Racing: nuevos tiempos y nuevos escenarios
Con un pasivo que a 31 de octubre superaba los 34 millones de euros, de los que 19 corresponden a deuda concursal, la ampliación de capital del Racing se presenta como la única vía para dotar de viabilidad al club. Aunque inicialmente se planteó por algo más de 9 millones de euros, el actual Consejo de Administración ha cifrado en 2,7 el importe mínimo a cubrir, siempre y cuando se llegue a un acuerdo con Hacienda, acreedor privilegiado que, con 8,6 millones de euros pendientes de cobro, tiene embargados los ingresos ordinarios de la centenaria institución.
Texto de Jesús García-Bermejo Hidalgo @chusgbh Publicado en diciembre de 2014
El pasado 11 de noviembre arrancaba la ampliación de capital del Real Racing Club de Santander con la puesta en marcha de la primera fase de las tres previstas, en la que pueden adquirir títulos los antiguos accionistas, así como los abonados y poseedores del carnet de simpatizante de la temporada 2014-2015. La capitalización, aprobada en la junta general que celebró la entidad el 4 de noviembre, será por valor de 9.095.915 euros, y en ella se emitirán 1.819.183 nuevas acciones a un precio de cinco euros cada una.
El proceso recientemente iniciado tiene como objetivo sanear las maltrechas arcas y dotar de viabilidad a un Racing que a punto estuvo de entrar en liquidación el pasado verano. Pero, además, al realizarse simultáneamente una operación acordeón que amortiza las acciones existentes, la ampliación posibilitará una nueva distribución del capital social de la entidad, aunque aún es pronto para saber si se logrará una atomización suficiente como para que los propios aficionados se conviertan en nuevos propietarios o si un grupo inversor hará aparición para adquirir un paquete accionarial que le otorgue el control del club. De cualquier forma, todo apunta a que habrá que esperar a los últimos días de la tercera fase para salir de dudas.
Según las cifras que maneja el propio Racing, a 31 de octubre el pasivo total del club superaba los 34.400.000 euros, de los que más de 19 millones correspondían a deuda concursal, números que evidencian la acuciante necesidad de liquidez de la sociedad anónima deportiva (SAD). Sin embargo, de acuerdo al actual Consejo de Administración, existe un plan de viabilidad para, en función de la cifra con la que se cierre la capitalización, poder amortizar la deuda en 5 años y, al tiempo, poner las bases para la supervivencia de la entidad a medio plazo.
El problema con la Agencia Tributaria
La deuda con Hacienda, superior a 8,6 millones de euros, de los que 6,5 corresponden a IRPF, es la que mantiene estrangulado al club, ya que, en palabras de David González Pescador, portavoz del Consejo de Administración, se trata del único de los acreedores con los que está pendiente cerrar un acuerdo que incluya un nuevo calendario de pagos. Para encontrar la explicación hay que remontarse al verano de 2013. Tras concluir la temporada 2012-2013 con el descenso deportivo a Segunda División B, el Racing logró traspasar al Sevilla a uno de sus futbolistas más destacados, Jairo Samperio, operación que se cerró por un importe cercano a los 2,5 millones de euros. El problema llega cuando, según el propio González Pescador, el equipo gestor de la entidad, entonces encabezado por Ángel Lavín, quebranta el acuerdo singular que el club tenía suscrito con la Agencia Tributaria desde junio de 2012, por el que debía ingresar el 15% de los ingresos procedentes de la venta de futbolistas como parte de la amortización de una deuda que en aquel momento rondaba los 10,5 millones de euros.
Ante este incumplimiento, Hacienda resuelve el convenio y embarga a la totalidad las cuentas del Racing, lo que incluía importantes sumas correspondientes a las ayudas al descenso, las cuales hicieron posible que la cuantía adeudada se redujese hasta los 8,6 millones actuales. “Esto trastoca todo el cuadro financiero del club, dado que, con la aprobación del convenio de acreedores el 29 de junio de 2012 se alcanzan ciertos acuerdos que, aún con la dificultad añadida que supuso el descenso a Segunda B, se hubiesen podido cumplir –afirma González Pescador–. De hecho, de no ser por la carga emocional que desprende el Racing, sería impensable pensar en la supervivencia de la sociedad, tanto por el surgimiento de un equipo gestor como el nuestro, que desinteresadamente está poniendo todo lo que está en su mano para garantizar la viabilidad de la institución, como por la disponibilidad mostrada por la inmensa mayoría de acreedores a la hora de renegociar sus convenios. Es más, gracias a los jugadores y al cuerpo técnico, que firman un acuerdo de posposición de pago a 30 de junio, el Racing se pudo inscribir en la Liga Adelante un mes después, lo que sirvió para evitar una liquidación que, por momentos, estuvo más cerca que nunca”.
A principios de agosto, Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), daba a conocer en rueda de prensa que, aunque a contrarreloj, el Racing, gracias a la renegociación de su deuda privada, había logrado cumplir con los ratios económicos exigidos por el propio organismo, algo que, sin ir más lejos, no pudo hacer el Murcia, que este año se ha visto obligado a competir en la tercera categoría del fútbol nacional. En concreto, el rechazo de la directora de Recaudación de Hacienda, Soledad García, a conceder cualquier tipo de aplazamiento al conjunto cántabro en el pago de los 6,5 millones de euros correspondientes a retenciones, obligó a trasladar al largo plazo buena parte de la deuda a corto para cumplir así con los criterios establecidos por la liga.
Y es que, con la intención de extrapolar el famoso fair play financiero de la UEFA a la competición doméstica para así sanear a los equipos españoles, la LFP firmó un acuerdo con el Consejo Superior de Deportes (CSD) para establecer un mecanismo de control en la gestión de las sociedades anónimas deportivas. De esta forma, para poder inscribir a un club, la Liga exige estar al corriente de deudas vencidas y que el porcentaje de deuda respecto a los ingresos no supere un ratio determinado, o lo que es lo mismo, que la cuantía pendiente de abono no sea excesiva en relación a la capacidad de la sociedad para asumirla, lo que hace que el corto plazo penalice más. Asimismo, los clubes tienen que estar al corriente en los pagos con la plantilla, un requisito que el Racing logró solventar gracias a sus jugadores, quienes retiraron las denuncias presentadas en su día ante la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) por los atrasos en las nóminas de la temporada pasada.
Situación patrimonial
Además de a la Agencia Tributaria, el Racing, en concurso desde verano de 2011, debe 950.000 euros a la Seguridad Social y 2,3 millones a la firma Inmoarrabi, los otros dos acreedores privilegiados de la entidad, aunque en ambos casos la deuda está ordenada. “Cuando aterrizamos en el club, todo era un desastre y se estaba vulnerando el calendario de pagos acordado en el convenio de acreedores –recuerda González Pescador–. Por suerte, llegamos justo a tiempo y pudimos reconducir el acuerdo singular con la Seguridad Social antes de que esta lo resolviese, incluyendo la carga generada por el equipo gestor anterior”. Así, la deuda no concursal con este organismo asciende a 625.000 euros, mientras que la concursal se eleva a 325.000.
En lo que respecta a Inmoarrabi, según comenta el portavoz del club, la situación también estaba desordenada y ya en ejecución, dado que la prestamista vasca tenía embargados los ingresos de taquilla y de abonos. “Negociamos un nuevo convenio singular y ellos, que durante todo el proceso se han mostrado enormemente comprensivos, solicitaron que se levantase el embargo, entendiendo que esa disposición de fondos resultaba fundamental para la viabilidad y supervivencia del club a corto plazo, como, de hecho, lo está siendo”, considera González Pescador.
Al margen de estas cuantías, 306.000 euros del pasivo del Racing corresponden a privilegios generales vencidos con jugadores y trabajadores, mientras que 11.565.000 están pendientes con acreedores ordinarios. De esta cifra, casi el 50% se le debe a la LFP, al abonar este organismo las cantidades adeudadas a los futbolistas de la primera plantilla como parte del fondo de garantía concursal, un mecanismo creado gracias al convenio suscrito en 2011 entre la AFE y la propia Liga para asegurar el salario a los profesionales de equipos en concurso.
Finalmente, algo más de 4.500.000 han de abonarse a los acreedores subordinados, aquellos que cobrarán una vez se cumpla el convenio de acreedores, el cual estaba planteado a cinco años, con dos de cadencia, y una quita del 50%. Así, de no cambiar la situación, el Racing deberá hacer frente al pago de la totalidad de la deuda concursal, que a 31 de octubre superaba los 19,3 millones de euros, antes de la conclusión de 2018.
Pero aquí no acaban los problemas de la centenaria institución. Además, ha de asumir lo que técnicamente se conoce como deuda contra la masa, que no es otra que la posconcursal, originada, según el propio portavoz del consejo, como consecuencia del colapso financiero que le produce al club toda la gestión del equipo de Ángel Lavín. Esta incluye 1,2 millones de euros pendientes con acreedores ordinarios, 277.000 euros de las nóminas que se adeudan a los jugadores de la primera plantilla, 186.000 correspondientes al cuerpo técnico, 205.000 a empleados de la entidad y 109.000 euros que irían a parar a las secciones inferiores.
Capital mínimo
Mucho se ha escrito y comentado en los medios de comunicación acerca de la teórica cifra que el Racing debe alcanzar, como mínimo, en la ampliación, una cuantía que fijan la propia LFP y el CSD, puesto que establecer el capital social de las SAD inscritas en las competiciones domésticas forma parte de las labores de ese mecanismo de control económico creado hace ahora dos años. De acuerdo a los cálculos que manejan González Pescador y su equipo, teniendo en cuenta el 25% de los gastos corrientes promedio de los equipos de Segunda División en los últimos cuatro ejercicios, uno de los baremos en los que se basa el CSD, y el neto patrimonial del club, que el propio consejo sitúa en –0,7 millones de euros, el Racing deberá cubrir, aproximadamente, 2,7 millones de euros en la ampliación, aunque la confirmación oficial puede dilatarse hasta enero o incluso febrero. “No alcanzar el importe que se nos indiquen implicaría no poder inscribirnos, y, aunque tendríamos 6 meses para llegar a esa cifra desde la notificación, salvo que llegue un ingreso extraordinario o se afronten nuevas ampliaciones, la situación sería de inviabilidad, dados los gastos corrientes y abonos que hay que afrontar. A partir de ahí, tenemos contemplados distintos escenarios en función de la cuantía que se cubra. Evidentemente, nos gustaría llegar a los 9 millones planteados, porque nos pondría en la mejor de las situaciones y no haría necesaria siquiera una renegociación del convenio de acreedores, pero somos realistas y 5,6 millones de euros sería el capital social idóneo para garantizar el futuro del nuevo Racing”, afirma David González Pescador.
De cualquier forma, recientemente el Consejo de Administración anunció que, de alcanzarse esos 2,7 millones de euros en las dos fases iniciales, sería partidario de no abrir la tercera, una decisión que habría que someter a la aprobación de la comisión mixta y que se toma con el fin de favorecer la atomización y disipar las dudas sobre la posible entrada de un inversor mayoritario a pocos días del final del proceso. A pesar de todo, teniendo en cuenta que al cierre de esta edición, con dos semanas por delante del primer tramo, apenas se habían recaudado 134.540 euros procedentes de 724 impositores, parece complicado llegar al objetivo marcado, al menos mediante la aportación exclusiva de minoritarios. “Animamos a que se organicen grupos de accionistas de cara a la segunda fase para adquirir paquetes importantes, lo que sería, al menos en parte, otra fórmula para lograr la atomización”, comenta González Pescador.
Nuevos escenarios
Resulta llamativo que el Consejo de Administración del Racing haya esperado a que transcurriesen tres semanas del proceso de ampliación para anunciar como satisfactorio un importe distinto de los 9 millones de euros planteados inicialmente. Sin embargo, el cambio de postura de la Agencia Tributaria, que hasta hace bien poco se negaba a hablar de aplazamientos con equipos en situación similar a la del cuadro cántabro, y que ahora abre la puerta a levantar los embargos a aquellos clubes en situación concursal que abonen el 20% de su deuda con el fisco, ha dado un vuelco a la situación.
Esta iniciativa, que fue aprobada el pasado 19 de noviembre por la propia directora general de Recaudación, Soledad García, y que supone una vía para que las SAD afectadas puedan acordar nuevos calendarios de pagos, ha sido fruto de las negociaciones mantenidas en las últimas semanas entre el Ministerio de Hacienda, Miguel Cardenal, presidente del CSD, y Javier Tebas, máximo responsable de la LFP, para flexibilizar la férrea postura de la Agencia Tributaria, la cual hubiese desembocado, inevitablemente, en la liquidación de varios clubes, entre ellos el Racing.
A pesar de que la SAD cántabra no cumple con las condiciones para acogerse a esta medida, al haber incumplido ya su acuerdo singular con la Agencia Tributaria, el cambio de discurso que supone, unido a la reforma de la ley concursal de septiembre de este año, invitan a pensar en que el acuerdo con el fisco es más posible que nunca. Y es que, el Real Decreto 11/2014 establece que, si el 60% de los acreedores ordinarios apoyan una regeneración del convenio, y el juez no se opone, este podría replantearse. “Vamos a presentar un plan de viabilidad que permitiría que en cinco años la totalidad de los acreedores concursales haya cobrado. Es decir, el nuevo convenio lograría amortizar deuda en 2020, en lugar de en 2018, y no plantearía quitas adicionales, lo que creo que es más que justo para todas las partes –considera González Pescador–. Prácticamente ya contamos con ese 60% de respaldo que establece el decreto y, al dar mayores garantías de cobro a Hacienda, estamos convencidos que lograremos desbloquear la situación. No hay que olvidar que una de las particularidades del Racing es la práctica inexistencia de activos, por lo que, si el club entrase en liquidación, lo único que tendría valor serían los traspasos de los jugadores a través de sus derechos federativos, con la salvedad de aquellos que sumen tres meses sin cobrar, los cuales podrían romper sus contratos unilateralmente. Los propios acreedores son los últimos interesados en la liquidación”. De esta forma, desde el propio Consejo de Administración se asegura que un capital social de 2,7 millones de euros y una deuda ordenada con la Agencia Tributaria bastarían para garantizar la viabilidad de la institución, aunque es más que probable que algún ingreso extraordinario, como la venta de futbolistas, fuese necesario para cuadrar balances.
En cualquier caso, independientemente de la cifra que se alcance en la ampliación de capital, el plan de viabilidad llevado a cabo por el equipo gestor de la entidad está planteado para un Racing en Segunda División hasta al menos 2020, y con unos ingresos por derechos de televisión de 2 millones de euros, aunque a partir de la temporada 2016-2017, de acuerdo a la previsión de la LFP, el club cántabro cobraría 4 millones de euros al año. “Actualmente, Hacienda tiene secuestrados todos los ingresos ordinarios del club, incluidos los derechos audiovisuales, con la excepción de los que procedan de abonos y taquillas, que corresponden a Inmoarrabi. Liberar esos embargos supondría un empujón fundamental, y eso sin olvidar que todo lo que llegue de forma inesperada, como un traspaso o un ascenso, serían ingresos extraordinarios que ayudarían a amortizar deuda más rápido. En este sentido, de cara al futuro, llevamos tiempo trabajando en renovar el parque de contratos de aquellos jugadores que suponen un activo importante para el club, como Koné, Concha o algunos canteranos que parece que darán que hablar. Además, hemos avanzado sustancialmente en las gestiones para el cobro de las cantidades pendientes de la venta de Álvaro al Zaragoza y confiamos en ingresar en no mucho tiempo los cerca de 500.000 acordados con el Recreativo de Huelva a cambio de Dani Sotres, sin olvidar que estos equipos atraviesan una situación de colapso financiero muy similar a la nuestra. Son muchos los frentes que tenemos abiertos, pero creo que todos ellos invitan al optimismo en cuanto al futuro de un Racing que, no lo olvidemos, hace apenas 4 meses estuvo a punto de morir”.