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El emprendimiento de la Fundación Botín se acerca a Valderredible con ‘RuralEmprende’

El programa ‘RuralEmprende’, que había venido desarrollándose en Cantabria en el Valle del Nansa y en Peñarrubia, además de en la andaluza Serranía de Ronda, se extiende a Valderredible, donde una veintena de emprendedores participan ya en la formación que les orienta en sus primeros pasos para convertir sus proyectos en empresas. De entre todos los proyectos presentados a ‘RuralEmprende’, tres recibirán un capital semilla y asesoramiento hasta finales de 2025.

Ana Bringas | Septiembre 2024

Es probable que al pensar en Valderredible su cabeza se llene de bonitos paisajes con el imponente Ebro como protagonista o con la presencia de alguna de esas pequeñas iglesias u otras construcciones del románico rural. También es posible que le atraviese el dato que posiciona a este término municipal como el de mayor extensión de la región cántabra o que sepa que son más de 50 –en concreto 53– las localidades que conforman el municipio. Quizás entre esos pensamientos no exista ninguno que se acerque al emprendimiento, la economía o los negocios más allá de la ya popular producción de patatas o la relevancia que ha tomado la ganadería en la zona. Pero lo cierto es que, además de ser una joya paisajística y natural, Valderredible es aún una comarca por explotar con mucho potencial y grandes ideas en ebullición que el programa ‘RuralEmprende’ de la Fundación Botín está tratando de poner en valor para que al reflexionar sobre este lugar el abanico de posibilidades sea mucho más amplio.

Financiada con fondos del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico del Ejecutivo nacional, esta iniciativa, que nació en el Valle del Nansa y Peñarrubia en 2009,  viajó años más tarde hasta Andalucía y se extiende ahora al sur de Cantabria, busca fomentar el emprendimiento como palanca para afrontar el reto demográfico en lugares que tratan de paliar la despoblación. Por ello, se dirige a emprendedores de municipios rurales de menos de 5.000 habitantes que acceden a un programa de formación enfocado a mejorar la viabilidad y escalabilidad de sus proyectos superando los múltiples obstáculos de instalarse en pequeñas poblaciones. Un asesoramiento que ya existe y es más fácil encontrar en zonas urbanas y que gracias al programa se incorpora al medio rural.

Además de la ya mencionada lucha contra la despoblación, fomentar el emprendimiento, crear empleo y mejorar la calidad de vida de los vecinos son algunos de los estandartes de ‘RuralEmprende’, que seleccionará tres propuestas de entre sus veinte participantes valorando especialmente que la idea de negocio sea susceptible de ser desarrollada en los territorios del programa y por parte de personas que residan en la zona; su capacidad para generar empleo y favorecer el asentamiento de la población; su vocación de valorizar los recursos locales de forma respetuosa con el medio ambiente; y también de aquellos que promuevan las actividades agrícolas, ganaderas, forestales o agroindustriales.

Mario Romanillo en ‘Casa Roma’, el negocio que regenta, que combina el alojamiento rural con la organización de talleres, eventos y retiros. Foto: Nacho Cubero.

Psicología, hostelería rural y orientación educativa

Las que se han presentado son ideas innovadoras que combinan, en muchos casos, lo tradicional con prácticas más curiosas, como el proyecto de Luna Manolis que a una cafetería de las de siempre le agrega un espacio donde ejercer su trabajo como psicóloga clínica añadiendo también yoga y masajes para mejorar la salud física. Luna, de 26 años, es de San Martín de Elines, aunque ha pasado gran parte de su vida en Estados Unidos. Regresó a Valderredible tras la pandemia y su afición por la repostería –marcada por las costumbres y recetas estadounidenses– sumada a su profesión la llevaron a idear un futuro establecimiento que combine ambas pasiones, un pequeño local “con mucha luz y alegría”, donde vender bollería y café artesano y ayudar psicológicamente a sus clientes.

A diferencia de otros compañeros más experimentados, Luna confiesa que nunca ha llevado un negocio y asegura que está en el programa para aprender. Explica que ‘RuralEmprende’ “está muy bien” y, aunque no sabe si finalmente llevará a cabo su idea, dice estar “abierta a otras oportunidades y pivotar”. “Aquí en el mundo rural no hay muchas oportunidades si no estás en ganadería o hostelería, por eso emprender es importante y todos nos estamos llevando algo muy especial de este programa”, matiza la emprendedora cántabra.

En ello coincide Mario Romanillo. Él ya tiene su negocio en marcha desde las pasadas navidades: ‘Casa Roma’ es un alojamiento rural emplazado en un antiguo edificio reformado capaz de alojar a catorce personas. Además del alquiler vacacional, como emprendedor Mario pretende organizar talleres, eventos y retiros en la finca en colaboración con otros profesionales. La primera actividad tuvo lugar meses atrás, cuando desarrolló un taller de cocina japonesa con la participación de doce personas y la cooperación de una cocinera de origen nipón que regenta un negocio en la capital cántabra. Ahora agradece el asesoramiento y la información proporcionada por el programa y señala su “gran utilidad”.

Jorge Cuevas, uno de los emprendedores que participa en el programa y que tiene previsto poner en marcha su academia en septiembre. Foto: Nacho Cubero.

Jorge Cuevas, otro de los participantes en la iniciativa, centra su futuro negocio en la orientación de niños con necesidades especiales mediante sesiones tutorizadas que, si todo va como prevé, se empezarán a impartir en septiembre en su academia ‘Raíces y sueños’. En concreto, su proyecto consiste en ofrecer formación personalizada dirigida a aquellos alumnos que presenten dificultades para seguir las clases, así como un apoyo en inglés. Lo novedoso de la idea de Jorge, que es maestro de profesión y natural de Matamorosa, es que su academia será también campamento de verano en época no lectiva. Conocimientos sobre fauna y flora, primeros auxilios, sistemas de riego, técnicas de supervivencia básicas en la naturaleza o reconocimiento de huellas son algunos de los temas que tratará de enseñar a sus alumnos. Sobre la formación de ‘RuralEmprende’, Jorge hace una valoración muy positiva: “Es una pasada. No me lo esperaba”, apunta con sorpresa, destacando el nivel de la formación que se imparte en los cursos: “No puedes perder la atención porque los ponentes son brillantes y lo que enseñan es oro”. En la misma línea, desde la coordinación del programa indican que la formación es para sacar adelante un proyecto de vida, no un cursillo de emprendimiento.

Diversidad de sectores

Las propuestas de los participantes en ‘RuralEmprende’ son variadas, todas muy personales. Algunas de ellas se centran en el sector servicios, que es precisamente el que mayor presencia tiene en Valderredible tal y como se desprende de la información sobre la economía del municipio que aclara que un 32,63% del total de negocios pertenecen a este sector y por lo tanto marca con contundencia la actividad y acapara la mayor parte del empleo en el territorio. De estos datos también sobresale la existencia de promotoras del sector agrícola, en el que destaca la ya citada producción de patatas y su vinculación con la hostelería y el comercio; y el sector ganadero, donde resalta el vacuno cárnico de razas industriales. A ello se suman nuevas propuestas que se proclaman como alternativas económicas de interés y con un importante potencial de desarrollo como las plantaciones de arándanos o la producción de queso artesano. Por su parte, el ocio está presente pero en menor medida y es por el momento un complemento para la actividad turística. En este punto se debe subrayar que pese a que Valderredible cuenta con recursos turísticos muy válidos para atraer a visitantes, la mayoría de ellos se encuentran infrautilizados. Aún así, los emprendedores proyectan negocios que le otorgan gran peso a la naturaleza y el medio ambiente como lugar donde desarrollar actividades de recreo o expansión.

Un rico patrimonio natural, un extraordinario bagaje arquitectónico, una pequeña oferta de experiencias de viñedo, alojamientos, gastronomía, actividades de ocio… son algunos de los puntos fuertes del territorio en este sentido junto a los sectores que cargan actualmente con el peso de la economía del municipio y que aún pueden exprimirse más. Es precisamente lo que explora este programa de la Fundación Botín, que asimismo nombra otros recursos como elementos clave a explotar. Entre ellos, las diversas infraestructuras de interpretación presentes en la localidad que suponen un valioso reclamo para la atracción de visitantes o el potencial del capital relacional de personas y organizaciones vinculadas con el territorio.

Marta Cosío, que puso en marcha su negocio en 2009 con apoyo del programa ‘NansaEmprende’, tiene previsto inaugurar una segunda panadería en Ruente. Foto: Belén de Benito.

Esta es la primera edición del programa de emprendimiento de la Fundación Botín en el Real Valle de Valderredible, no obstante cuenta con antecedentes en Cantabria y fuera de ella. Ya se ha desarrollado con éxito en el Valle del Nansa y Peñarrubia en varias ocasiones, se puso en marcha en 2009 y desde entonces ha guiado en sus primeros pasos a emprendedores de todos los sectores. Marta Cosío formó parte del programa hace ya 13 años y consiguió hacerse con un segundo puesto con su propuesta de crear una zona de degustación en una panadería tradicional. Su negocio, ‘La Panadería de Puentenansa’, nació al jubilarse los dueños del establecimiento anterior y sigue funcionando a día de hoy. Marta, que es vecina de Cosío, recuerda que su participación fue muy enriquecedora: “Aprendes cosas que no sabes, empezando por cómo poner un precio”, rememora ahora que está a punto de inaugurar una segunda panadería en Ruente.

Más allá de las fronteras cántabras, en la Comarca Natural de la Serranía de Ronda, en Andalucía y a caballo entre Málaga y Cádiz, la primera experiencia del proyecto obtuvo la participación de 24 emprendedores el pasado año. La intención actual de la Fundación Botín es poder replicar el programa de fomento al emprendimiento –que ha ayudado ya a más de 250 personas– en otros territorios con la ayuda de diferentes socios.