“La recuperación va a ser lenta y pasará tiempo hasta que la sintamos en nuestros bolsillos”

Modesto Piñeiro, presidente de la Cámara de Comercio de Cantabria desde 1998, y recientemente reelegido en el cargo, aborda la actualidad económica de la región y el papel que esta institución y las empresas deben jugar para superar la crisis.

Texto de Jesús García-Bermejo Hidalgo @chusgbh. Publicado en mayo de 2010.

Pregunta.- ¿Qué lectura hace de ser la única candidatura que se ha presentado a la presidencia de la Cámara de Comercio?
Respuesta.- El hecho de llevar varios años en el cargo ha servido para que la gente de mi entorno me haya animado a repetir, supongo que por mi conocimiento de las funciones que entraña el puesto y de la dinámica de trabajo propia de la Cámara.

P.- ¿Y no cree que la coyuntura actual o la responsabilidad del cargo han podido tener algo que ver?
R.- En mi opinión, no. Cualquier cargo a desempeñar en la vida conlleva un cierto grado de responsabilidad. A mí lo que realmente me preocupa es formar un equipo competitivo en la Cámara, capaz de desarrollar un buen trabajo y de dejar satisfechas a las empresas de la región.

P.- ¿Cómo le explicaría a esas empresas cántabras que la cuota que pagan destinada a la Cámara de Comercio puede resultar beneficiosa para ellas?
R.- Nosotros lo que intentamos es comunicarnos con todas las compañías por los diferentes sistemas que tenemos, incluyendo nuestra página web, para darles a conocer todos los servicios y actividades que realizamos desde la Cámara en ámbitos como la internacionalización, la formación, la calidad, la I+D+i, el empleo, el medio ambiente…Son muchísimas las áreas que abarcamos, y creo que siempre hay alguna que resulta interesante para las empresas. Pero también las compañías deben de hacer lo posible por enterarse de todo lo que hacemos desde la Cámara, independientemente de que coticen o no coticen, porque en Cantabria hay cerca de 40.000 empresas, y menos de la mitad son las que cotizan a la Cámara. En cualquier caso, paguen o no paguen, todas ellas tienen derecho a los servicios que ofrecemos, y estamos encantados de poder proporcionárselos.

P.- ¿Considera que todos esos servicios de los que habla están publicitándose lo suficiente?
R.- Indudablemente tenemos que hacer un esfuerzo por darlos a conocer, pero creo que cada vez son más las empresas que conocen nuestros servicios y que se acercan a nuestras instalaciones para solicitar alguno de ellos, sobre todo pymes y emprendedores. Y además, aunque está mal que yo lo diga, lo hacen con un grado de satisfacción muy alto, tal y como reflejan las encuestas que realizamos entre quienes acuden hasta nosotros. De hecho, las críticas que puedan escucharse hacia esta Cámara o hacia otras, las cuales, según mi experiencia, proceden más de particulares que de empresas, se deben, en su mayoría, al desconocimiento.

P.- ¿Cómo afecta la crisis actual a una institución como la Cámara?
R.- A nosotros también nos afecta, ya que los ingresos de la Cámara proceden del impuesto de sociedades. Si las empresas no tienen beneficios, no cotizan, lo que merma sensiblemente nuestros presupuestos. Por ello, este año, hemos compensado el presupuesto, en el que va a haber una reducción del 30% en relación a los ingresos, con las reservas que teníamos en la Cámara. Y no sólo eso, sino que en algunas áreas y actividades hemos incrementado las cuantías con esos fondos. A mi entender, las épocas de crisis son las más adecuadas para acudir a las reservas, porque no podemos permitir que los servicios que prestamos a las empresas disminuyan o pierdan efectividad por la bajada en los ingresos. Al contrario, hay que tratar de mejorarlos e incrementarlos.

P.- ¿Está libre la Cámara de un posible Expediente de Regulación de Empleo, si este fuese necesario?
R.- Nadie está libre de un ERE, pero este no es el caso de la Cámara de Comercio de Cantabria. Tenemos una plantilla muy equilibrada, por la que tengo que romper una lanza, ya que lo está haciendo muy bien, trabajando muchas horas y, en ocasiones, a capacidades del 110 por ciento. Estoy muy satisfecho con ellos, y también lo están las empresas, que así nos lo hacen saber. Además, con todos los servicios que prestamos y las actividades que realizamos, a veces sería necesario contratar a más personal.

P.- ¿En qué situación se encuentran las pymes cántabras?
R.- Aquí en Cantabria la situación no es distinta de la del resto del país. Todas las pymes están sufriendo la crisis, independientemente del sector al que pertenezcan. Por eso hay que colaborar con todas ellas. Muchas veces se critica al empresario, pero, hoy por hoy, las empresas son las que generan el empleo, por lo que no se puede atacar a unos y beneficiar a otros. En la economía hay empresas, empresarios y trabajadores, y todos somos igual de necesarios, sobre todo en un momento como el actual.

P.- Algunas voces afirman que ya ha comenzado cierta recuperación en el país. ¿Desde la Cámara de Comercio de Cantabria han percibido algún signo que corrobore esa teoría?
R.- Cuando comenzó la crisis, los primeros síntomas se notaron a un nivel más macroeconómico, llegando más tarde a nuestros bolsillos, al nivel microeconómico. Ahora está ocurriendo lo contrario. Estamos empezando a ver signos, un poco tímidos todavía, de cambio, de que la situación no sigue empeorando y de cierta recuperación. En cualquier caso, el proceso va a ser lento y, hasta que realmente la sintamos en nuestras carteras, que es lo que nos interesa a los ciudadanos y a las empresas, va a tener que pasar un tiempo. En mi opinión, una de las primeras cosas que habría que intentar potenciar es el consumo, que es el que genera producción y empleo.

P.- ¿Se atrevería a poner fecha para un comienzo del fin de la crisis?
R.- Es muy complicado. Qué duda cabe que a mí me gustaría que fuese lo antes posible. Voces prestigiosas, con mayores conocimientos que yo, hablan de que a finales de este año o principios del que viene podría empezar a repuntar de una forma más visible la economía. A mi me encantaría que fuese así, pero, indudablemente, aún nos quedan por pasar algunas penurias, sobre todo en el tema del desempleo, el cual, me temo que va a seguir creciendo, aunque lo haga a menor ritmo que hasta ahora.

P.- ¿Cree que, como se está comentando, aunque logremos superar la crisis, no se volverá a la situación de bonanza existente antes de ella?
R.- Sin duda hemos pasado unos años muy buenos. Quizá nos hemos acostumbrado a vivir muy bien, incluso por encima de nuestras posibilidades. Es ahora, con la llegada del cambio, cuando nos damos cuenta de las dificultades que tenemos en todos los ámbitos de nuestra vida: laboral, de consumo, en el pago de nuestras viviendas…Yo creo que la situación no va a ser tan buena como la que hemos tenido hasta ahora. Tenemos que ser conscientes de que los excesos en muchas ocasiones se pagan. Aún así, estoy convencido de que nos volveremos a mover en unos índices, cuanto menos, positivos. Seguirá habiendo calidad de vida.

P.- En un momento como este, ¿qué papel tiene que jugar la Cámara en la relación con los partidos políticos y las administraciones?
R.- Una de las labores más importantes que realizan las Cámaras de Comercio es la función consultiva y de intermediación entre el tejido empresarial y las administraciones. Consultiva, en el sentido de sugerir, dar nuestra opinión y colaborar en el desarrollo de normativas y temas de importancia que puedan afectar al empresariado; y de intermediación, para hacer llegar las demandas y las quejas que las empresas puedan tener. En este sentido, en la Cámara siempre hemos sido muy reivindicativos, pero porque la sociedad así nos lo exige. Creo que esto es fundamental para desarrollar adecuadamente nuestra labor, al igual que lo es mantener una estrecha colaboración con la Administración, como la que nosotros tenemos con las distintas Consejerías del Gobierno regional y el Ayuntamiento de Santander. Esta es la forma de hacer oír la voz de las compañías cántabras de una forma seria, clara y fuera de cualquier matiz político, porque hay que recordar que las Cámaras somos apolíticas. Y no puede ser de otra manera, ya que representamos a todas las empresas.

P.- ¿Cuáles son las mayores fortalezas y debilidades de la economía cántabra?
R.- En Cantabria los diferentes sectores están muy distribuidos. No tenemos un tejido empresarial conformado por grandes empresas, sino que tenemos muchas medianas. Creo que esto es positivo porque permite un mejor reparto de la tela de araña empresarial, lo que, en momentos de crisis, sirve para defenderse mejor; aunque también es cierto que hace que haya una menor repercusión en la economía de la región cuando algún sector está pujante. Además, la situación geográfica de la región facilita la exportación a Europa, especialmente al Reino Unido gracias al puerto de Santander. Por otra parte, tenemos una universidad con reconocido prestigio a nivel nacional, y que cada año aporta excelentes profesionales a las distintas compañías. Aún así, creo que debería potenciar más lo que se denominan valores y habilidades, como hablar idiomas, exponer en público, realizar trabajos en equipo, etc. Estos son campos que cada día se demandan más por parte de las empresas, y así como otros están atendidos, estos habría que reforzarlos. Por otro lado, la formación de los trabajadores de Cantabria es otra de nuestras fortalezas, algo que así valoran las compañías de la región. En conjunto, creo que reunimos muchas condiciones para poder crecer y aportar a la economía nacional.

P.- El Plan Eólico se planteó como un elemento fundamental para el futuro de la economía de Cantabria. ¿Qué opinión le merece el retraso en la resolución del concurso convocado para el mismo?
R.- Por lo que yo sé, que es prácticamente lo que se publica en los medios, en estos momentos las distintas propuestas presentadas al concurso eólico se encuentran en fase de estudio. A mi entender, este Plan Eólico es una excelente oportunidad, porque puede generar una actividad muy importante para un amplio número de empresas de la región relacionadas con el sector, además de aportar mucha tecnología e innovación, lo que, en último término, servirá para crear empleo. Espero que se resuelva cuanto antes, pero siempre teniendo en cuenta que las instalaciones deben situarse en lugares adecuados. Por suerte, Cantabria cuenta con una gran riqueza paisajística y turística, que genera muchos ingresos para la región. Tenemos territorio de sobra para ubicar esos parques eólicos sin que la belleza de nuestra comunidad se vea afectada.

P.- ¿Y no le parece preocupante este retraso? Sobre todo teniendo en cuenta que, en el momento que se resuelva el concurso, habrá una importante inyección económica para Cantabria, dados los proyectos industriales y los de I+D+i asociados a cada propuesta.
R.- Indudablemente. Los retrasos no son buenos para nada, pero, como ha dicho, se trata de un proceso muy complejo, en el que hay numerosas variables asociadas. Lo que está claro es que, dada la situación actual, supone una oportunidad muy importante para dinamizar el tejido industrial cántabro y la economía de la región. A mi me gustaría que estuviese resuelto desde ayer, y espero y confío en que la Administración avance en este sentido lo más pronto posible.

P.- Dada la relación directa de la Cámara con las empresas, ¿percibe preocupación entre los empresarios del sector eólico por la dilación en la resolución del concurso?
R.- Algunos lo han comentado, aunque no conozco todas las opiniones. Y es lógico, si tenemos en cuenta que para presentarse a este tipo de concursos son necesarias unas inversiones previas importantes. Como es normal, el empresario quiere saber si su proyecto está entre los seleccionados para recuperar el dinero invertido. Creo que todos deseamos que se tome una decisión cuanto antes, no sólo los empresarios, también la Administración, que estoy seguro que está haciendo todo lo posible, pero ya se sabe que las cosas de palacio van despacio.

P.- Este Plan Eólico se enmarca dentro de la política del Gobierno a nivel nacional por la que se pretende potenciar el sector de las renovables. ¿Qué opina de este cambio de modelo?
R.- En mi opinión, el cambio de modelo es bueno, porque todo lo que genere dinamización, actividad, y riqueza es positivo, máxime si se basa en energías no contaminantes. Lo que ocurre es que tampoco podemos depender única y exclusivamente del sector eólico o de las renovables. Debe de haber un mix de todas las energías, incluyendo la nuclear, de la que siempre he sido un defensor acérrimo, porque creo que es abundante, limpia y barata. El problema es que no se ha abierto un debate informativo y tranquilo de lo que supone la energía nuclear, y hay, sin embargo, unos prejuicios adquiridos, sin mucho conocimiento, de que es mala porque sí. Me parece incoherente que el Consejo de Seguridad Nuclear haya dicho que las centrales nucleares que hay en funcionamiento en España están en condiciones de seguir produciendo, y, sin embargo, el Gobierno de España diga que lo que hay que hacer es cerrarlas. Yo creo que, desgraciadamente, esto se ha dicho pensando más en el electorado y los votos de cada partido, y no después hacer un análisis informativo de la situación. Lo paradójico del tema es que, mientras otros países desarrollados están construyendo nuevas centrales nucleares, en España las estemos cerrando. Eso sin mencionar que somos dependientes de esta energía y nos vemos obligados a importarla del extranjero, principalmente de Francia. Creo que debemos abrir un debate sosegado y transparente acerca de la energía nuclear en España.

P.- ¿Y el resto de sectores? ¿Qué papel debe jugar la construcción en este nuevo modelo?
R.- Es cierto que en los últimos años el sector de la construcción ha vivido un boom que lo ha sobredimensionado, dando lugar a la famosa burbuja inmobiliaria. Lo que no se puede hacer es demonizarlo, porque sigue siendo muy importante para la economía nacional y gran generador de empleo. Lo ideal es tener un equilibrio entre todos los sectores que generan riqueza: desarrollemos el sector eólico, el nuclear, el de la construcción…Creo que caben todos, y abandonar unos para potenciar otros me parecería un grave error. Seguramente hay que realizar ciertas reformas en cada uno de ellos, pero, ni mucho menos, dejarles de lado. Si decimos que la diversificación es fundamental para las empresas, también lo es para la economía nacional, porque, si tenemos nuestros recursos repartidos, podremos salir más fácilmente de crisis como la actual, y de las posteriores.

P.- Independientemente del sector al que pertenezcan, las empresas están sufriendo mucho ante la falta de financiación…
R.- El tema de la liquidez en las empresas es un problema muy serio, que se ve agravado por las dificultades que tienen para obtener crédito por parte de las entidades financieras. No hay que olvidar que, tradicionalmente, la empresa española ha dependido de un porcentaje de financiación externa bastante importante. Se está intentando solucionar por parte de la Administración con las líneas de crédito ICO, pero al final siempre hay un papel clave de las entidades financieras a la hora de facilitar liquidez a las empresas. Estas quieren tener una garantía ante el incremento de la morosidad, lo que es lógico y comprensible, pero creo que deberían hacer un esfuerzo en analizar la proyección, la tradición y trayectoria que tienen las empresas que se acercan hasta sus oficinas, por encima de la situación actual, la cual es fruto de la crisis.

P.- ¿Y qué se puede hacer frente a la morosidad, especialmente la procedente de las administraciones?
R.- La morosidad por parte de las administraciones es un problema que está afectando mucho a las empresas, tanto de Cantabria, como de fuera. A lo que hay que unir que a esas compañías no se las facilitan pagos posteriores, aunque es cierto que el Gobierno regional está colaborando en algunos de estos aspectos a través de la toma de razón. Lo peor es que esa morosidad genera, a su vez, más morosidad, porque si las empresas no cobran, no pueden pagar a sus proveedores, empleados, etc. En este sentido, desde las Cámaras proponemos que, si las facturas no se cobran, se permita a las empresas no ingresar el IVA correspondiente al trimestre o al mes, dependiendo del tipo de sociedad, hasta que se las realice el pago. Además, se está hablando de una medida que obligaría a las administraciones a abonar sus deudas en un plazo máximo de 30 días. Ojalá se llegue a un acuerdo, aunque yo lo veo complicado tal y como están las cosas. Lo que está claro es que no se pueden mantener estos plazos de pago, y hay pendiente un debate serio acerca del tema.

P.- Es previsible que para las próximas elecciones en la Cámara la crisis haya pasado. ¿Se ve presentándose de nuevo al cargo dentro de cuatro años?
R.- Aunque estamos empezando este mandato, estoy en condiciones de afirmar que esta es mi última etapa al frente de la Cámara de Comercio de Cantabria. Aprovechando que ha habido una renovación muy importante en el pleno de la Cámara, con empresarios más jóvenes y con proyección de futuro, me gustaría que alguno de ellos fuese el próximo candidato. Tengo claro que mi etapa como presidente de la Cámara llegará a su fin tras estos cuatro años, lo que no quiere decir que no vaya a seguir ligado a esta institución y ayudando en todo lo que me sea posible. Sea quien sea el próximo presidente podrá contar con mi colaboración en todo lo que necesite.