Fortexval, un nuevo modelo para la explotación de un bosque
El consorcio Fortexval, que aúna la participación de centros tecnológicos y entidades dedicadas a recuperar formas tradicionales de trabajar en el campo, ha dado forma a un proyecto que busca impulsar el aprovechamiento forestal con la sostenibilidad como eje. Con un presupuesto de 619.000 euros y la Reserva del Saja como escenario, la iniciativa podría dar lugar a una industria transformadora de la materia prima extraída del monte, y generar hasta 300 empleos.
José Ramón Esquiaga | @josesquiaga | Junio 2024
En una región en la que es lugar común hablar de la riqueza desaprovechada del bosque, la presentación de cualquier iniciativa en este campo se recibe con una mezcla de expectación y escepticismo, alimentada la una con un potencial económico que pocos discuten y, la otra, por los discretos resultados alcanzados hasta ahora por cualquier antecedente que se contemple. El consorcio Fortexval, presentado en Ruente el pasado 9 de abril, viene a sumarse a los planes diseñados para sacar partido de la superficie forestal de Cantabria, un 70% del territorio de la región cuyo aprovechamiento se considera vital tanto en términos económicos como atendiendo a criterios de sostenibilidad o sociales, por su capacidad para fijar población en áreas rurales. De hecho, habría que buscar en el alineamiento con esos objetivos, y en una inédita conjunción de tecnología y tradición, las principales novedades del proyecto, que ha contado con ayudas europeas para su puesta en marcha.
El consorcio responsable de gestionar Fortexval está formado por la Mancomunidad de la Reserva del Saja, el Centro Tecnológico de Automoción de Galicia (CTAG) y el Centro Tecnológico CTC, de Cantabria, en una combinación que puede sorprender por lo dispar de sus componentes y que, en lo tocante a la hibridación entre innovación y usos tradicionales, lo hace aún mas si tenemos en cuenta la colaboración activa en el proyecto de la Asociación Nacional de Tracción Animal y de la Asociación de Criadores de Ganado Equino Hispano Bretón de Cantabria. Lo cierto es que es precisamente en esa característica donde se asientan buena parte de las claves que pueden diferenciar a esta iniciativa de otras que hayan podido ponerse en marcha anteriormente con objetivos similares.
El proyecto Fortexval, según los objetivos explicados durante su presentación, plantea el desarrollo de un modelo de gestión forestal innovador que garantice la resiliencia de los bosques frente a posibles riesgos naturales, facilite la fijación de población y sea generador de empleo verde en las zonas rurales. Para ello, explican sus promotores, se propone un modelo alternativo de gestión que permita optimizar los recursos propios de cada zona forestal, actuando tanto en lo relacionado con la labor en el monte como en la generación de un producto que permita rentabilizar esa gestión de los montes. Con un presupuesto de 619.120 euros y un plazo de ejecución de 17 meses, el proyecto tendrá su área de ejecución en el territorio de la Mancomunidad de la Reserva del Saja.
Extracción y valorización de materiales
En síntesis, la propuesta de Fortexval contempla el uso técnicas de tracción animal para reducir el impacto ambiental durante la recogida de materiales en el monte para después, y a partir de la materia prima de menos valor entre las así obtenidas, producir biochar, un carbón vegetal con múltiples propiedades y numerosas aplicaciones. De alcanzar los resultados esperados y dar el salto al nivel industrial, apuntan sus responsables, el proyecto podría generar 300 nuevos empleos tanto para realizar labores de gestión forestal como para participar en la generación de productos valorizados.
La implementación de actuaciones sostenibles para la extracción de recursos agroforestales es la primera fase de esta iniciativa. Con el uso de técnicas de tracción animal en lugar de maquinaria de tracción mecánica se busca eliminar de la ecuación un elemento de alto impacto sobre el terreno y la biodiversidad. Optar por los caballos para acometer este tipo de trabajos supondría además, según destacan los promotores de la iniciativa, recuperar una técnica ancestral propia de la zona de Cabuérniga y muy arraigada entre sus habitantes. Este elemento tradicional, con menos huella de carbono que la tracción mecánica y una menor degradación de suelo y pérdida de biodiversidad, se combina con el uso de equipos de última tecnología para el tratamiento de recursos forestales, en una hibridación de lo viejo y lo nuevo que es una constante en el planteamiento de esta iniciativa.
Fortexval usará tracción animal para recoger materiales en el monte que luego producirán biochar, un carbón vegetal con múltiples propiedades y numerosas aplicaciones
La producción de biochar, para la que se utilizarán matorrales, astillas y otros elementos de escaso valor, se realizará calentando la biomasa en un entorno de bajo contenido de oxígeno a través de un proceso de pirólisis. El producto resultante es rico en carbono y tiene un inmenso potencial de desarrollo tanto para cerrar el ciclo de los residuos orgánicos, como para incrementar el rendimiento de los cultivos o revitalizar el terreno. Entre los beneficios atmosféricos, destacan los promotores de Fortexval, el biochar reduce las emisiones de metano, los malos olores y facilita la captura de carbono. En relación con el sustrato, multiplicaría la fertilidad del suelo y frenaría la pérdida de nutrientes. De hecho, y como parte el proyecto, con el biochar así producido se experimentará también para mejorar espacios agroganaderos en terrenos de la Mancomunidad Reserva del Saja.
Investigación de propiedades y usos
El componente experimental de Fortexval se concreta también en la realización de un estudio para validar la capacidad del biochar para almacenar agua –una característica de interés frente a episodios de sequía provocados por el cambio climático–, la liberación progresiva de nutrientes y la captura de contaminantes en el suelo. A esta labor de investigación sobre las propiedades de este material, una de las áreas de conocimiento en las que destaca especialmente el Centro Tecnológico CTC, se suma la que se realizará para valorar las posibilidades de uso de biomasa de baja densidad como carga en la formulación de componentes termoplásticos para automoción con alto contenido en fibra natural, para lo que será fundamental la aportación del otro centro tecnológico que participa en el proyecto, el gallego CTAG.
Al potencial desarrollo y posibilidades económicas que puedan adjudicarse al proyecto, este une su alineamiento con varios de los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU, argumentos que por lo pronto le han valido el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico a través de fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Unión Europea.