plan habrá que hablarlo con los alcaldes. Lo que queremos es un plan más realista que el anterior, que recoja aquellas carreteras hasta el 2030 que sí podamos ejecutar. Y lo hablaremos previamente con el resto de grupos parlamentarios porque es un plan que no viene hecho solo por el PP. Queremos que sea un plan con vigencia en el futuro y que cuente con el apoyo de los distintos grupos parlamentarios.

P.– En relación con la carretera que conectará Reinosa con Potes, las previsiones del Gobierno regional calculan que se podría estar ejecutado en un periodo de entre 92 y 120 meses. ¿No se pueden agilizar los trámites administrativos para que las inversiones se puedan ejecutar de forma más rápida?
R.– ¡Qué más me gustaría a mí! Para que se haga una idea le diré que desde que se decide iniciar una obra de más de 50.000 euros hasta que se adjudica pasan entre diez y doce meses. Y eso si no se complica nada. En este caso estamos hablando de una obra compleja y no hemos querido engañar a nadie. Ojalá pudiéramos agilizarlos, pero los trámites administrativos son los que son y llevan muchísimo tiempo. Cuando hay que garantizar la seguridad jurídica en todos los trámites, los plazos son los que son.

P.– Tras dos décadas de intentos, parece que soplan buenos vientos para la energía eólica en Cantabria. ¿No cree que ya vamos un poco tarde para subirnos al tren del desarrollo eólico y que hay otras alternativas renovables que despiertan menos rechazo entre la población?
R.– Bueno. Cualquier actividad siempre genera un rechazo. El otro día hemos visto la presentación de una gran proyecto de hidrógeno verde en Torrelavega sobre los terrenos de Sniace que, si conseguimos que sea una realidad, y en eso estamos trabajando todos, va a suponer un antes y un después para la comarca del Besaya. Con los proyectos eólicos ocurre algo parecido. Tenemos un montón de empresas con proyectos eólicos encima de la mesa que han tenido cuando menos el olvido absoluto por parte de la Administración durante muchísimos años. Nosotros llegamos con el compromiso de que todo aquello que fuera utilizable se utilizara. Energía eólica, sí, pero no de cualquier manera. Hoy los ciudadanos de Cantabria son conscientes de que tanto el parque eólico del Escudo como los otros cinco de competencia autonómica que están en sus últimas fase de tramitación tienen la autorización de la CROTU. Queremos que las energías renovables sean un pilar esencial de nuestra acción de gobierno y por ello estamos trabajando. No vamos a levantar aerogeneradores en cualquier lugar, como se pretendió en la anterior legislatura, pero creo que en aquellos emplazamientos que la legislación lo permita es básico avanzar. Todos tenemos que poner nuestra granito de arena para contribuir a esa descarbonización de la que todos hablamos tanto pero cuyos proyectos siempre queremos que estén muy lejos de nuestro territorio. Y me refiero a los de siempre. A los de la Ley del Suelo, a los del no a los eólicos, el no a la depuradora de Vuelta Ostrera, pero sí 300 metros más allá … Los del no a todo, que están haciendo un flaco favor a los cántabros y al desarrollo de la economía de Cantabria. Por nuestra parte, no va a quedar e insisto que, si un proyecto cumple todos los trámites administrativos, tendrá el respaldo del Gobierno de Cantabria. Nos llenamos la boca con la necesidad de ayudar a las empresas y de mantener el tejido productivo y el empleo, pero nuestras empresas, a los costes actuales de la energía, es imposible que puedan ser competitivas. Y o las ayudamos, a van a tener problemas de cara al futuro. Y esas ayudas vendrán cuando aquí produzcamos energía limpia y barata. Todas las empresas altamente electrointensivas con las que nos hemos reunido claman por ello.

Takumi Parts es un taller de mecanizado de precisión y fabricación mecánica dedicado a crear piezas pequeñas para automoción, especialmente clásica y de competición, y maquinaria industrial. Frente a la fabricación en masa, sus dos socios y únicos empleados, apuestan por el valor añadido de la pieza única, resultado de un laborioso proceso de diseño y manufactura donde no se contempla ningún margen de error. La empresa, con sede en Torrelavega, inicia su segundo año de actividad con el objetivo de consolidarse como la referencia para quienes buscan recambios o piezas mecánicas que no pueden encontrar en el mercado normal.

Francisco Rouco | Febrero 2024

Takumi Parts opera en el terreno del detalle, lo minucioso y lo irrepetible, donde no caben ni el margen de error ni la producción en serie. Fundada en 2022 en Torrelavega por Javier Suárez y Mario Ruiz, Takumi Parts se dedica al desarrollo y fabricación de piezas unitarias o de tiradas cortas y a la consultoría técnica. “Hemos hecho piezas para maquinaria y todo tipo de vehículos, incluso locomotoras y tractores”, dice Javier Suárez, “pero el cliente más habitual es un particular que tiene un vehículo clásico o histórico”. Aquí entran desde los coleccionistas que poseen un automóvil clásico para contemplarlo o sacarlo en contadas ocasiones hasta quienes los exprimen en las pruebas de competición y rallyes que se celebran en Cantabria.

En este primer año de actividad han pasado por el taller un Singer de 1912, un Hispano Suiza T49 de 1926, un Porsche 356 Speedster de los 60 o un Toyota Celica Ta22 de 1973, además de otros tantos modelos de Porsche 911, Honda S2000, Toyota Supra A80, Mazda Mx5 o BMW Serie 5. Y motos como la BMW R de 1938, la Montesa Escorpión, una Vespa con sidecar y un motocarro Trimak. En cuanto a los coches de competición, destacan los modelos Subaru Impreza STI, Sierra Cosworth, Honda Civic EG, Ford Escort MKII u Opel Manta 400, entre otros, además de varios monoplazas para las competiciones Fórmula 3000 y Fórmula Student

“Si nos ponemos a mirar los coches clásicos más habituales, lo más fácil es que nos pidieran piezas para Seat 600 o 127, pero de estos vehículos casi no nos entra nada”, explica Javier. “Al ser vehículos tan populares y fabricados en masa, en sus países de origen hay recambistas que han seguido fabricando las piezas, así que sigue habiendo recambios”. No es esta la clase de trabajos que hacen en Takumi Parts: “nos gusta dar una solución a lo diferente, a lo difícil”.

En busca de la pieza perfecta

Javier Suárez, fundador junto a Mario Ruiz de Takumi Parts, en las instalaciones de la empresa, en Torrelavega. Foto: Nacho Cubero

La actividad de Takumi Parts se reparte entre cuatro manos. Javier, que es fresador mandrinador (la especialización en mecanizado de agujeros de piezas cúbicas), se encarga de la parte técnica, del diseño de la pieza y de su fabricación. Y Mario Ruiz, ingeniero y jefe de proyectos, se ocupa del dibujo y manejo de los programas informáticos CAD y CAM (en inglés, Diseño Asistido por Computadora y Fabricación Asistida por Computadora, respectivamente); Mario también asume las funciones comerciales y de marketing.

La mayoría de los proyectos de Takumi Parts son una carrera contra la incertidumbre. El punto de inicio varía, porque puede ser la pieza que hay que sustituir, unas fotografías de esa pieza o de otras parecidas o, las menos, los planos. “Lo ideal sería contar con los planos de la pieza, pero, salvo cuando trabajamos para la industria o para vehículos de competición, nunca los tenemos”, explica Javier. Cuando sí tienen la pieza de referencia, Javier y Mario la escudriñan a fondo para convertirla en un conjunto de medidas exactas que puedan replicar. Este proceso minucioso de medición se realiza a mano si la pieza tiene formas con caras planas. Cuando abundan las superficies curvas, es mejor utilizar un escáner 3D que traslade el componente y sus medidas al entorno virtual. En caso de que no exista la pieza y haya que desarrollarla desde cero, este dispositivo se emplea para escanear el lugar donde se colocará la pieza. “Aunque parezca que el fin de todo esto sea hacer un modelo 3D en el ordenador, la intención real es conseguir una documentación técnica, es decir, el plano.”

Una vez obtenida la información técnica, llega el momento de la fabricación. “Trabajamos con lo que nos ofrece hoy la industria. Aunque busques una pieza que hizo alguien en el 37, hoy la podemos fabricar también y encima con mejores materiales, procesos y acabados. Lo que buscamos es que las diferentes aleaciones se adecúen a la función y a las necesidades de resistencia y fricción que exija cada componente”, explica Javier. “En cuanto a la parte estética, si queremos ser fieles a la original, podemos lograrlo con técnicas y operaciones manuales”.

Un sector sin competencia lleno de competidores

Si bien fue en el sector automovilístico donde se perfeccionó la fabricación en masa, Takumi Parts defiende una filosofía de trabajo completamente opuesta. Para Javier, la producción de componentes en serie puede permitirse unos controles de calidad aleatorios y un deshecho de un 20 o un 30 % de las piezas fabricadas, dado que la oferta de piezas siempre rebasa la demanda. Sin embargo, cuando la relación entre la oferta de la pieza y su demanda se acerca al 1:1, el control de calidad debe ser infalible. “Yo no me puedo permitir ningún margen de error, el 100% de las piezas que fabrico deben estar comprobadas. Su geometría dimensional, sus cotas, sus medidas, sus propiedades… todo debe estar comprobado al 100%. Tenemos una sola oportunidad de fabricar la pieza que buscamos. Y eso hace que cada pieza tenga ya un valor añadido”.

Yo no me puedo permitir ningún margen de error, el 100% de las piezas que fabrico deben estar comprobadas. Javier Suárez, Takumi Parts

Este servicio de fabricación bajo demanda y atención extrema a cada uno de los procesos tiene una desventaja comercial importante: no se sabe que existe, así que muchos propietarios de vehículos clásicos utilizan otras alternativas que compiten directamente con la labor de Takumi Parts. La más habitual es la búsqueda de un donante. “Con Internet puedes buscar un donante en cualquier parte del mundo y pedirle la pieza. Pero quien lo hace no se para a pensar que, si está buscando una pieza de los años 30 porque tiene herrumbre, lo más seguro es que la otra pieza esté en las mismas condiciones o peores.”

Otra potencial competidora es la industria del mecanizado y sus talleres, una opción que, para Javier, puede ser recomendable en componentes habituales, pero no en casos especiales. “Por lo general, te dirán que no, porque la fabricación de las piezas que hacemos nosotros exige un desarrollo que lleva su tiempo, y el tiempo es dinero”. Algunos de los clientes de Takumi Parts llegan precisamente después de intentarlo en estos talleres. También puede ocurrir, aunque es menos común, que el propietario del vehículo pruebe a fabricar la pieza por sus propios medios, dado que entre los entusiastas del vehículo clásico no faltan aficionados a la mecánica. Cuando el arreglo es estético, explica Javier, el coleccionista tiende a quedarse satisfecho con su propio trabajo. Caso distinto es si la ñapa está relacionada con los sistemas de conducción o de seguridad, porque entonces surge la duda sobre su fiabilidad y resulta más tranquilizador acudir a los expertos.

Por último, hay otra opción competidora que representa como ninguna el choque entre la fabricación en serie/ahorro de costes de la industria actual y la cultura artesanal que preserva Takumi Parts: el cliente que ha visto en Amazon una pieza parecida a la que quiere y pregunta si se le puede igualar o mejorar el precio. “Claramente no, porque ese precio se debe a algo que se fabrica en muchas unidades y nos piden una sola cosa. No podemos competir”, sostiene Javier. “Al final yo no entro en si lo que hacemos es barato o es caro. Hay gente que prefiere dejar su proyecto parado antes que pagar dinero por él. Y hay otros que ni nos piden presupuesto: quieren una solución y, cuando está terminada, la pagan. Es una cuestión de su cartera y también de su cultura”.

Mantenerse y mirar hacia adelante

Tras superar el primer año de actividad y facturar alrededor de 70.000 euros, Javier reconoce que ha sido un inicio “duro”. En parte por la inversión económica, que no podría haber hecho “sin un buen respaldo y la ayuda de amigos y familiares”. Y también por “la burocracia para emprender, que es muy dura y a veces llegan momentos en que parece que es una utopía ser emprendedor”. Con todo, el objetivo del primer año era mantenerse, así que ambos socios están satisfechos.

En cuanto a nuevos proyectos, uno de los más importantes para 2024 será la colaboración con la Escuela de Ingeniería de Bilbao, de la Universidad del País Vasco, que participará en la Fórmula Student, la competición mundial en la que estudiantes de ingeniería diseñan y ponen a competir sus propios bólidos. Takumi Parts fabricará varios de los componentes del monoplaza. “Es un proyecto muy ilusionante por la precisión y tipología de las piezas, pero también por la visibilidad que nos da este tipo de trabajos y por que hayan contado con nosotros”.

En cuanto a otros proyectos futuros, En Takumi Parts apuntan al objetivo general, que es seguir en la línea ascendente de consultas técnicas y proyectos y posicionarse como una “opción muy importante en los proyectos de particulares y profesionales del mundo del vehículo y la automoción dentro y fuera de Cantabria”.

 

Más que un nombre sonoro

Componentes elaborados para reconstruir el carburador de un automóvil Singer de 1912. Foto: Nacho Cubero

Aunque Takumi Parts es una empresa de dos socios, Javier Suárez y Mario Ruiz, el proyecto tiene una vinculación emocional con Javier. Takumi es un término japonés que significa “artesano”, “hábil” o “habilidad” y se utiliza para referirse a quien fabrica algo con sumo cuidado y meticulosidad para crear la mejor obra posible. Además, la palabra también se utiliza indistintamente como nombre o apellido en Japón. Ejemplo de ello es el protagonista del cómic Initial D: Takumi Fujiwara, un joven que por el día reparte tofu a un hotel y por la noche participa en carreras. Ese cómic, publicado entre 1995 y 2013, hoy es considerado de culto entre los aficionados al automovilismo en general y a los coches japoneses de los 90 en particular, aquellos que engloba la etiqueta Japanese Domestic Market (JDM): coches menudos, ágiles y tecnológicamente adelantados dirigidos al mercado japonés y producidos por marcas locales como Honda, Mazda, Mitsubishi, Nissan, Subaru o Toyota.

Todos estos conceptos (el artesano, la pasión por la automoción, los mangas japoneses y los coches del JDM) confluyen en Javier, a quien sus amigos, que le hacían consultas técnicas y hasta pedían alguna pieza ocasional, empezaron a llamar precisamente así, Takumi. “Entre eso y la filosofía que tiene la palabra takumi, que resume muy bien cuál ha sido siempre mi visión de fabricar cosas, el nombre de la empresa no podía ser otro”.

La Dirección General de Turismo confirma su intención de aprobar a lo largo del verano el nuevo decreto que regule los pisos turísticos en Cantabria, para cuya elaboración anuncia que abrirá en breve un proceso de consulta pública. De su parte, los principales agentes del sector reclaman igualdad de condiciones para este modelo de negocio que prolifera sin control y que los administradores de fincas reconocen que ha cambiado para siempre la vida en las comunidades de propietarios.

Manuel Casino |  @mcasino8 | Febrero 2024

El turismo en Cantabria vivió el pasado año un auténtico boom. Así lo adelantaba en diciembre el director general de Turismo, Gustavo Cubero, quien entonces ya hablaba de “año histórico” en cuanto a visitantes recibidos, y lo ha refrendado los últimos datos sobre turistas extranjeros publicados hace unos días por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que señalan a la comunidad cántabra como uno de los tres destinos, junto al País Vasco y Asturias, que más crecieron respecto a 2019, y también en el último año, reafirmando de este modo el creciente tirón del norte de España como lugar de vacaciones preferido por los viajeros que en verano buscan escapar del calor extremo.

Este récord de visitantes –y también de gasto– registrado el pasado ejercicio confirma al turismo como una de las principales locomotoras de la economía regional, pero abre el debate, si es que se había cerrado alguna vez, de la sostenibilidad de un sector en el que de un tiempo a esta parte, pero especialmente a lo largo de los últimos años, un nuevo actor ha venido a poner patas abajo el modelo tradicional de oferta vacacional: las viviendas de uso turístico (VUT).

El crecimiento desmesurado de este tipo de alojamientos que generalmente permite a los viajeros opciones más baratas y flexibles, y a sus propietarios la oportunidad de obtener rendimientos más altos a los de los clásicos alquileres, ha destapado la dificultad de ponerlos bajo control, pese a los muchos intentos de las distintas administraciones por regular una actividad contra la que claman tanto asociaciones de turismo, que ven en estos pisos turísticos una competencia desleal, como muchos vecinos de los inmuebles afectados y otros particulares que, a raíz de su proliferación, han visto cómo se infla el precio de la vivienda a la par que se reduce la oferta de arrendamientos residenciales.

10.000 pisos turísticos en Cantabria

Según los datos facilitados por el Gobierno de Cantabria, a 31 de enero hay 2.081 viviendas de uso turístico autorizadas en la región, que en su conjunto ofertan 9.493 plazas. Santander, con 587 pisos turísticos, lo que representa el 28,2% del total, encabeza un listado en el que solo Comillas, San Vicente de la Barquera y Suances superan con 125, 120 y 103, respectivamente, el centenar de licencias legalizadas.

El INE, por su parte, en su última estadística conocida reflejaba que en Cantabria existían 6.920 viviendas turísticas en agosto de 2023, un 10% más que doce meses antes y un 41,6% más que en 2020.

Frente a estas cifras, la Asociación de Turismo Rural de Cantabria lleva tiempo denunciando el exponencial aumento de este tipo de alojamientos en la región, que según sus estimaciones ronda ya los 10.000, pero de los que calcula tan solo un 15% estarían legalizados. Para su vicepresidenta, Cristina Domínguez, el excesivo aumento de VUT –“que no solo existen en las grandes ciudades, sino también en pequeños núcleos urbanos”– supone una amenaza para el futuro de los 200 establecimientos asociados –palacios y casonas, posadas, viviendas rurales y cabañas pasiegas–, “todos debidamente inscritos en el registro oficial del Gobierno de Cantabria y que ofrecen una estancia legal, segura y, sobre todo, auténtica”, según recalca.

Cristina Domínguez, vicepresidenta de la Asociación de Turismo Rural de Cantabria. Foto: Nacho Cubero

 

Tras insistir que lo que reclaman es la igualdad de condiciones para todos, Domínguez expresa su confianza en que surta efecto el plan de choque que acaban de elaborar para evitar la pérdida de clientes que estas viviendas sin registrar están provocando entre muchos de sus asociados, especialmente durante los meses estivales. “Aún es poco pronto para valorar su eficacia, pero nuestro objetivo principal es que el huésped pueda identificar si está contratando un alojamiento legal o ilegal porque, al aparecer todos en las mismas plataformas digitales, hoy por hoy no hay forma de saberlo”, explica. “Queremos que el cliente sepa y pueda diferenciarnos”, insiste antes de detallar que para ello acaban de editar una guía con información actualizada de sus alojamientos –en papel y formato digital– que, además, se identificarán a partir de ahora con una placa de cerámica personalizada en su exterior en el que, junto al distintivo de la asociación, también figurará el número de registro legal en Turismo.

Una diferenciación que Domínguez también vincula a los servicios que prestan todos sus asociados. “Todos nuestros alojamientos están comprometidos con la sostenibilidad y con minimizar el impacto de su actividad. Trabajamos con productos de km. 0 y ofrecemos servicios de calidad ligados al entorno natural y cultural en el que nos ubicamos”, argumenta para diferenciarse de la oferta “intensiva y sin ningún compromiso y seguridad” que a su juicio representan las viviendas de uso turístico sin autorización.

Ante estas quejas y la constatación de que muchos estos pisos operan sin ningún tipo de control, Cubero ha venido sosteniendo en repetidas ocasiones que la regulación de las viviendas de uso turístico es una prioridad para su departamento en la que vienen trabajando desde hace tiempo con el fin de que el nuevo decreto que regule este tipo de negocios, que sustituirá al aprobado sin demasiado éxito en 2019, esté “muy avanzado” para cuando llegue el verano.

Desde la Consejería de Turismo se está trabajando en una regulación de las viviendas de uso turístico que sustituya al decreto aprobado sin demasiado éxito en 2019

A preguntas de esta revista, el director general de Turismo no ha comprometido una fecha concreta para su publicación porque, destaca, se trata de un decreto de gran complejidad técnica y una problemática que afecta a diferentes cuestiones como la actividad económica, la vivienda, la convivencia o la seguridad ciudadana, por citar algunas. Según subraya, en la actualidad se está finalizando el trabajo previo de estudio de la normativa existente, así como las afecciones a las competencias municipales, una cuestión que, recalca, hace de este decreto un texto complejo en su elaboración. “El próximo paso será abrir el proceso de consulta pública y recibir las aportaciones de todos aquellos ciudadanos o colectivos que quieran hacerlas. Se recibirán y estudiarán para ver qué se puede incluir en el decreto, siempre que se ajuste al marco legal y a nuestras competencias. Se avanza, pero no hay un calendario cerrado, aunque mantenemos nuestra intención de que a lo largo del verano pueda entrar en vigor”, matiza.

Tras asegurar su intención de garantizar la participación de todos los sectores implicados, Cubero reconoce que en los últimos meses su departamento ha recibido una gran cantidad de solicitudes a las que tratan de dar ir dando respuesta, ya sea para inscribir, comprobar la veracidad de las declaraciones responsables o para acordar el inicio de la cancelación del establecimiento. “Es un trabajo administrativo muy exigente que está suponiendo un gran esfuerzo para el personal de la Dirección General de Turismo, ya que todas las declaraciones responsables se comprueban, como debe ser”, enfatiza.

Elaboración del decreto

Sobre la participación en su elaboración, desde la Asociación de Turismo Rural, que en septiembre pasado presentó al Gobierno regional 400 denuncias contra otros tantos pisos turísticos, sostienen que están a la espera de poder elevar sus propuestas, toda vez que, según Domínguez, hasta la fecha la Consejería de Turismo solo les ha convocado a una reunión en octubre pasado, en la que también estuvieron otras muchas asociaciones y representantes de diferentes ayuntamientos, y en la que les trasladaron su intención de modificar el actual decreto. “Sabemos que están en ello, porque así nos lo han dicho, pero poco más. Estamos de acuerdo en que haya competencia, pero con las mismas reglas de juego para todos. Conocemos varios casos de este tipo de alojamientos extrahoteleros que ni siquiera tienen cédula de habitabilidad. Son garajes o locales comerciales que no cumplen ningún requisito”, afirma contrariada.

Por su parte, el presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Cantabria (Cafca), Alberto Ruiz-Capillas, lamenta que Turismo aún no se haya puesto en contacto con ellos para abordar este tema. “Desgraciadamente, nosotros no estuvimos convocados a aquella reunión de octubre o noviembre, y aún estamos a la espera de que la Dirección General de Turismo responda a la cita que le hemos solicitado hace ya varios meses para abordar esta problemática. Parece ser que las agendas deben de estar muy ocupadas”, resume.

Alberto Ruiz-Capillas, presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Cantabria (Cafca). Foto: Nacho Cubero

Pese a que en la mayoría de los casos esta actividad se desarrolla en inmuebles comunitarios, Ruiz-Capillas asegura que no han tenido noticias del decreto que elabora Turismo: “No nos han traslado ni un borrador, ni unas intenciones ni tampoco aspectos concretos que pudieran afectar tanto a las comunidades de propietarios como a los administradores de fincas colegiados. No sabemos por dónde va a ir la nueva regulación, si es que va ser nueva o parecida a la anterior”.

Sobre los contenidos concretos de este decreto, el presidente del Cafca reclama en primer lugar la posibilidad de incluir que las comunidades tengan legitimidad activa para denunciar los casos de viviendas de uso turístico que se estén explotando sin licencia o sin cumplir el reglamento. “Porque uno de los elementos esenciales para nuestros clientes es asegurar que todos los inquilinos, aunque lo sean por un tiempo muy corto, cumplan con las normas comunitarias, los estatutos y los reglamentos de régimen interno”, precisa.

Además, critica el “contrasentido” que, a su juicio, supone que desde la Dirección General de Turismo se estén enviando en la actualidad requerimientos a los secretarios-administradores de fincas para que emitan obligatoriamente un certificado de que en los estatutos o acuerdos de la comunidad de propietarios no se prohíbe o limita esta actividad, so pena de incurrir en una infracción que pudiera acarrear una sanción, un requisito que, recuerda, sí recogía inicialmente el vigente decreto de 2019 pero que se eliminó en una posterior modificación. Para Ruiz-Capillas, la dificultad de extender este certificado “no es baladí”: “No solo se refiere a los estatutos comunitarios, lo que sería relativamente sencillo para los administradores de fincas, sino también a acuerdos comunitarios a lo largo de toda la vida de la comunidad”.

En este caso, explica que puede ser que el administrador de fincas sea el mismo desde que se constituyó la comunidad, pero también puede ser que no, lo que obligaría a éste a leerse todas actas y todos los acuerdos anteriores a su nombramiento. “Esto, además de un absurdo, es una pérdida de tiempo que no está valorada ni pagada”, subraya para reivindicar a continuación que lo deseable sería que bastara con que la persona que quiere solicitar la licencia informara de manera responsable a Turismo o al organismo competente de la no existencia de esas limitaciones o prohibiciones, dejando a las comunidades de propietarios la posibilidad de impugnar o denunciar la concesión de esa licencia si esa declaración no fuera correcta.

Revuelo en las comunidades de propietarios

De otro lado, el presidente de los administradores de fincas cántabros afirma que aún persiste en las comunidades de propietarios el revuelo levantado por las dos recientes sentencias del Tribunal Supremo que avalaron el veto a sendas viviendas turísticas en San Sebastián y Oviedo porque así lo prohibían expresamente sus respectivos estatutos. “Cada vez más juntas ordinarias de comunidades empiezan a incorporar este punto en su orden del día”, admite al tiempo que augura un creciente debate vecinal entre los propietarios que quieren sacar un rendimiento a su inversión y quienes temen que la proliferación de este tipo de viviendas provoque molestias en la comunidad de vecinos.

Con todo, recuerda que a partir de la reforma de la Ley de Propiedad Horizontal (LPH) de 2019, en la que se estableció la potestad de las comunidades de propietarios de limitar esta actividad si así lo decide una mayoría cualificada de tres quintos de la junta, la doctrina se dividió entre quienes entendían que prohibir excede de la acepción de limitar que figura en la LPH, y los que, en cambio, consideraban que una limitación al extremo es una prohibición. “Esta controversia es muy reciente, por lo que aún no ha llegado al Tribunal Supremo, aunque sí a alguna Audiencia Provincial, como es el caso de la de Cantabria, que ha estimado que prohibir sí es una acepción de una limitación al extremo y que, por tanto, se puede prohibir esta actividad con un acuerdo de tres quintos de la junta”, razona sin tomar parte porque, según destaca, no es esta una función que entre dentro de las competencias de los administradores: “Lo somos de todos los propietarios, y solo a ellos corresponde decidir cuáles quieren que sean sus normas de convivencia”.

En cualquier caso, Ruiz-Capillas confirma que las viviendas de uso turístico han alterado la vida en las comunidades de propietarios. “Muchos vecinos no están acostumbrados a ver entrar y salir del portal a ciudadanos a los que no conocen de nada. El paradigma de lo que era tradicionalmente una comunidad ha cambiado y tenemos que acostumbrarnos a estos cambios para, en la medida de lo posible, tratar de regularlos para que no provoquen problemas ni a unos ni a otros. Y aquí, obviamente, el papel de los administradores de fincas colegiados es muy importante, sobre todo para informar y explicar este nuevo fenómeno”, concluye.

 

Una nave en el recinto portuario aporta el espacio en el que se desarrolla Boya 14, un programa de apoyo a la creación de empresas puesto en marcha por la Dirección General de Juventud y gestionado por el Centro Internacional Santander Emprendimiento en el que dan sus primeros pasos proyectos creados por jóvenes menores de 35 años. Tras una primera edición que arrancó en 2022, la nueva convocatoria busca ya candidatos para dar continuidad a la iniciativa, abierta tanto a proyectos todavía por concretar como a empresas nacidas con posterioridad a 2019.

Cristina Bartolomé |  @criskyra | Febrero 2024

En un almacén remodelado de la Zona Franca del Puerto de Santander, un grupo de emprendedores diseñan y desarrollan lo que será su proyecto empresarial. Es el coworking Boya 14 ‘La Comba’, un programa de la Dirección General de Juventud del Gobierno de Cantabria, que vio en el Centro Internacional Santander Emprendimiento (CISE) un importante apoyo para poder llevarlo a cabo, “dado nuestro conocimiento y experiencia en el fomento de la iniciativa emprendedora”, asegura Manuel Redondo, director de esta entidad promovida conjuntamente por la Universidad de Cantabria, el Banco Santander y el Gobierno regional precisamente para facilitar la conversión de las ideas en proyectos empresariales viables. “Para el CISE supone todo un orgullo y una oportunidad de avanzar en nuestra misión de impulsar la cultura de la innovación y del emprendimiento”, recalca.

En ese espacio físico, gratuito, se crea un entorno dinámico y colaborativo donde varios jóvenes desarrollan sus actividades, conjugando un apoyo formativo con la generación de un ecosistema donde se crean relaciones entre los propios emprendedores de manera orgánica. La suma del espacio y la formación es lo que hace precisamente a este programa diferenciarse de otros, subraya Redondo.

De la mano de expertos, los emprendedores recorren el camino desde la validación de sus ideas hasta la financiación y el marketing. Aunque el director del CISE no rebaja el esfuerzo que se requiere para emprender iniciativas empresariales, recuerda que todos los proyectos necesitan tiempo para consolidarse y define el emprendimiento como un ejercicio de “alto riesgo”. Como en cualquier actividad económica, apunta, el emprendedor está obligado a cumplir con los requerimientos administrativos y tributarios, además de la propia inversión necesaria. “El arranque de un nuevo proyecto empresarial no suele caracterizarse por la disposición de demasiado capital, equipo o tiempo. Esta situación hace que sea una actividad frágil, que se debe apoyar y cuidar con esmero”. Por ello, en el CISE están orgullosos de que la iniciativa contara con jóvenes empresarios desde el inicio del programa, en 2022, algo que esperan que se refrende ahora que se abre una nueva convocatoria.

Tras el camino formativo y la puesta en marcha de la iniciativa empresarial que realizan los emprendedores y en el que cuentan con el acompañamiento de expertos, no existe ninguna relación contractual entre los emprendedores y CISE, “ni durante ni después del paso por Boya 14”, indica Manuel Redondo. “La participación es gratuita y no conlleva para ellos ningún tipo de coste, firma de acuerdo para la toma de participación ni nada parecido”. La relación permanece a título informativo ya que, si lo desean, se les mantiene al tanto de otras acciones impulsadas por CISE u otras entidades que puedan ser de ayuda en siguientes etapas de su travesía emprendedora.

Asier Trancho, director del programa Boya 14. Foto: Nacho Cubero

Formación y trabajo

Asier Trancho es el director del programa coworking Boya 14. Describe que en el día a día cada emprendedor se ubica en su espacio y trabaja en su proyecto. Sobre las 12 del mediodía hacen un descanso y hablan de sus proyectos. “Aquí aprovecho para facilitarles información de interés sobre ayudas o programas y plantearles posibles formaciones o dinámicas, o ellos mismos me dan indicaciones sobre alternativas que les podrían interesar; también les pregunto sobre posibles necesidades o dudas”, explica. Luego vuelven a sus quehaceres hasta la hora de comer, en el que se repite más o menos el mismo proceso, aunque pueden aprovechar otros momentos para hablar entre ellos o hacer consultas, siempre respetando las normas de convivencia del espacio.

Antes de entrar en el programa, se seleccionan los proyectos que lo integrarán mediante una entrevista personal para considerar aspectos como la experiencia, la motivación y la disponibilidad, así como su posible aportación y encaje con el resto de participantes. Los candidatos también han de cumplir algunos requisitos, como el de residir en Cantabria, ser menores de 35 años y que no hayan constituido su empresa antes de 2019.

Además de todas las actividades formativas, los emprendedores reciben ayuda para la búsqueda de financiación a través de encuentros y contactos con perfiles relevantes para sus proyectos. También se les envía información –“bastante interesante”, recalca Asier Trancho– sobre subvenciones y programas de soporte financiero. Todo este apoyo formativo y el contacto con otros perfiles emprendedores han favorecido sinergias y colaboraciones, asegura el director de Boya 14, así como una mejora en la difusión e imagen de sus proyectos. “Además, disponer de un espacio con todas las facilidades les da un empujón para poder seguir enfocados en dar pasos hacia delante en su proyecto, ya que de esta manera se pueden despreocupar económicamente del alquiler de un espacio en el que trabajar y reunirse con sus socios y clientes”, añade.

Arlette de Jesús Hernández: Arboisiere Studio

Arboisiere Studio es la agencia de diseño fundada por Arlette de Jesús Hernández. Se dedica a crear experiencias inmersivas utilizando realidad aumentada. Esta idea de negocio busca ofrecer “experiencias únicas”, define Arlette, que combinen el mundo digital con el mundo real para aportar soluciones creativas a clientes de Cantabria y el resto de España.

Arlette de Jesús realizó un máster en Empresa y Tecnologías de la Información en la Universidad de Cantabria donde descubrió el programa de coworking del CISE, con el que se puso en contacto e inició una experiencia que considera no ha podido ser mejor: “La oportunidad de formar parte del coworking Boya 14 me ha proporcionado un espacio colaborativo, donde puedo conectar con otros emprendedores. Esta red de contactos ha sido invaluable para el intercambio de ideas y colaboraciones potenciales. Ha sido emocionante y desafiante, donde cada día es una oportunidad para aprender y crecer”.

Al igual que sus compañeros del coworking, la promotora de Arboisiere Studio valora como clave del éxito la perseverancia y capacidad de adaptación: “Sé que los desafíos son inevitables, pero enfrentarlos con determinación, intentar ver siempre el lado positivo y adaptarme a lo que vaya surgiendo me ha permitido estar en donde estoy y con ánimos de seguir adelante”.

Arlette confía en que las tecnologías inmersivas, como la realidad aumentada, mixta y virtual, que están “en plena evolución”, llegue un momento en el que sean tan comunes como utilizar un teléfono móvil o una tableta: “Creo que este es el momento ideal para poner sobre la mesa proyectos que exploten todo ese potencial tecnológico”.

Lucía Sierra, promotora de Pura Vena, empresa especializada en llevar la danza a los pacientes oncológicos. Foto: Nacho Cubero

Lucía Sierra: Pura Vena

Lucía Sierra Cano es una de las jóvenes emprendedoras que ha participado en este programa, que conoció a través del propio Centro Internacional Santander Emprendimiento. Pura Vena es su empresa, a la que define como el primer servicio de bienestar español que incorpora la danza para prevenir, emocionar y mejorar el estado de salud de las personas antes, durante y después del cáncer. Para ello aplica el método de ‘psicoballet cubano’ a las necesidades del paciente oncológico. En el Coworking Boya 14 ha conectado con otras personas que se encuentran en su misma circunstancia, lo que ayuda mucho en “un camino solitario y con muchos obstáculos. Si compartes preocupaciones, puedes compartir soluciones”. Lleva en activo dos años, su objetivo a corto plazo es la consolidación de sus servicios en diferentes entidades públicas y la ampliación a entidades privadas y que su plataforma web sea una realidad en 2024. A largo plazo, Lucía prevé aumentar la plantilla y “conseguir que la danza adaptada al cáncer se inscriba en los centros de atención primaria”.

La fórmula, dice, es “trabajo, constancia y esfuerzo” para introducir en el mercado español algo nuevo: “Algunas personas piensan en la danza como una actividad de entretenimiento, pero es una disciplina que va más allá, es un arte que traspasa los escenarios pudiendo aportar mucho a los ámbitos clínico, sanitario y social”. Tras casi una década de investigación, aplicación y adaptación del método de psicoballet y la danza en diferentes hospitales españoles a niños y mujeres con cáncer, asegura, “la experiencia avala esas disciplinas como método de mejora de la salud emocional, reduciendo la ansiedad; la salud física, por la práctica de la danza, y la social, ya que las personas que padecen cáncer encuentran a otras que están en su mismo proceso al hacer la danza en grupo”. De su estancia en el Coworking Boya 14 valora especialmente la formación y el aprendizaje continuo: “El mundo cambia y tienes que estar preparado para adaptarte a él”, resume.

Ana Ceballos, gerente de Nuage Turismo y Eventos. Foto: Nacho Cubero

Ana Ceballos: Nuage Turismo y Eventos

Ana Ceballos Berasategui es gerente de Nuage Turismo y Eventos, que ya se encuentra en el mercado y trabajando en proyectos reales dentro de sus dos ámbitos de negocio: consultoría turística y organización de eventos. La actividad no ha hecho más que comenzar con una serie de trabajos que han impulsado su empresa, explica: “Nuestra actividad se ha enfocado en un primer momento en Cantabria, ayudando a dinamizar el turismo gracias a nuestros proyectos, ahora queremos expandirnos por el territorio nacional. Grandes clientes, tanto de la empresa pública como privada a nivel regional y nacional han confiado en nosotros para hacer realidad sus proyectos, como: Noatum Logistics, Bridgestone, la agencia de desarrollo rural Saja-Nansa, el grupo de acción local Valles Pasiegos o ayuntamientos como Santoña, Ampuero y Limpias”.

Ana descubrió el programa de Coworking Boya 14 del CISE en Internet y se muestra feliz con el hallazgo: “Este espacio es cómodo y agradable y proporciona todas las facilidades necesarias para el desarrollo de mi proyecto. Estoy encantada de haber encontrado este coworking donde además desde el CISE nos proponen gran cantidad de formaciones y nos ponen en contacto con empresarios para seguir creciendo”.

De su estancia en el espacio habilitado en la Zona Franca destaca el aprendizaje diario y el tener que enfrentarse a nuevos retos que le permiten crecer, tanto profesional como personalmente: “Aunque hay momentos de incertidumbre, la satisfacción de construir algo propio, ver cómo va cobrando vida y obteniendo frutos es incomparable. Tengo muchas ganas de seguir avanzando, siendo perseverante y sabiendo adaptarme estoy segura de que llegaré a donde quiero”.

Uno de sus secretos es una recomendación de su madre: “Siempre me dice que sea un junco: mente flexible que se adapta fácilmente a los cambios, ponerse en el lugar de los demás y ser empático. Esto me ha permitido afrontar desafíos con resiliencia y encontrar oportunidades en situaciones difíciles”. Ana lo define como el consejo más valioso y asegura que seguirá aplicándolo: “Sin duda me ayuda mucho a manejar situaciones que se dan en el día a día de la empresa”.

En un momento en el que el comercio textil se enfrenta a su enésima crisis, una pequeña empresa con tienda en Maliaño mantiene un constante crecimiento en sus ventas a partir de un modelo que combina la venta presencial y por Internet, con un catálogo en el que tienen una sólida presencia los diseños propios, la renovación de colecciones es constante y el compromiso por el ‘low cost’, innegociable. Después de siete años en el sector, más de 700.000 seguidoras en redes sociales y una facturación que se mueve en el entorno de los dos millones de euros, la empresa se plantea nuevos retos, con la expansión internacional como primer objetivo: “Tanteamos vender en otros dos países europeos, y nos dio tan buen resultado, que en breve arrancamos de manera definitiva”, anuncia Gema Constanza, CEO de Heve Moda.

Cristina Bartolomé |  @criskyra | Febrero 2024

El galardón ‘Mujer emprendedora’ de la VIII edición de los Premios Emprendedores de Cantabria organizados por ‘El Diario Montañés’ recayó este año en Gema Constanzo, fundadora y CEO de Heve Moda, un comercio textil que comenzó su trayectoria en 2014 y que diseña y fabrica prendas únicas, calzado y accesorios, además de poner a la venta otras marcas europeas. Heve Moda SL nació en 2016 de la mano de esta empresaria santanderina apasionada por la moda. Cuenta con una tienda física en Maliaño y una tienda ‘online’ con la que ha conseguido llevar a toda España sus prendas ‘low cost’. Es en esa combinación de factores –diseños exclusivo a buen precio, tienda presencial y venta también por Internet– sobre la que la empresa ha sostenido su actividad, siguiendo las últimas tendencias del sector textil y renovando las colecciones con mucha frecuencia.

Por más que la fecha que figura en el registro tenga una consideración más o menos oficial a la hora de certificar el momento fundacional de la empresa, Gema Constanzo considera que el proyecto en realidad nació antes, cuando tenía la ilusión de abrir su propia tienda y hacer lo que más le gustaba: “Casi por casualidad, de paseo por Maliaño, mi marido y yo vimos un local que nos gustó, empecé a estudiar la posibilidad de establecernos allí… Pocos días después ya teníamos el local y empezamos la reforma”.

Con independencia de dónde se sitúe el punto inicial, los años de trayectoria de la tienda han confirmado un éxito en el que “ni de lejos” pensaba la fundadora de esta empresa textil, y ello a pesar de la confianza que tenía en su idea y en ella misma: “No fueron pocas las personas que me dijeron ‘cómo se te ocurre Maliaño’, o ‘en esa calle no hay comercio’ o ‘cómo no te instalas en Santander’…, Pues bien, yo lo tuve clarísimo siempre, buen producto y buen precio, y me decía ‘me va a ir bien’”.

Desde el principio, la tienda apostó por las redes sociales y en menos de un año contaba ya con 80.000 seguidoras, un hecho que impulsó la apertura del canal de venta online: “Al lanzar la web, conseguimos dirigir todo ese flujo a nuestra plataforma ‘e-commerce’”. El éxito de ventas no tardó en llegar, en gran medida gracias a un esfuerzo para estar “constantemente pendientes” de que la tienda ‘online’ cubra todas las necesidades de las clientas. “Para ello ha habido que ampliar plantilla y diversificar funciones”, explica Gema, que a la vista de los resultados es tajante a la hora de hacer balance: “Indudablemente todo ello ha merecido la pena”.

Gema Constanzo, junto al resto de trabajadoras que componen el equipo de la tienda Heve Moda, en Maliaño. Foto: Nacho Cubero

Dinamismo y amplia oferta

La CEO de Heve Moda SL explica el éxito de su empresa a partir de tres factores fundamentales: bajos precios, renovación de colecciones y servicio al cliente. “El 98% de nuestra colección cuesta menos de 20 euros”, recalca Gema Constanzo, que asume que mantener esos niveles, y hacerlo durante todo el año, es un reto diario a todos los niveles: “Con enorme esfuerzo y entusiasmo conseguimos que así sea”. A esa dificultad hay que sumar la renovación constante de prendas, ya que “absolutamente todos los días” llegan a las instalaciones de la empresa entre 10 y 20 nuevas referencias, disponibles tanto en la tienda física como en el canal de ‘e-commerce’. La rotación de productos es “enorme” y esto significa para Gema que “Heve es sinónimo de dinamismo y renovación”. Y el tercer factor es la atención a las clientas, que son “la base de Heve”, y que define como «exquisita»’: “Contamos actualmente con una comunidad de más de 700.000 seguidoras y a ellas nos debemos. Por ello damos absoluta prioridad a todas las consultas y peticiones, y atendemos correos y redes sociales los 7 días de la semana”.

Entre un 20 y un 25% de la colección es de diseño exclusivo, la propia Gema y otra persona de su equipo se encargan de crear los modelos manteniendo la línea Heve, “con prendas sencillas, muy ponibles” dirigidas a un público que, explica la fundadora de la empresa, es hoy más amplio que antes de la pandemia, cuando su ‘target’ eran mujeres de entre 30 y 50 años. En este momento el rango de edad se ha ampliado y abarca de los 26 a los 56 años. También ha variado el tipo de clientas: “Ahora nuestro producto lo compran mujeres de distintos ámbitos socio-económicos, a diario enviamos pedidos a estancos, estaciones de servicio, clínicas, comercios de todo tipo… lo cual nos hace inmensamente felices”, subraya. El resto de las prendas, la mayor parte de la colección, es de confección europea. Desde hace años Heve se nutre de producto manufacturado en Italia y Francia. Según Gema, esto aporta dos beneficios muy significativos que pueden repercutir en sus clientas: “Podemos afrontar la demanda de prendas con alto volumen de venta en apenas 3 o 4 días laborables, de modo que los productos que más rápido se agotan se reponen casi de forma inmediata. Y en segundo lugar, por la cercanía con ambos países, ahorramos considerablemente en transporte”.

Las redes sociales son básicas para el crecimiento de la empresa y para estar en contacto con sus clientas. Foto: Nacho Cubero

El ‘e-commerce’, la llave del éxito

Gema Constanzo piensa que posiblemente su negocio textil fue pionero en Cantabria apostando por el canal de venta electrónica, aunque no considera que este paso haya sido lo más difícil, sino la constancia para superar las dificultades con las que es inevitable encontrarse en la distribución textil: “Lo complicado en estos tiempos no es abrirse paso vendiendo ‘online’, sino mantenerse. Nos estamos enfrentando estos últimos años a circunstancias inesperadas que tocan negativamente nuestro sector, subidas de intereses, subida de precios en productos necesarios, altas temperaturas en meses fríos…”.

Frente a ello, el canal de ventas por Internet se ha revelado clave en el éxito del negocio, aunque su propietaria no oculta el esfuerzo que ello implica: “Es necesaria mucha organización y gran rigurosidad”, subraya Gema, que explica todo lo que hay detrás de la tienda electrónica y la venta por Internet: “El trabajo está completamente protocolizado, dos compañeras se encargan de crear el producto para la tienda ‘online’, lo describen detalladamente, indican medidas, composición, y suben las fotos. Otras dos compañeras se ocupan de contestar correos electrónicos, redes sociales, chat y teléfono. Y finalmente, otras dos compañeras preparan los pedidos”. A ello hay que sumar, añade, la labor de otro profesional que se ocupa de optimizar los procesos de usabilidad de la tienda ‘online’ y el posicionamiento SEO. Los resultados son obvios y cuantificables: la web y el comercio ‘online’ de Heve Moda aportan el 85% de las ventas totales de la empresa. “Y cada año mejoramos las ventas”, asegura Gema Constanzo, que desde Maliaño y a través de la web es capaz de realizar entregas en apenas 24/48 horas a toda la península, Islas, Ceuta, Melilla, Andorra y Portugal. Mientras, la tienda física, atendida por cuatro personas y ubicada en la Avenida Menéndez Pelayo de Maliaño, y a la que acuden clientas de Cantabria y otras comunidades vecinas, también es el punto de recogida de los pedidos realizados a través de www.heve.es

Tras siete años en el sector, la CEO de Heve Moda se plantea nuevos retos, entre ellos, la expansión: “Hemos tanteado vender en otros dos países europeos, y nos dio tan buen resultado que en breve arrancamos de manera definitiva”.

La tienda física de Heve Moda, en Maliaño. Foto: Nacho Cubero

‘Low cost’, un sector seguro

La llamada moda ‘low cost’, centrada en prendas de vestir de bajo coste, está vinculada al concepto de ‘fast fashion’, basado en una producción rápida y masiva de ropa que sigue las últimas tendencias. Se trata de una opción para consumidores que no quieren o no pueden gastar mucho dinero en ropa, pero no por ello quieren renunciar a una estética actual. Seguir esta línea dentro del sector textil es una adaptación a las necesidades de una sociedad que está en continua evolución, opina Marta Constanzo: “Desde ya hace tiempo se ha hecho maravillosamente compatible un bolso caro con un jersey ‘low cost’, y unas deportivas de marca con un ‘denim’ de Heve. Creo que muchas mujeres sentimos la necesidad de renovar armario, de vernos monísimas con ropa nueva, y la situación económica actual no permite lo que quisiéramos… Ahí es donde nosotras proporcionamos ese trocito de felicidad”.

Los resultados de esta apuesta de la empresa cántabra son muy positivos, con una facturación anual que ronda los dos millones de euros, tras cuatro años manteniendo una línea de precios súper ajustada, una estrategia esta última que no está en cuestión: “No tengo ninguna intención de subir precios en el año 2024”, afirma Gema. Aunque no dispone de un dato concreto sobre cuántas mujeres de Cantabria han comprado moda alguna vez en su tienda, asegura que la ve en cualquier parte: “No hay día en que no vea mujeres vestidas de Heve por la calle, en el supermercado, en el instituto de mi hija… ¡Qué ilusión me hace esto!”. En invierno, explica, el punto se lleva la palma – “nuestras clientas nos compran jerseys de tres en tres”– y, en verano, el vestido: “Solemos tener hasta más de 100 modelos distintos”, concluye.

Tras veinte años al frente de un centro deportivo, Sylvia de Miguel regresa ilusionada a Torrelavega con el objetivo de desarrollar proyectos trasversales para el Grupo Siecsa, la empresa de sus padres en la que comenzó a trabajar y ha desarrollado toda su carrera profesional y de la que hoy es consejera. Licenciada en Administración y Dirección de Empresas (ADE), De Miguel reconoce que se apunta a un bombardeo y que lo suyo es la comunicación y la formación. Abrumada por el reconocimiento otorgado por la Asociación de Mujeres Empresarias de Cantabria (Admec), asegura que su mayor reto pasa por mejorar y hacer crecer el legado empresarial recibido y apuesta por una revisión de la educación con una clara visión de futuro.

Manuel Casino |  @mcasino8 | Enero 2024

Pregunta.– De casta le viene al galgo. ¿Siempre quiso ser empresaria o soñó alguna vez con ser otra cosa?
Respuesta.– No. La verdad es que lo he tenido muy claro. Siempre he sabido que mi carrera profesional iba a estar vinculada a la empresa familiar. No he dudado en ningún momento. No tenía claro en qué responsabilidad, pero sí sabía desde muy pequeña a qué me iba a dedicar. Es lo que he visto en casa. Tengo el ejemplo de mis padres que se han dedicado toda su vida a la empresa y qué mejor que continuar con su legado.

P.– En Cantabria hay apellidos que lo dicen todo. Botín, Huerta, Álvarez, Lostal… ¿Y también De Miguel?
R.– Bueno. El apellido es algo que no se elige. Yo he tenido la fortuna de nacer en el seno de una familia muy emprendedora y al final no solamente se trata de un apellido, sino de intentar estar a la altura del mismo.

P.– Dice ser una apasionada de la gestión, la comunicación y la transformación digital. ¿De algo más?
R.– De la formación. Me siento una novata que necesita estar aprendiendo constantemente. Vivimos en un mundo en cambio permanente y la aceleración de este cambio es impresionante. Me gusta mucho la formación, la comunicación y la gestión de equipos. Es en los ámbitos profesionales en los que me siento más cómoda. Y creo que en la cuestión de la transformación digital es donde las siguientes generaciones de las empresas familiares más podemos aportar.

P.– La mujer va ganado poco a poco espacio en las grandes empresas, incluida la suya, pero quizá con más esfuerzo y tesón del necesario. ¿Aún se necesita visibilizar el trabajo de las mujeres para poder romper los moldes que asocian el mundo de la empresa a los hombres?
R.– El papel de la mujer es fundamental en cualquier proyecto. La sociedad y las empresas no se pueden permitir renunciar al 50 % del talento. Creo que cada vez estamos más implicadas en la toma de decisiones de las empresas dentro de un proceso que se ha ido construyendo de manera natural, si bien es cierto que en muchas ocasiones pecamos de discretas. Al final, nos gusta hacer, pero nos cuesta más dar ese paso hacia adelante y contarlo. En cualquier caso, tanto en Cantabria como en España contamos con grandes ejemplos de empresarias y directivas que están al frente de sus organizaciones y son una inspiración para las que venimos detrás. Se trata un poco de que con el ejemplo también inspiremos y empoderemos a las niñas. En este sentido, me gustaría destacar la labor de la Asociación de Mujeres Empresarias de Cantabria (Admec) para visibilizar el papel de la mujer en la empresa.

P.– ¿Por qué cuesta tanto retener el talento?
R.– Si lo supiera seguramente no estaría aquí trabajando (risas). Es uno de los retos. Las empresas debemos hacer un esfuerzo extra a la hora de desarrollar planes personalizados de gestión profesional para cada persona. Eso es algo en lo que venimos trabajando desde hace algún tiempo en todas las empresas del Grupo Siecsa. Tratar a cada trabajador de forma individualizada y poner en común las necesidades que nosotros tenemos como organización con las necesidades de desarrollo personal y profesional de cada empleado. Yo pongo el foco en la personalización y en la formación continua.

Sylvia de Miguel, junto a su padre, Juan de Miguel, presidente del Grupo Siecsa. Foto: Nacho Cubero

P.– Como mujer y empresaria, ¿cuál diría que es el mayor reto que tiene por delante?
R.– No haría distinción entre géneros. Nos enfrentamos por igual a desafíos como la retención de talento a la que ahora aludíamos, tratar de que nuestros equipos sigan siendo los mejores, o desarrollar nuevas actividades y apostar por la innovación para adaptarse a este mundo en perpetuo cambio. Personalmente, mi reto pasa por ser capaz de aportar valor real a la empresa. De intentar mejorar y hacer crecer el legado que mi hermana y yo vamos a recibir para seguir siendo líderes en los sectores en los que participamos.

P.– Hasta hace unos días se movía entre la gestión de una empresa constructora en Torrelavega y la dirección de un centro deportivo en Santander. ¿Qué tienen en común dos mundos tan diferentes?
R.– Al final en el centro de la gestión de cualquier empresa están las personas. Lo primero, el equipo; después, los clientes, los proveedores y todos los grupos de interés con los que trabajamos. Pero todos los sectores tienen en común que en el centro están las personas. Y en el Grupo Siecsa siempre lo hemos puesto por delante.

P.– Las nuevas generaciones ya no quieren subirse al andamio. De hecho, la construcción es un sector muy envejecido en el que sólo el 9 % de los trabajadores tiene menos de 29 años, según los cálculos de la Conferencia Nacional de la Construcción (CNC). ¿A qué lo achaca?
R.– El relevo generacional en la construcción es también un reto muy importante. Por eso, en Siecsa hemos puesto en marcha junto con la Fundación Laboral de la Construcción un programa dual para que los jóvenes que tengan inquietud, pero no tengan ni formación ni experiencia, reciban esa formación teórica-práctica compaginándola desde el primer minuto con un contrato laboral. De este modo, esperamos atraer ese talento joven hacia el sector de la construcción.

P.– Pese a que la automatización de procesos y el uso de las nuevas tecnologías ha aliviado la penosidad de muchas tareas manuales y ha aumentado el número de trabajadoras en perfiles más técnicos y cualificados, lo cierto es que las mujeres tan solo suponen el 11% de los 1,4 millones de empleados que actualmente trabajan en la construcción. ¿Lo encuentra sostenible?
R.– La construcción es obviamente un sector muy masculinizado. No es un secreto que hay determinados puestos en los que el trabajo es muy físico. Pese a ello, nosotros contamos con un plan de igualdad desde 2010, cuando estos planes aún no eran obligatorios. Siempre hemos apostado por un programa de desarrollo profesional igualitario para hombres y mujeres. Dicho esto, si bien es cierto que la mayoría de mujeres que trabajan en el Grupo Siecsa, que alcanzan el 30 % del total de la plantilla, lo hacen en puestos administrativos y directivos, también hay mujeres trabajando en la obra en diferentes perfiles profesionales.

P.– La construcción avanza hacia la industrialización, la sostenibilidad y la digitalización. ¿Hablamos ya de otros forma de hacer las obras?
R.– Sí. Básicamente porque desde el sector se apuesta por una construcción mucho más sostenible. Somos conscientes del impacto de las obras en un entorno que debemos de cuidar y legar en las mejores condiciones posibles. Estamos muy comprometidos con que ese desarrollo sea equilibrado. Hoy en día la sostenibilidad y la transformación digital nos permiten que muchos proyectos se gestionen de una manera más automatizada. Cada vez hay más tecnologías implicadas en el desarrollo de un proceso, desde la creación del proyecto hasta su ejecución. En todas las fases. Y hacia ahí debemos ir porque la tecnología nos ayuda a ser mucho más eficiente y a conseguir esa sostenibilidad que buscamos en el desarrollo del proyecto.

Sylvia de Miguel recibió el Premio Empresaria 2023 de la Asociación de Mujeres Empresarias de Cantabria (Admec). Foto: Nacho Cubero

P.– Hace cinco años decidió dejar de trabajar como franquiciados y apostar por crear su propia enseña de centros deportivos 100 % cántabra. ¿Satisfecha del resultado?
R.– Sí. Cuando empezamos no teníamos un conocimiento profundo del sector. Por eso nos unimos a la anterior cadena. Pero pasado el tiempo y con la experiencia adquirida, decidimos lanzar nuestra marca propia Move&Go. Y la verdad es que el resultado no ha podido ser más satisfactorio. Ya tenemos una imagen muy reconocida y los clientes saben cómo trabajamos. Hemos cogido lo mejor de una cadena nacional y le hemos aportado nuestro pellizco de Cantabria. De ser de aquí.

P.– Los gimnasios se han convertido en el lugar más importante tras tu trabajo y tu casa. ¿Son los nuevos bares del siglo XXI?
R.– Pues la verdad es que son espacios en los que se socializa muchísimo. Antes las personas iban más para adelgazar o ponerte en forma y ahora cada vez más asumen que hacer deporte forma parte de su salud física y mental. Lo ha incorporado a sus rutinas y hoy los gimnasios son espacios muy orientados a la salud y el ocio familiar. No solo vas a levantar pesas. Hoy tienes un abanico de actividades mucho más amplio que el que había hace veinte años cuando comenzamos en Torrelavega.

P.– El Instituto de la Empresa Familiar (IEF) reclamaba no hace mucho el papel de las empresas familiares en el desarrollo social y económico de España y de Cantabria, donde sus asociados representan el 92,1 % del tejido empresarial, generan el 82,5 % del empleo y suponen el 61,8% del PIB regional. ¿Perciben ese reconocimiento?
R.– A grandes rasgos, sí. La sociedad sabe que las empresas familiares somos generadoras de valor. Al final, hay dos cosas que nos definen: la visión a largo plazo, que queremos estar aquí mucho tiempo; y el arraigo al territorio, que somos cántabros, de Torrelavega para más señas, y que aquí vamos a tratar de seguir. Por tanto, la sociedad en general diría que sí, aunque hay cierta clase política que no da a la empresa familiar la importancia que realmente tiene. Nuestro objetivo no es tanto que se nos reconozca, sino que nos dejen trabajar.

P.– Esta organización demanda también una revisión fiscal que permita elevar los salarios sin perjudicar la competitividad de las compañías españolas. ¿Lo ve posible?
R.– Es fundamental para ser competitivos, no solo ya con relación a otras comunidades autónomas sino también a otros países del mundo. En un mercado global, la competitividad se abre a todas las empresas que operan hoy en día. El trabajo para conseguirlo se está haciendo y confío en que las negociaciones lideradas por el Instituto de la Empresa Familiar conjuntamente con la Asociación Cántabra de la Empresa Familiar (Acefam) den resultado. Soy optimista por naturaleza y, por eso, espero que, aunque seguramente no será fácil y llevará un tiempo, esta revisión fiscal sea el camino a seguir.

«Creo que la educación en general en España debe revisarse y hacerse, más allá de cuál sea el partido gobernante, con una visión clara de futuro. Porque al final nos jugamos el futuro como sociedad, como economía y como país»

P.– Por otro lado, muchos empresarios solicitan además una educación más trasversal para reducir la brecha entre las formación con la que cuentan los trabajadores y la que demandan las compañías. ¿Cada vez es más difícil encontrar perfiles profesionales adecuados?
R.– Creo que la educación en general en España debe revisarse y hacerse, más allá de cuál sea el partido gobernante, con una visión clara de futuro. Porque al final nos jugamos el futuro como sociedad, como economía y como país. Si las empresas nos estamos adaptando a ese cambio permanente al que me refería al principio, la educación también debe hacerlo. No puede ser que los jóvenes estudien con planes formativos que no han evolucionado nada en los últimos años y que siguen poniendo el foco en aspectos que ya no son tan necesarios. La empresa tiene que estar cerca de los colegios, de los institutos y la universidad para trabajar de una forma más estrecha y tener una relación que nos permita conocernos mejor unos a otros. Las instituciones deben hacer un esfuerzo por actualizarse. Nos cuesta encontrar personal que, al final, cuando lo encontramos, lo formamos nosotros. La experiencia se adquiere con el trabajo y la formación debe ser continua.

P.– Termino por donde empecé. He leído que tiene una vocación frustrada de escritora. ¿Lo ha superado?
R.– Diría que me gusta mucho comunicar en general. Y también escribir y transmitir. Pero solo escribo para mí [se ríe].

 

La integración en la multinacional Cegid posiciona al desarrollador cántabro de software como un actor clave en la revolución digital que está transformando en España la forma en que los despachos profesionales gestionan sus operaciones. A partir del 1 de julio de 2024 todas las facturas deben recibirse de manera electrónica, lo que lleva consigo cambios sustanciales en la forma en que las empresas emiten y registran sus transacciones. Con un grado de especialización que supone una de sus principales ventajas competitivas, Diez Software espera que el cambio legal aporte un nuevo impulso que dé continuidad al fuerte crecimiento experimentado en los últimos años.

Rubén Vivar | Enero 2024

En los últimos tres años, Diez Software ha experimentado una metamorfosis que la ha catapultado desde sus raíces en Cantabria hasta el epicentro de la escena empresarial en España. Esta travesía comenzó en febrero de 2021 con su integración en el Grupo Primavera, marcando un hito crucial en su extensa trayectoria de más de dos décadas de actividad como sociedad independiente. Poco después, en septiembre de 2022, el grupo británico, que apenas un año antes había integrado a la firma cántabra, fue adquirido por la multinacional Cegid.

Este intenso viaje no solo ha redefinido por completo la identidad de Diez Software –que ahora se presenta bajo la solución digital ‘Cegid Diez’–, sino también su papel en el panorama tecnológico. La incorporación a la firma internacional francesa ha terminado por impulsar de manera muy significativa su presencia en el mercado español, consolidándose como una pieza clave en el entramado de software de gestión empresarial destinado a despachos profesionales y asesorías.

Así lo corroboran los datos: en este corto periodo de tiempo ha multiplicado por tres su número de clientes, pasando de 1.500 a 5.000 usuarios, una cifra que sigue creciendo mes a mes y que sitúa a esta herramienta digital desarrollada en Santander en el podio de las más usadas en su sector.

“Hemos pasado de jugar en nuestra liga a jugar la Champions”. Con este símil futbolero, Pablo Serna, uno de los fundadores de Diez Software y actual director de producto de Cegid Diez, describe el salto que han dado en el mercado. “La gran ventaja de pertenecer a una multinacional es tener más recursos; de ser una empresa pequeñita y que los grandes del mercado te pueden ver como un actor un poco secundario, a ser alguien que está luchando por ser el número uno. Eso es un cambio brutal, estamos invirtiendo mucho”, prosigue explicando. Tal es así que incluso ven posible liderar el mercado en el plazo de no más de dos años pese al breve lapso de tiempo que llevan compitiendo bajo su nueva denominación comercial.

El equipo de Cegid Diez. En el centro, con chaqueta negra, Pablo Serna, fundador y director de Producto. Foto: Nacho Cubero

 

Serna, que sí aporta datos en cuanto al número de clientes, no puede concretar el incremento de la facturación que han experimentado, pues desde su integración en Cegid las cifras de negocio pasan a ser globales. En cualquier caso, el papel de la multinacional en la transformación de Diez Software no puede subestimarse. Para hacerse una idea de su potencial cabe señalar que sus ventas tan solo en España ascendieron en el año 2022 a 90 millones de euros, y que cuentan en nuestro país con más de 950 empleados y una red de clientes de más de 40.000 empresas de todos los tamaños. Son cifras que confirman que hablamos de un gigante en el sector de las soluciones digitales, un gigante que ha fijado sus ojos en la herramienta que lleva el sello cántabro.

“Somos la oferta que el grupo ha seleccionado para el mercado de la pequeña empresa y asesoría en España. Ese respaldo nos permite competir de igual a igual y aspirar a liderar el mercado”, destaca Serna. Esta elección ha fortalecido su posición y, muy importante, ha acelerado el desarrollo del producto. En este sentido, el directivo de Cegid Diez defiende que una de las claves más importantes para lograr abrirse hueco en un sector tan competitivo como el tecnológico es la especialización. “Desde que creamos Diez Software siempre creímos que era importante, pero con la integración en Cegid hemos alcanzado la especialización total. Es decir, pensar el producto en un único sector y dedicarnos a él plenamente, resolviendo solo sus necesidades. Eso te hace no perder el foco en estar intentando abarcar un montón de mercados”, analiza.

Solo en España, Cegid Software vendió por valor de 90 millones de euros en 2022, y cuenta con más de 950 empleados y una red de clientes de más de 40.000 empresas

En la actualidad, la sede cántabra de Cegid cuenta con 47 trabajadores frente a los 30 que tenía la empresa antes de actuar bajo la batuta de la multinacional, y las perspectivas a corto y medio plazo son seguir creciendo. Si bien no concretan, sí señalan que su sede, situada en el polígono de Candina, tiene capacidad para albergar hasta un centenar de empleados, una clara muestra de sus intenciones.

Y es que, más allá del producto, de la marca y de los recursos, el contexto socioeconómico también juega claramente a su favor. La digitalización y la innovación se han erigido como un motor impulsor de la competitividad y el crecimiento sostenible de cualquier negocio, al tiempo que la legislación también está empujando decididamente la transformación digital de las empresas.

“Para ver cómo ha evolucionado el sector, yo siempre digo que actualmente de las 10 mayores compañías del mundo, 8 son tecnológicas, mientras que si mirásemos este ránking en los años 90 encontraríamos sociedades petroleras y bancos. Hoy en día todo, absolutamente todo, nos guste o no nos guste, ha cambiado. Y todo se basa en la tecnología. Hasta un bar, si no utilizas la tecnología siempre estarás en inferioridad de condiciones”, recalca Pablo Serna.

La revolución legislativa y la Ley Crea y Crece

A este respecto, Serna explica que la próxima revolución legislativa en España, con la Ley Crea y Crece, marcará un hito importante en la forma en que las empresas gestionan sus operaciones. A partir del 1 de julio de 2024, todas las facturas deben recibirse de manera electrónica, llevando consigo cambios sustanciales en la forma en que las empresas emiten y registran sus transacciones. “En la forma de facturar las empresas tienen que tener un software totalmente homologado. Es decir, se acabó hacer facturas a mano, con Excel o con Word. Porque la segunda parte de la ley es que cada vez que se haga una factura, se envíe a Hacienda directamente”, explica el director de Producto de Cegid Diez, que para valorar el alcance de los cambios pone el ejemplo de Portugal, donde estos cambios ya están en vigor: “Si tú vas allí a cualquier restaurante, verás que te dan un ticket con un código QR; lo puedes leer y ver que realmente esa persona ha declarado esa factura y que Hacienda la tiene en ese mismo momento, en tiempo real”, relata.

“Esto va a ser un cambio muy profundo que está pujando Europa y que poco a poco se le está dando publicidad”, revela. La adaptación a estas nuevas regulaciones, augura, supondrá un desafío, pero también representa una oportunidad para que las empresas se preparen para un futuro digital que cada vez tiene más cara de presente.

Diez Software se trasladó en 2021 a las instalaciones del polígono de Candina, en Santander. Foto: Nacho Cubero

Precisamente, la diferente legislación de cada país hace que un mismo software esté prácticamente limitado a un único mercado nacional. “Aunque parezca mentira una factura no se hace igual en España, en Portugal, en Francia… En un país igual la tienes que mandar a la Agencia Tributaria en cuanto la haces; en otro resulta que en vez de haber el IVA, hay otro tipo de impuesto y en otro los pagos se realizan de otra manera… Hay demasiadas adaptaciones que hay que hacer a los productos para que sean internacionales”, señala. Estas variaciones legislativas son las que ahora limitan que Cegid Diez pueda dar el salto a otros países, pero al mismo tiempo fueron la que preservaron a Diez Software en el pasado. “Si no fuera complicado, no hubiéramos sobrevivido como empresa pequeña durante 22 años. Hubiera venido Google o Microsoft y nos hubiera pasado por encima”. No obstante, Serna señala que como grupo multinacional tienen sinergias con otros países.

En cuanto a los retos, Serna cuenta que Cegid Diez no solo está anticipando el cambio legislativo, sino que también está liderando la carrera hacia la automatización total en el mundo de la asesoría y la gestión empresarial. La introducción de herramientas que facilitan la comunicación directa y automatizada entre asesores y clientes es un testimonio de la visión de futuro de la empresa y una de sus ventajas competitivas. “Con la inteligencia artificial vamos a llegar a automatizar absolutamente todos los procesos de la asesoría y conseguir que el asesor se dedique a asesorar”, afirma Serna, que proyecta esta gran transformación “en menos de diez años”. La eliminación del trabajo manual, la mecanización de datos y la presentación de informes automáticos cambiará la forma en que las asesorías gestionan sus operaciones, asegura.

La digitalización en Cantabria y España

Con más de 20 años de experiencia, este directivo puede presentarse como una voz autorizada para expresar la evolución pasada y futura del sector y del mercado. “Una asesoría podía dedicar el 50% de su tiempo tan solo a meter datos en el sistema (principalmente facturas de los clientes). Todo eso ha ido evolucionando, pero todavía se sigue dedicando muchísimo tiempo a ello cuando hoy en día existen herramientas de reconocimiento automático”, sostiene. Pese a ello, se muestra contrario a la percepción común y alaba el avance significativo en términos de digitalización en Cantabria y España. “Muchas veces tendemos a creernos que nosotros estamos por detrás de otros mercados y eso no es cierto. En realidad, podríamos decir que todos los países están rezagados teniendo en cuenta las oportunidades que brinda ya la tecnología”, apostilla.

En esta misma línea, enfatiza que la capacidad de desarrollo y creatividad en el país no tienen parangón, desmitificando la idea de que España está rezagada. “No tenemos nada que envidiar a ningún país de Europa en capacidad de desarrollo. Hay mucho talento y creatividad aquí”. Este optimismo refleja la realidad de un país que sitúa “lejos de estar a la cola de Europa” y que además tiene ciertas potencialidades.

“No tenemos nada que envidiar a ningún país de Europa en capacidad de desarrollo. Hay mucho talento y creatividad aquí”. Pablo Serna, fundador de Diez Software

Sin embargo, este ascenso no está exento de desafíos. Por un lado, el sector se encuentra en una constante y vertiginosa evolución, derivada de una revolución tecnológica que avanza a pasos agigantados y que parece no tener fin. Este cambio continuo que Serna identifica como la principal amenaza para el sector del software de gestión implica que aquellas empresas que no se adaptan a la evolución constante tienden a ser excluidas por el propio mercado. Y por otro lado, la barrera más significativa es, según Serna, la adaptación del personal y el cambio en los métodos de trabajo. “Es muy difícil cambiar el hábito, no solo en este sector, sino en todos. Estamos atados a rutinas. Y a veces son cambios muy drásticos. Si ya nos cuesta cambiar de un programa a otro con las mismas funcionalidades, imagina cambiar la forma de trabajo. Es un cambio de mentalidad y eso es lo que más cuesta”. El desafío radica en superar la resistencia al cambio y en implementar nuevas formas de trabajo, un obstáculo común en la era digital.

Incluso, él mismo reconoce que en su propia doble transición hacia la multinacional Cegid lo que más les ha costado ha sido adaptarse a las nuevas formas de trabajo. “Hemos tenido que acostumbrarnos a trabajar en equipo con otras empresas del grupo; antes actuábamos con total libertad, de forma independiente”, explica.

 

La empresa cántabra, que nació hace 50 años para dedicarse a la serigrafía industrial y hoy explora nuevas formas de comunicación gráfica, inició en 2018 un proceso de reestructuración organizativa y profesionalización de la gestión que, tras el paréntesis provocado por la pandemia, ha permitido que las ventas se hayan movido estos dos últimos años en cotas récord. Con una estrategia que pone el foco en cuatro líneas de negocio dentro de las doce categorías de producto que fabrica, Serisan cuenta en su cartera de clientes con grupos con presencia internacional, a los que ofrece soluciones para el punto de venta en una oferta a medida que incluye desde el ‘visual merchandising’ en el sector retail a soluciones acústicas y estructuras autoportantes, pasando por arquitectura textil y comunicación visual.

José Ramón Esquiaga |  @josesquiaga | Enero 2024

En una empresa que acaba de conmemorar su cincuentenario, y que hace tiempo que rompió las ya de por sí difusas fronteras del sector de la comunicación gráfica, son muchos los giros estratégicos que merecen la condición de hitos dentro de la propia historia. En el caso de Serisan, que echó a andar en 1973 dedicada a la serigrafía industrial, el último de ellos se produjo en fechas relativamente recientes, cuando decidió reestructurar su oferta para hacerla girar en torno a cuatro de las líneas de negocio con las que operaba, entre las que curiosamente ya no tenía presencia la que dio origen a la empresa. Aquello tuvo lugar en 2018, a tiempo para que esa reorientación de la empresa fuera puesta a prueba por la crisis sanitaria, pero sus efectos sobre las ventas se han dejado notar sobre todo una vez superado el paréntesis de la pandemia, situando la cifra de facturación en cotas nunca antes alcanzadas.

Completamente orientada a los proyectos de comunicación gráfica que puedan proponer sus clientes, Serisan carece de un porfolio de producto con el que presentarse en el mercado, algo que pone a la empresa en disposición de aprovechar las oportunidades que puedan presentarse pero que también puede suponer una complicación en términos comerciales y estratégicos. Superada la serigrafía industrial por la impresión digital, el proceso que se abrió hace cinco años buscaba dar forma a una hoja de ruta para concretar esfuerzos y señalar unos ejes sobre los que hacer girar las estrategias para llegar a los diferentes mercados que se atienden desde la fábrica de Soto de la Marina. En aquel momento la planta trabajaba doce líneas de producto, entre las que se escogieron cuatro sobre la que concentrar los esfuerzos comerciales, formativos y de inversión. Ello no significaba, en todo caso, abandonar el resto, cuya aportación sigue siendo clave para mantener la condición de proveedora de soluciones en comunicación gráfica que constituye el núcleo de la oferta de la empresa.

Ángel Manuel Gómez Herrera, gerente de Sarisan, y Ángel Gómez Llata, fundador. Foto: Nacho Cubero

“Aquel fue un momento de cambio interno”, resume Ángel Manuel Gómez Herrera, gerente de Serisan, que señala como primeros objetivos del proceso iniciado entonces la profesionalización de la empresa y su preparación para lo que estaba por venir: “Renovamos el equipo directivo, acometimos un proceso de reestructuración interna y creamos una hoja de ruta y de estrategias”. La redefinición de la gama de producto, explica, fue una de las principales decisiones a tomar, y una de las claves para orientar la transformación que se buscaba. De toda la oferta de la empresa, se señalaron cuatro líneas de negocio como aquellas en las que centrar las inversiones, el trabajo de I+D+i, la formación y el esfuerzo comercial: ‘retail’, ‘visual merchandising’, arquitectura textil, estructuras autoportantes y soluciones acústicas.

Bajo esas cuatro denominaciones se agrupan familias de producto que ,aunque a su vez pueden ser muy heterogéneas –”nosotros no tenemos un catálogo que mostrar, lo que ofrecemos son soluciones a medida”, destaca el gerente de la empresa cántabra–, sí ofrecen un punto común sobre el que articular la oferta y llegar al mercado: la comunicación gráfica. Son también una buena referencia para describir la naturaleza de los trabajos que se realizan en la planta de Soto de la Marina y, sobre todo, el alcance de esas soluciones que menciona su gerente. La línea de negocio de ‘visual merchandising’ engloba los productos de serigrafía industrial destinados al punto de venta como elementos de promoción y refuerzo de los productos en venta, en un amplio abanico de formatos y materiales. Un papel similar juega la arquitectura textil, gráficas en telas montadas sobre estructuras de aluminio que, gracias a la tecnología de tinte empleada y una vez retroiluminadas, consigue imágenes comparables a las de una pantalla led, hasta el punto de poder utilizarse como alternativa a esta. Las reproducciones a escala real de furgonetas, para su uso como ‘food trucks’, son el producto más llamativo dentro de las estructuras autoportantes, que incluye también opciones mucho menos estandarizadas para su uso como punto de venta. Dentro de las soluciones acústicas, por último, se enmarcan los paneles fonoabsorbentes que, de nuevo en un amplio abanico de formatos y diseños, se utilizan para mejorar las condiciones de sonido de cualquier recinto, minimizando ruidos y reverberaciones.

Comunicación gráfica sin límites

Las soluciones acústicas y el ‘visual merchandising’ son las líneas que aportan un mayor volumen a la facturación de Serisan, y también las que mantienen un mayor ritmo de crecimiento. Pero es la complementariedad entre las diferentes categorías, y las sinergias que se generan entre ellas, la aportación más importante de la reestructuración acometida a partir de 2018, y eso vale tanto para las cuatro líneas con mayor protagonismo como para las otras ocho que completan la oferta de la empresa. “Las soluciones acústicas, por ejemplo, nos han permitido entrar en clientes y mercados donde de otra manera hubiera sido muy difícil hacerlo”, explica Ángel Manuel Gómez Herrera, que menciona hoteles o restaurantes, pero también oficinas, colegios o centros de trabajo que, a raíz de la pandemia, buscan formas de mejorar la calidad sonora de los espacios de trabajo. “Esa es la clave, al centralizar el esfuerzo en las cuatro líneas principales estás en condiciones de ofrecer a los clientes soluciones completas: cartelería, expositores PLV (de publicidad en el punto de venta) ficticios y corpóreos 3D… ahí entrarían el conjunto de las doce líneas”.

Arquitectura textil para Springfield con mobiliario efímero en primer plano. Foto: Nacho Cubero

El giro estratégico diseñado en 2018 se encontró, casi de forma inmediata, con el imprevisible reto de la pandemia del Covid-19, que puso un paréntesis en todo el proceso de reestructuración pero también sirvió para poner a prueba lo hecho hasta entonces: “Probablemente ha sido la crisis más importante que hemos sufrido en los cincuenta años de historia de la empresa, pero afortunadamente teníamos ya definidas las estrategias, las estructuras y los objetivos, y eso es lo que nos permitió aguantar y salir reforzados. De otro modo no sé si lo hubiéramos podido contar”, recuerda el gerente de Serisan. Con la hostelería y el retail cerrados, sin ferias en las que montar ‘stands’ y con todas las incertidumbres del momento, la actividad de la empresa se paralizó. “Tocó replegar velas y aguantar. Lo que más me preocupaba era perder a los trabajadores, y no solo por lo que supone un despido. Las máquinas pueden parar y ser reemplazables, pero las personas son un activo de la empresa, gente formada, implicada, eso no podíamos perderlo”.

Serisan cuenta con una plantilla de 40 trabajadores, a los que hay que sumar un colectivo de colaboradores que, sin estar formalmente dentro de la empresa, tienen una aportación fundamental. “Son 15 o 16 empresas que dan servicio en ciudades a las que no te puedes desplazar: Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia… Nosotros fabricamos, pero ellos son los responsables de hacer las mediciones y de instalar, con independencia de que toda la gestión la hagamos desde aquí”. En la planta de Soto de la Marina, además de la fabricación, está un oficina técnica y un departamento de coordinación de servicios al cliente encargado del diseño y la logística del envío y la instalación: “Tenemos una buena organización para sincronizar fuerzas y esfuerzos”.

Esa organización es la base sobre la que se asienta la que el gerente de Serisan considera como el principal argumento competitivo de la empresa: la capacidad para abordar proyectos complejos en tiempo récord. “La clave es dar un servicio personalizado, con una comunicación constante con el cliente, de manera que sepa en todo momento qué se puede hacer y en qué plazo”.

Clientes de referencia

En la cartera de clientes de Serisan están presentes algunos de los principales grupos de distribución textil y, tanto en su caso como en buena parte de quienes completan la relación, un buen número de empresas con presencia multinacional. El grupo Tendam –propietario de las cadenas Springfield y Woman Secret–, Stihl, Husqvarna, Adidas, OKMobility, Unilever –un gigante que vende más de 400 marcas, entre ellas Magnum o Carte d’Or– y la cadena hotelera Iberostar forman parte de una cartera en la que también tienen presencia empresas cántabras, como Textil Santanderina o Hisbalit. Que se trate de empresas con muchos puntos de venta, o que requieran que el producto que fabrique Serisan llegue simultáneamente a cientos de tiendas, marca un grado de exigencia que implica un mayor nivel de dificultad en la organización de la fabricación, envíos y montajes, pero que también permite que la empresa cántabra haga valer sus fortalezas.

Tras la pausa provocada por la crisis sanitaria, la cifra de ventas de Serisan retomó la senda de crecimiento de los años anteriores, pero con un renovado impulso que los responsables de la empresa no dudan en vincular con los efectos de la reestructuración acometida antes de la pandemia. En 2022 la facturación superó los 4 millones de euros, una cifra récord en el histórico de la empresa a la que, destaca el gerente de Serisan, fue consecuencia del incremento de la actividad, y no del aumento de los precios: “Antes del parón por el Covid, ya habíamos hecho visitas, presentando el nuevo enfoque de la empresa y apoyándonos en las cuatro líneas de negocio. Aunque aquello se paró por la crisis, ya habíamos hecho nuevos clientes y eso nos permitió retomarlo todo y recuperarnos rápidamente”.

«A raíz del Brexit, por ejemplo, hubo una agencia de publicidad del Reino Unido que nos trasladó sus clientes europeos para evitar los costes de salir del Reino Unido». Ángel Manuel Gómez Herrera

Geográficamente, Serisan atiende pedidos de toda España, aunque tiene presencia internacional tanto a través de una parte de exportación directa como, sobre todo, con los trabajos hechos a clientes españoles para su empleo en tiendas, exposiciones o stands fuera de España. “En su día nos planteamos buscar clientes fuera de España, pero lo paralizamos y no lo hemos retomado”, explica Ángel Manuel Gómez Herrera, que menciona las dificultades que para una empresa como la suya, sin un porfolio de producto propiamente dicho, implica una tarea como esa. Eso no significa, en todo caso, una renuncia a los mercados exteriores, en los que efectúa en torno al 5% de sus ventas: “A raíz del Brexit, por ejemplo, hubo una agencia de publicidad del Reino Unido que nos trasladó sus clientes europeos para evitar los costes de salir del Reino Unido, y tenemos clientes españoles que tienen sedes o agencias de comunicación fuera de España. Por esa vía entendemos que podemos seguir creciendo”, concluye el gerente de Serisan.

 

Medio siglo de continua transformación

El fundador de la empresa, en el centro, junto al actual equipo directivo de Serisan y el logo del cincuentenario. Foto: Nacho Cubero

Por más que mantenga su rastro en el propio nombre de la empresa, la serigrafía industrial hace tiempo que no forma parte de la cartera de productos de Serisan. Desplazada del mercado por la impresión digital, la actividad que dio origen a la empresa hace medio siglo dejó su lugar a otras, en un relevo que a lo largo de la historia de Serisan se ha producido en otras muchas ocasiones, siempre atendiendo a las necesidades de los clientes y a lo que la tecnología ofrecía para darles respuesta. Ese continuo proceso de reinvención, que está en la raíz del giro estratégico acometido en 2018, es probablemente el elemento más característico del proyecto que dio sus primeros pasos en 1973 en un pequeño taller de la calle General Dávila de Santander y que. desde entonces, ha ido transformándose con cada proyecto y con el impulso primero de su fundador, Ángel Gómez, y después de sus sucesores: “A nosotros nos ha tocado proteger el legado que hemos recibido”, recalca Ángel Manuel Gómez Herrera, actual director de la empresa.

Serisan celebró su cincuentenario el pasado 26 de octubre con un acto en el que reunió a trabajadores, proveedores y clientes. Muchos de estos últimos –clientes y proveedores– han acompañado a la empresa a lo largo de sus cinco décadas de vida, en lo que los actuales responsables de Serisan consideran como otra de sus señas de identidad. La conmemoración del aniversario, en la que tuvo un destacado protagonismo el propio Ángel Gómez, sirvió también de marco para la edición de un libro con la historia de la empresa, escrito por el periodista Jesús Chimeno. El año del cincuentenario se ha implantado en Serisan un protocolo familiar. “De alguna manera el protocolo es el broche para este aniversario que hemos celebrado este año, un instrumento que facilita la continuidad de la familia empresaria”.

 

Los informes sobre absentismo laboral abren a menudo la discusión sobre la dimensión real de este asunto que preocupa por igual a empresarios y sindicatos y sobre el que ambas partes coinciden en la necesidad de articular medidas y soluciones para tratar de mitigarlo. Pero mientras que la patronal destaca el elevado coste económico que representa para las empresas y su competitividad, los sindicatos denuncian la visión distorsionada que ofrecen estos estudios de un problema que consideran mucho más complejo y cuya interpretación, según sostienen, tampoco genera consenso.

Manuel Casino |  @mcasino8 | Enero 2024

El absentismo laboral viene ocupando desde hace tiempo titulares y espacios en los medios de comunicación en los que, de forma casi generalizada, se alerta de su constante crecimiento y del elevado coste que representa para las empresas y su competitividad. Así lo pone de manifiesto un reciente informe sobre este problema elaborado con datos de la EPA por Randstad, empresa especializada en talento y recursos humanos, en el que se resalta que Cantabria lideró, junto al País Vasco y Canarias, el absentismo laboral en España durante el segundo trimestre de 2023. En concreto, este estudio recalca que la comunidad cántabra registró en ese periodo la tercera mayor tasa con un 7,2% de las horas pactadas, un punto por encima de la media nacional.

Asimismo, el V Observatorio sobre Absentismo Laboral Mutua Montañesa, presentado a finales del pasado mes de octubre, destacaba que la ausencia de los trabajadores de sus puestos de trabajo supuso a las empresas cántabras un coste de 383 millones de euros durante los primeros ocho meses de 2023, un 5,9% más que en mismo periodo del año anterior.

El empeoramiento de los datos de absentismo laboral en Cantabria se produce en un contexto general de mejora de la calidad de los contratos y menor temporalidad que, en principio, debería haber provocado los efectos contrarios.

La directora general de CEOE-Cepyme Cantabria, Isabel Cuesta, aclara que la región ya venía arrastrando desde hace algún tiempo esta alta tasa de absentismo que ahora “se ha acentuado” con la pandemia, si bien precisa que sus causas son difíciles de explicar en todo su alcance, ya que no existe un solo motivo que lo justifique. Además de explicar que cada sector tiene sus propias “peculiaridades”, Cuesta sostiene que una buena parte de la “culpa” de esta situación descanse muy posiblemente “en los ingentes recursos sanitarios y humanos que fueron necesarios para atender la pandemia y las secuelas sociosanitarias que aún arrastramos”, un argumento al que suma el “significativo” incremento de las bajas relacionadas con la salud mental que, según subraya, ha crecido mucho en los últimos tiempos.

Fotografía de Isabel Cuesta, directora general de CEOE-Cepyme de Cantabria

Isabel Cuesta, directora general de CEOE-Cepyme de Cantabria. Foto: Nacho Cubero

Este empeoramiento de los datos de absentismo laboral en Cantabria se produce, además, en un contexto general de mejora de la calidad de los contratos y menor temporalidad que, en principio, debería haber provocado los efectos contrarios. La directora general de la patronal cántabra no cree, sin embargo, que exista en este sentido una relación causa-efecto. “La reforma laboral ha cambiado la denominación de algunas formas de contratación, pero no parece que haya tenido un efecto tan significativo en la estabilidad de la contratación”. Es más, detalla que Cantabria no supera el 30% de contratos indefinidos desde hace varios meses, alrededor de quince puntos por debajo de la media de España. “Quizá este hecho también ayude a entender el porqué de esta situación en nuestra comunidad autónoma”, enfatiza.

De su lado, el secretario de Acción Sindical de UGT-Cantabria, Valentín Fernández, quita validez a este tipo de informes ya que, en su opinión, no dejan de presentar una imagen “interesada y sesgada” del absentismo laboral, dado que a su juicio no se analizan realmente los factores que están detrás de este problema: “Si ves los datos que ofrecen estos estudios, se trata de una especie de cajón de sastre en el que se recogen diferentes contingencias que se entienden que en sí son absentismo, cuando en realidad se trata de un término muy controvertido sobre el que, en muchas ocasiones, ni las partes implicadas nos ponemos de acuerdo qué se debe entender como tal y qué, principalmente, obedece a bajas por enfermedades comunes”, razona.

Fernández insiste en que detrás de estos datos está un “cierto interés” de las entidades colaboradoras del sistema público de salud, fundamentalmente las mutuas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, que desde hace años vienen promoviendo un cambio legislativo para poder gestionar las contingencias comunes. “No voy a negar la mayor y puede que haya casos aislados de trabajadores que no acuden a su puesto porque no quieren. Siempre los ha habido, pero la excepción no hace la regla”, recalca el representante de UGT. “Podemos entender la preocupación empresarial por este asunto, pero lo que no vamos a compartir es que se llame absentismo a la enfermedad o que se alimente el fantasma del fraude entre la población laboral”, enfatiza antes de recordar que la incapacidad temporal no depende de la voluntad del trabajador: “Obedece a la decisión de un facultativo de atención primaria según criterios profesionales”.

Valentín Fernández defiende que si de la ecuación se eliminaran las bajas por enfermedad común, las horas no trabajadas por vacaciones, los permisos por maternidad o paternidad, la compensación por horas extraordinarias y otras ausencias justificadas, el resultado que reflejarían las estadísticas sería muy diferente: “El absentismo ‘real’ no tiene en ningún caso la envergadura que los empresarios pretenden denunciar ni, por tanto, es un grave problema económico para el país”.

Dicho esto, aboga por analizar desde un punto de vista preventivo las nuevas realidades del trabajo. “La Ley de Prevención de Riesgos Laborales, que se encuentra muy ligada al absentismo laboral, supuso un antes y un después de su entrada en vigor en 1995. Sin embargo, desde entonces el mundo del trabajo ha cambiado significativamente con la digitalización de los procesos productivos, el teletrabajo, la introducción de la inteligencia artificial, la conectividad permanente de las personas trabajadoras o el control y monitorización de sus tareas, lo que sin duda obliga a su actualización”, argumenta.

Aunque admite que esta norma ha funcionado razonablemente bien en el ámbito empresarial, Fernández sostiene que tras el Covid ha existido una “cierta relajación en la cultura preventiva de las empresas que de nuevo hay que implantar”. Porque, según explica, al calor de estas nuevas modalidades de trabajo han surgido también nuevos riesgos psicosociales de origen laboral –estrés, carga mental…– que tiene un “gran impacto” entre la población trabajadora y que, en su opinión, “no están siendo gestionados adecuadamente por las empresas”.

Por eso, reclama dar a la prevención de riesgos psicosociales, a lo que se refiere como “la nueva pandemia del mundo del trabajo”, la importancia que realmente se merece. “En estos casos, las empresas deben ser conscientes de que tienen un problema y hacer una evaluación de este tipo de riesgos para, una vez realizada, adoptar las medidas de carácter preventivo que sean necesarias y verificar con posterioridad si han sido o no las adecuadas, comprobando si los índices de absentismo se han visto reducidos”. Si se hiciera correctamente, señala, se generaría un buen clima laboral y un adecuado desarrollo profesional, concede apuntando directamente al “papel fundamental” que en este sentido desempeñan los departamentos de recursos humanos de las empresas.

Fotografía de Valentín Fernández, secretario de Acción Sindical de UGT de Cantabria

Valentín Fernández, secretario de Acción Sindical de UGT de Cantabria. Foto: Nacho Cubero

De su parte, la directora general de CEOE-Cepyme Cantabria estima que el incremento de la enfermedad común, que según el V Observatorio Sobre Absentismo Laboral Mutua Montañesa ha crecido cerca del 60% con relación a 2019 –el último año anterior a la pandemia– hasta representar en la actualidad más del 85% de las jornadas perdidas por parte los trabajadores, no se debe a una “mala salud” de los trabajadores en la región. “No creo que sea un asunto de salud, sino más bien de gestión, singularmente de las bajas laborales. Durante la pandemia se dio un paso para abordar estos asuntos de una forma más eficaz y rápida, pero no acabamos de coger la velocidad necesaria”, admite.

En este sentido, Cuesta considera que la colaboración publico-privada a través de las mutuas laborales y organismos similares podría ser una “muy buena opción” para agilizar todo el proceso: “Sé que el nuevo Gobierno de Cantabria está dando pasos en esta dirección. De hecho, recientemente hemos constituido conjuntamente con el Ejecutivo cántabro, el INSS y las mutuas una mesa de trabajo sobre absentismo en la que se ha demostrado la máxima disposición de todas las partes a colaborar y aportar soluciones eficaces”, precisa.

Una iniciativa sobre la que Fernández muestra su rechazo más frontal. “Podemos entender la preocupación de estas empresas –del sector de la automoción, según asegura– para tratar de dar solución al elevado nivel de absentismo laboral por incapacidades temporales derivadas de contingencias comunes (ITCC) que soportan. Pero no se puede dejar al margen a los trabajadores porque, por encima de todo, está el derecho de los trabajadores a la salud”, afirma antes de reclamar que cualquier análisis sobre esta materia se haga en el marco del Diálogo Social. “El absentismo requiere de un debate profundo en el que todas las partes deben poner sobre la mesa sus preocupaciones y soluciones. Pero la Administración debe contar con todos los agentes sociales implicados en este proceso, no solamente con alguno de ellos”, reivindica el representante de UGT.

La patronal y este sindicato difieren también sobre si las obligaciones burocráticas prolongan innecesariamente los procesos de baja laboral. Así, la patronal aprecia que, al igual que en otros los ámbitos de la administración, también es preciso simplificar la burocracia en la gestión sanitaria. “Esta es una de las claves para la mejora de la competitividad de Cantabria, para la atracción de inversiones y para el cambio de modelo productivo de la región, y así se lo hemos expresado al nuevo Gobierno regional en diferentes ocasiones”, aclara su directora general, quien, por otro lado, vería con “buenos ojos” que las mutuas prestasen asistencia médica y emitiesen las altas en las veinte patologías traumatológicas más frecuentes, un posibilidad que, según el informe sobre absentismo laboral por ITCC en Cantabria elaborado por la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT), permitiría un ahorro total superior a los 26 millones de euros.

Por su parte, el sindicalista de UGT entiende que no es una cuestión de más o menos burocracia ya que, de hecho, desde el pasado 1 de abril el trabajador ya no tiene que entregar el parte de baja médica o incapacidad temporal a su empresa, sino que las comunicaciones se hacen ya por vía telemática entre las Administraciones y dicha empresa. “El problema es más de fondo. Hay que hacer una labor de base y analizar en detalle el porqué y las causalidades de las bajas laborales”, indica Fernández, que demanda abordar y poner en el centro del debate otras cuestiones que no siempre se tienen en cuenta: “Como los excesos de jornada, en muchas ocasiones no retribuidos; la falta de desarrollo profesional, el escaso reconocimiento y la inseguridad laboral” u otros factores, entre los que cita “el envejecimiento de las población trabajadora y los cambios climáticos que venimos soportando desde hace años”.

En lo que sí coinciden empresarios y sindicatos es en la necesidad de reducir las la listas de espera de la sanidad pública, toda vez que reconocen que hay muchas situaciones de baja laboral que están en espera de una prueba diagnóstica o de una consulta especializada.

Sindicatos y patronal coinciden en la necesidad de reducir las la listas de espera de la sanidad pública, toda vez que reconocen que hay muchas situaciones de baja laboral que están en espera de una prueba diagnóstica o de una consulta especializada.

“Hay una bolsa de casos que tiene que ver con las enormes listas de espera que soportamos”, asegura Pilar Cuesta, que entiende que todo lo que se pueda agilizar en este aspecto será de ayuda. A su juicio, se trata de uno de los mayores retos del Gobierno regional para esta legislatura que está comenzando.

Fernández, por su parte, se remite en este asunto al V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), firmado el pasado 10 de marzo por sindicatos y patronal. Según resalta, este acuerdo insta, en su capítulo VII, a aprovechar los recursos de las mutuas colaboradoras de la seguridad y salud, que posibiliten reducir los tiempos de espera, la atención sanitaria de las personas trabajadoras y la recuperación de la salud, así como reducir las listas de espera en el sistema público. Al respecto, el secretario de Acción Sindical de UGT subraya que este mejor aprovechamiento de los recursos de las mutuas colaboradoras de la Seguridad Social no modifica “en modo alguno” las actuales competencias del Servicio Cántabro de Salud en los procesos de alta, baja y seguimiento de la incapacidad laboral: “Siguen igual, tan solo abre la posibilidad de utilizar los servicios de rehabilitación de las mutuas para tratar algunas incapacidades temporales por contingencias comunes de origen traumatológico, siempre bajo deseo del trabajador y con el permiso del médico de Atención Primaria”.

Precisamente, para tratar de mejorar la gestión de las ITCC, la directora general de CEOE-Cepyme Cantabria señala tres medidas: refuerzo y mejora de la atención primaria; simplificación burocrática con gestión directa entre empresas y sector sanitario; y colaboración publico-privada en la gestión de los casos comunes para desembolsar y agilizar la bajas y descienda el absentismo.

El secretario de Acción Sindical de UGT, por su parte, insiste en poner el acento en la salud del trabajador, que recalca debe estar en el centro del debate, y en poner en tela de juicio los informes aludidos sobre absentismo laboral. “Una cosa son los datos, pero detrás hay toda una casuística que no analizan. Habrá que hacerlo, pero contando con todos los agentes sociales. Para eso está el diálogo social”, concluye.