Un curso universitario marcado por la incertidumbre

Los tres centros que cuentan con campus en Cantabria han adaptado sus medios y su programación al escenario que dibujan los protocolos de prevención del Covid-19, con el objetivo principal de no perder el curso pero asumiendo que las circunstancias siguen dejando muchas incógnitas en el aire. Con todo, los responsables de la Universidad de Cantabria, Uneatlántico y Cesine consideran que la calidad de la docencia no va a verse afectada y no creen que la pandemia tenga una gran incidencia en el número de matrículas.

Cristina Bartolomé |  @criskyraSeptiembre 2020

Incertidumbre es la palabra que tal vez mejor defina el marco en el que se desarrollará el curso académico 2020-2021, y los estudios universitarios no se libran de ese no saber con certeza qué pasará. En previsión de lo que vaya demandando la cambiante situación sanitaria, las universidades que cuentan con campus en Cantabria ya han diseñado los escenarios en los que previsiblemente deberán navegar: docencia presencial en las aulas, docencia online y docencia mixta.

La Universidad de Cantabria tiene como objetivo mantener la asistencia de los estudiantes al campus. Según ha dado a conocer la institución cántabra, esta opción se incluye entre los diversos escenarios que contempla en función de la situación sanitaria y que se recogen en el  ́Plan para la Adaptación al modelo de docencia mixta ́ que servirá de guía para el curso 2020/21. Los escenarios son la presencialidad total, la docencia mixta y a distancia. El plan se activará en el caso de tener que pasar del escenario 1 (100% presencialidad) al escenario 2 (docencia mixta) o al 3 (100% modalidad a distancia). Para asegurar la calidad formativa está previsto que los cambios adoptados tengan como marco de referencia los Estándares Europeos para el Aseguramiento de la Calidad.

Ángel Pazos, rector, asegura que la universidad decana de Cantabria garantizará “la máxima docencia presencial posible”, según comentó tras un encuentro mantenido el pasado mes de agosto con el vicepresidente del Gobierno de Cantabria. Pazos explicó que si la situación sanitaria se mantiene como hasta ese momento –mediados de agosto– el modelo sería “mixto presencial”, con un aforo reducido en las aulas para garantizar las medidas de seguridad. Según precisó, los alumnos de manera rotativa recibirán formación presencial o la seguirán por medios telemáticos para garantizar el cumplimiento de las medidas de seguridad: “Optamos por la máxima docencia presencial posible, pero garantizando la seguridad y por eso estamos haciendo un esfuerzo en el acceso a medios de telecomunicación”, señaló el rector.

Menos clases y una plataforma virtual

En caso de tener que pasar a la docencia mixta, la Universidad de Cantabria prevé que cada alumno acuda al campus un porcentaje de horas, especialmente las asignaturas con un alto grado de experimentalidad, recibiendo el resto de docencia a distancia y de forma síncrona. Además, se deberá prever la transición a un sistema de docencia exclusivamente online en el caso de que se establezca la suspensión total de la actividad presencial. En este sentido todas las asignaturas tendrán un curso en la plataforma Moodle antes de iniciar el cuatrimestre de su impartición, con todos los recursos y materiales de apoyo a la docencia, dentro de un plan de virtualización de asignaturas. Habrá un plan de ayuda para el préstamo de ordenadores y conexión a internet para los alumnos y profesores que lo necesiten y también se actualizarán recursos para la docencia, una web de recursos docentes, un plan de formación y tutorización de los estudiantes y un plan de actualización permanente del profesorado.

En cuanto a los exámenes, la previsión inicial es que se podrán realizar de forma presencial en el aula, si bien el Plan de Adaptación prevé un escenario de evaluación a distancia. La defensa de los Trabajos de Fin de Grado y de Fin de Máster, así como las tesis doctorales, se realizarán de forma presencial, siempre que sea posible o se sustituirán por la videoconferencia en caso necesario.

La Universidad de Cantabria, es la única de financiación pública en Cantabria, pero todas estas medidas tienen un coste para el que no se contemplan partidas específicas. En la reunión que mantuvo con el vicepresidente Pablo Zuloaga para examinar los proyectos a presentar a los fondos europeos de reconstrucción, Pazos también abordó la “necesidad urgente” de poder disponer de los fondos que el Gobierno de España ha destinado específicamente a la adaptación de las universidades a la situación derivada de la pandemia.

Futuro impredecible

Para el rector de la Universidad Europea del Atlántico (Uneatlántico), Rubén Calderón, la clave del nuevo curso académico es la “enorme incertidumbre” con la que se encara el inicio de las clases. Según Calderón, las universidades cuentan con dos ventajas sobre el resto del sistema educativo: una es que comienzan el curso después de los institutos, lo que significa que se podrá ver si la aplicación práctica de los protocolos anti covid se van plasmando en la realidad y cómo se van corrigiendo. En segundo lugar, y no menos importante, el rector de Uneatlántico menciona el perfil del alumnado y de los estudios: “Nuestro estudiante es mayor de edad y hablamos de una educación orientada a la parte profesional. El estudiante es más maduro y se puede adaptar más a la modalidad de docencia presencial, acata mejor los protocolos. Esta es una cuestión más difícil para los alumnos de primaria y secundaria”.

Rubén Calderón, rector de la Universidad Europea del Atlántico.

Uneatlántico ha elaborado un plan de estudios adaptable a los tres escenarios docentes que ya asumen los centros universitarios de cara al nuevo curso y que son el clásico presencial, el método ‘on line’ y el mixto. Según Calderón todos los grados que imparte son, en principio, presenciales, teniendo en cuenta los límites de aforo. Del curso pasado han extraído la experiencia de una “docencia síncrona”, que permite avanzar cada semana en las materias según lo previsto sin que por las decisiones sanitarias se tuviera que anular la presencialidad: “Todos los profesores sabemos cuántas sesiones, seminarios, tutorías virtuales tienen que existir en cada asignatura, hemos ido corrigiendo toda la parte que se ha hecho en primavera y adaptándolo a una situación que no sabemos si va a existir”.

En cuanto a la opción no presencial, Calderón asegura que Uneatlántico tiene todos los contenidos del primer cuatrimestre preparados para ello y, sobre el modelo mixto, se contempla que una parte de estudiantes acudirían a una sesión y otros a otra: “Una parte del contenido sería no presencial y en el aula se reforzarían los conocimientos, sería un 50%- 50% más o menos”, explica.

Impacto sobre las matrículas

Tendiendo todo esto en cuenta, la duda que se plantea es si el número de alumnos puede descender, en vista de la situación. La Universidad Europea del Atlántico cuenta habitualmente con un 31% de estudiantes internacionales que estudian toda la carrera en sus aulas, entre 150 y 200. Según el rector, en esa parte puede haber problemas: “No en todos los países americanos o africanos hay la fluidez de vuelos que había antes de la pandemia y, en segundo lugar, se está dando la problemática de la tramitación administrativa de la documentación que tienen que formalizar antes de tener un visado, aparte de las homologaciones de estudiantes”. De momento estos trámites, admite, se están retrasando un poco, por ello se estima que los estudiantes internacionales vayan llegando “a cuenta gotas y tarden en venir”, lo que refuerza la importancia de la parte académica ‘on-line’: “Si vienen a finales de octubre no sabemos en qué medida esta burocracia va a afectar a la matrícula”.

Ángel Pazos, rector de la UC, en el centro de la mesa durante el último consejo de gobierno de la institución académica, realiza-
do ya de acuerdo a los protocolos anti Covid-19.

En cuanto al alumno nacional, que significa en torno al 70% del total, el rector de Uneatlántico no aprecia diferencias significativas con otros años: “Contamos con 15 carreras, y las cifras de matrículas son más o menos son las mismas”. La crisis sanitaria sí ha podido afectar, señala, a la capacidad de la universidad para dar a conocer las novedades del nuevo curso, entre las que la más destacada es la puesta en marcha del nuevo grado en Gastronomía: “Vamos a comenzar, es una apuesta decidida. La verdad es que el confinamiento ha provocado cierta ralentización en publicidad y no lo hemos podido hacer como nos hubiera gustado porque julio y agosto son meses complejos, de vacaciones, etc. Pero nos ha dado tiempo a hacer una puesta de largo, con la autorización de la Consejería, así que el patronato y el consejo rector decidieron seguir adelante, sea cual sea el número de alumnos que haya, asumimos el riesgo”.

Calidad docente

Sobre el papel, la planificación del curso parece asumible y el rector de Uneatlántico no espera grandes problemas relacionados con esta. Pero, ¿se corre el riesgo de que la enseñanza pierda calidad si se hace imposible acudir a las aulas? Rubén Calderón argumenta que en los másteres esto no sería un gran inconveniente, ya que la enseñanza es en su mayor parte no presencial, están dirigidos a un alumno maduro que ya ha pasado por la universidad, se compatibilizan con otras obligaciones y se ajustan incluso más que la presencial. En los grados sería diferente: “La enseñanza está dirigida a los jóvenes a partir de 18 años, y en esta fase la docencia presencial aporta un plus que no aporta la enseñanza a distancia. Primero porque la universidad aporta vivencias, compañerismo. Es importante interactuar con el profesor y la atención de los profesores, y esto se pierde en los grados no presenciales”, admite el rector de Uneatlántico que, no obstante, considera que el principal objetivo es que, teniendo en cuenta las circunstancias extraordinarias que vivimos, el alumno pierda un curso: “Si trabajas interactuando con los estudiantes en cuanto a conocimiento, no tiene por qué perder mucho la calidad docente, aunque baje la vivencia universitaria, que es cierto que es muy importante, especialmente si el alumno no tiene hábitos y es difícil si está casa. Esperemos que no se convierta en algo estructural. Creo que la docencia no se va perder nunca, por mucha tecnología que haya”.

Adaptar metodologías

Yves Marmiesse, es el director de Cesine Centro Universitario, que ha trabajado en los diferentes escenarios definidos por la Consejería de Educación para garantizar la adaptación de los estudios en función de la evolución de la pandemia. Por encima de todo, explica, este centro asume el compromiso de que “bajo ningún concepto se ponga en riesgo la continuidad de los estudios”. En cuanto a las medidas que se van a implementar están la modificación de los horarios y recorridos de entrada y salida de forma escalonada y los horarios de cambio de clases para evitar concentraciones de estudiantes. También se han instalado hidrogeles, la mascarilla será obligatoria y se reducirán el número de alumnos por aula para mantener la distancia de seguridad sanitaria.

En relación al método de enseñanza telemática, el director de Cesine considera que el centro está preparado para el nuevo escenario que plantea la prevención de la infección por Covid-19: “Hemos adaptado nuestra metodología para aportar un mayor enfoque en las habilidades tecnológicas y digitales. Hemos realizado una gran inversión en nuevos equipos informáticos y en herramientas digitales más potentes, y en la mejora de la conexión wifi. De esta forma, nuestros estudiantes saldrán al mercado laboral con los conocimientos y habilidades digitales que serán indispensables en el nuevo horizonte de su futuro profesional”. Sobre los meses pasados desde que se declarara la emergencia sanitaria, Marmiesse asegura que durante el curso 2019-20 el ritmo de aprendizaje y la calidad académica no se han visto afectados: “En Cesine llevamos desde 2001 impartiendo formación online. Gracias a esta experiencia pudimos anticiparnos a la situación de confinamiento y disponer de un calendario de clases virtuales con antelación. Todos nuestros programas académicos de grado y posgrado pudieron desarrollarse sin mayor problema. Fue todo un reto, pero tenemos que destacar la adaptabilidad de nuestros estudiantes a una situación excepcional como la que se vivió en el estado de alarma”.

En relación con los cambios que puedan derivarse de la actual situación, el director de Cesine cree que las nuevas circunstancias que se viven tras la irrupción de la pandemia por covid-19, han acelerado la necesidad de nuevos profesionales en el ámbito laboral: “El mundo ha cambiado y ahora se demandan profesionales y organizaciones más conectadas, más tecnológicas, en entornos más colaborativos, flexibles, y con competencias digitales más desarrolladas”, reflexiona Marmiesse, que cree que esa circunstancia no supone un problema para el centro que dirige: “La adaptación al cambio forma parte de nuestro ADN y todo lo que se va a demandar en el futuro ya lo vienen desarrollando nuestros estudiantes desde hace años, solo que ahora estas habilidades y aptitudes, serán más protagonistas dentro de su formación”. La consecuencia de esa adaptación, asegura el director de Cesine, se traduce en un crecimiento de matrículas para el curso 20/21: “Desde el confinamiento, hemos podido observar un aumento del número de solicitudes de traslado de expediente desde otras instituciones. Además, hasta el momento hemos experimentado un aumento de las matriculaciones en la modalidad 100% online gracias al cambio de tendencia y percepción de este modelo de enseñanza. En cuanto a las formaciones presenciales las matriculaciones hasta la fecha cumplen nuestros objetivos y las perspectivas son muy positivas”. Aun así, Cesine también ha visto cómo en las últimas semanas la situación actual ha retrasado las pruebas de acceso a grados y titulaciones, por lo que el centro ha adaptado el calendario de matriculación para acoger candidaturas tardías y continuará abierto hasta el inicio del curso en las que dispongan aún de plazas.