“Estamos preparados para aprovechar las oportunidades y volver a crecer como antes de la crisis”
Jaime Gómez Obregón, nuevo presidente de la Asociación Cántabria de Empresas de Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicaciones (Ascentic), se declara convencido de la capacidad del sector para competir en cualquier lugar del mundo. Representante de la nueva generación de empresarios tecnológicos, cree que las tecnológicas cántabras más pequeñas necesitan captar proyectos que las pongan a prueba, lo que las coloca en una situación muy parecida a la que tenían quienes fundaron la asociación hace 14 años.
Texto de Jose Ramón Esquiaga @josesquiaga Publicado en mayo de 2015
Es difícil no referirse a su juventud cuando se describe a Jaime Gómez Obregón, el nuevo presidente de Ascentic, por más que esta sea una condición decididamente menor, que entra de lleno en el ámbito de lo relativo y que, en todo caso, tiene una capacidad muy limitada para resistir el paso del tiempo. Pese a ello es innegable que el asunto generacional ofrece algunos ángulos de interés al observador: por primera vez preside la asociación que agrupa a las empresas tecnológicas un empresario cuyo proyecto ha competido desde el primer día en un mercado en el que Internet era una realidad ineludible para cualquier empresa, operase o no en el campo de las nuevas tecnologías. Pero, planteada la cuestión, el entrevistado no encuentra ahí demasiados motivos para el comentario, y prefiere enmarcar el relevo en la propia naturaleza de la asociación, volcada desde sus inicios en tareas colaborativas y donde la presidencia se entiende como una forma de compromiso. Como en anteriores cambios, el relevo en la presidencia de la Asociación de Cántabra de Empresas de Nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (Ascentic) se produce de forma consensuada, recogiendo Jaime Gómez Obregón (de la empresa Iteisa) el testigo que le entrega Pedro Bárcena (de Cesoin). Antes de este, fueron presidentes de Ascentic Fernando Martínez (CIC), Miguel Ángel Fernández Seco (Atos), Vicente Alciturri (Semicrol, en dos etapas) y Javier Polidura (Quiter), siempre en mandatos de dos años.
Pregunta.- ¿Hay alguna lectura que hacer al relevo generacional que se ha producido en Ascentic?
Respuesta.- No estoy muy cómodo con la referencia generacional. Sí que se ha dado un relevo, tanto en la junta rectora como en la gerencia, pero sin rupturas porque la nueva junta es fiel al ADN de la asociación. Espero también que seamos capaces de aportar nuevas energías, pero todo ello vamos a hacerlo en unión con personas que también están en la junta rectora y que tienen muchas décadas de experiencia y trayectoria en el sector tecnológico.
P.- Quienes crearon Ascentic crearon sus empresas antes de que Internet se convirtiera casi en sinónimo de tecnología. Para ti y para varios de tus compañeros de la junta rectora, Internet es vuestro campo de trabajo.
R.- Pero yo no diría que somos la generación de Internet, ni hablaría de nativos digitales… todo eso me parecen expresiones vacías que no ayudan a entender la transformación perpetua en que viven nuestras empresas. En Ascentic hay empresas que llevan más de 25 años funcionando, y podemos imaginar cómo era una empresa tecnológica en los años noventa, la transformación que ha sufrido el sector, el producto, los clientes, las necesidades… Estas empresas han pasado por todo esto y, como varias de las que están en Ascentic, hoy tienen delegaciones en varios países y son una referencia por capacidad de adaptación. Estaremos de acuerdo en que, ante eso, referirnos a cuestiones generacionales no es más que una anécdota.
P.- Podemos plantearlo de otro modo: llegáis a la presidencia de Ascentic desde empresas más pequeñas que las que hasta ahora habían nutrido los cargos de máxima representación en Ascentic.
R.- Eso es cierto. Cuando nace Ascentic en 2001 había empresas medianas, con algunas decenas de trabajadores, y otras menores… Algunas, tanto de las primeras como de las segundas, han crecido mucho y son las que ahora tienen presencia en varios países y plantillas de más de cien o doscientos trabajadores. Pero sigue habiendo una larga relación de empresas con menos de 15 trabajadores, que son la mayoría. La mía, y las de la mayoría de mis compañeros de junta, son empresas de este tipo, en efecto.
P.- Es llamativo que los grandes cedan la presidencia a los más pequeños.
R.- Nadie nos ha señalado, lo que se ha producido es un proceso natural, una evolución. Confluyen dos cosas: gente que somos más activos, o que tenemos más ganas de participar, y gerentes de larga trayectoria que entienden que hay que dar el paso, que hay empresas y empresarios que están hoy donde estaban ellos hace 14 años, cuando se constituyó Ascentic. Nosotros tenemos una ventaja que ellos no tuvieron: una generación por encima que impulsa y apoya. Este compromiso colaborativo forma parte de la asociación desde su nacimiento, y la llegada de personas más jóvenes a la presidencia es simplemente otra forma de plasmar esa idiosincrasia.
P.- Estamos en el PCTCAN, una infraestructura muy ligada a Ascentic por cuanto fue una de las reivindicaciones fundacionales de la asociación. Tú puedes valorarlo libre de cualquier condicionante, porque no estabas en aquella primera Ascentic y porque tu empresa no está aquí. Hay quien dice, por ejemplo, que es caro.
R.- El parque es un orgullo para Ascentic. Es una iniciativa que surgió de aquí y hubo que pelear mucho para sacarlo adelante. También es un orgullo para mí, aunque no participara en su diseño y constitución. ¿Es el parque óptimo? Quizá no, pero es mejor que el planteamiento inicial, y esas mejoras son resultado de la participación activa de Ascentic, que siempre ha influido positivamente para que sea una instalación al servicio de las empresas. Todo esto no significa que crea que el PCTCAN no tiene defectos, y los costes en efecto quizá sean uno de ellos. Pero estar o no estar en el parque no depende solo del precio, sino de muchos factores. Lo que es indudable es que, incluso para quienes no estamos aquí, el parque es un elemento muy positivo, capaz de generar sinergias y promover la colaboración entre las empresas.
P.- ¿Cómo está ahora mismo el sector tecnológico cántabro, tras seis años de crisis?
R.- Las empresas tecnológicas están creando empleo, y de una forma intensa. Hablo no solo de las empresas de Ascentic, sino del sector tecnológico regional en general. Nuestras empresas llevaban unos años a la expectativa, esperando un punto de inflexión que animara a poner en marcha proyectos y aprovechar oportunidades. Yo diría que ese momento ha llegado.

LA NUEVA JUNTA DIRECTIVA DE ASCENTIC, Y SUS MENTORES.- En la foto posan conjuntamente alguno de los nombres históricos de Ascentic, con los miembros de la nueva junta de gobierno de la asociación. De arriba abajo y de izquierda a derecha, Miguel Ángel Fernández Seco, de la empresa ATOS, uno de los impulsores de Ascentic que permanece en la nueva junta; Juan José Pardo, María José Medina, Pedro M. Arce, David de Andrés, Juan Prego, Luis Sacristán, José María Olaiz, Moisés Gutiérrez, Pedro Bárcena, Vicente Alciturri y Javier Polidura. En primera fila, los miembros de la nueva directiva: Adrián Ribao, Luis Sacristán Gascón, Jaime Gómez Obregón, Ignacio Fernández y Raúl Uría.
P.- ¿El sector sale muy dañado de la crisis?
R.- Han sido años difíciles, pero quiero destacar que las empresas tecnológicas no han destruido empleo neto durante la crisis. Veníamos de crecimientos de empleo muy importantes en los años previos, y es cierto que eso se frenó y se dejó de contratar, pero no se destruyó empleo. Ahora estamos preparados para aprovechar las oportunidades y retomar la senda de crecimiento de los años anteriores a la crisis. En la actualidad, las empresas de Ascentic emplean a casi 1.300 personas, cerca de un millar en Cantabria.
P.- Durante la crisis se mencionaba recurrentemente el problema de la falta de financiación, que limitaba la capacidad de vuestros clientes de afrontar inversiones en tecnología. Entiendo que eso empieza a corregirse.
R.- Está cambiando, pero siempre ha habido instrumentos para favorecer la inversión en tecnología que, por otra parte, es una inversión que siempre se recupera porque redunda en la mejora de los procesos, en el ahorro de costes, en la competitividad… Las empresas que invierten en tecnología hacen más con menos esfuerzo. La falta de financiación supuso un freno importante durante los años duros, pero eso ha empezado a cambiar.
P.- Reclamáis que la Administración juegue un papel como motor de la demanda.
R.- Yo hablaría más bien de facilitador, no de motor. El sector tecnológico no gira en torno a lo público, que para las empresas de Ascentic supone un cliente menor por volumen de facturación. Pero es cierto que el sector público puede generar oportunidades que redunden en el desarrollo de las empresas, en nuestros clientes y en un modelo de futuro para la economía de Cantabria, basado en el conocimiento y la especialización inteligente. La Administración tiene esa capacidad de tracción, pero no un protagonismo central en sí mismo.
P.- Es un matiz, pero lo cierto es que os preocupa especialmente la forma en que la Administración está licitando los contratos de servicios tecnológicos en Cantabria, agrupándolos en proyectos de gran volumen.
R.- En efecto, y tiene que ver con esto que decía, con la forma en que el sector TIC innova y crece: siempre lo hace a partir de proyectos, no hay otra forma. Un cliente encarga un producto tecnológico y la empresa desarrolla una solución que paquetiza y trata de replicar en otros clientes. Nuestro sector permite que un caso de éxito inicial pueda reproducirse en otros lugares y para otros clientes que tengan la misma necesidad. Así se innova y se crea riqueza. Eso explica el crecimiento antes de la crisis, y el estancamiento después: no se crece, pero no se destruye empleo. El problema es que a la larga ese parón es mortal, porque las empresas más grandes pueden buscar las oportunidades de crecimiento en otro lugar, pero las pequeñas languidecen y pierden la oportunidad de competir. Ahí es donde es crucial que la Administración asuma un papel audaz, licitando concursos de gran volumen pero también facilitando que las empresas más pequeñas puedan crecer apoyándose en proyectos. También reivindicamos que las las empresas de Cantabria sean las destinatarias naturales de los contratos públicos de Cantabria.
P.- Alguien podría entender que pides medidas proteccionistas.
R.- De ninguna manera, no pedimos ninguna medida proteccionista, ni intervencionismo alguno. Simplemente se trata de que la agenda de inversiones tecnológicas del Gobierno de Cantabria se haga de otra manera. Entiendo que agrupar contratos menores tenga ventajas desde el punto de vista de la gestión administrativa, que quizá sea más sencilla, pero ello no garantiza una mayor eficiencia en el uso de los recursos públicos, y a la larga es destructivo para un sector, el tecnológico, que todas las quinielas sitúan en el centro del modelo productivo del futuro. Las empresas pequeñas tienen el conocimiento y la capacidad, pero necesitan oportunidades para demostrarlo. Ahí es donde creemos que la Administración puede cumplir un papel.
P.- ¿Al trocear los contratos no existiría el riesgo de generar incompatibilidades entre las soluciones tecnológicas de los diferentes departamentos del Gobierno?
R.- No. Lógicamente en el concurso habría que garantizar la buena gestión de los recursos públicos. ¿Cómo se evita ese riesgo que comentas? Estableciendo unos parámetros comunes que favorezcan la cooperación entre las empresas que participen. La cooperación es un factor distintivo del sector tecnológico, y un elemento de desarrollo de las empresas. Desde luego cuando no hay oportunidad de cooperar es cuando hay pocos proyectos muy grandes, en los que solo pueden participar unas pocas empresas, muchas veces de fuera de Cantabria.
P.- En esa doble naturaleza que tiene toda asociación, con una función colaborativa y otra reivindicativa, da la impresión de que en Ascentic siempre ha primado la primera.
R.- También somos reivindicativos, pero es cierto que la cooperación es un objetivo fundacional de Ascentic. En nuestro sector, la colaboración no es que sea posible, es que es necesaria, y eso solo puede venir por el roce, el conocimiento mutuo, la confianza, por emprender iniciativas comunes, por la vía asociativa en suma… Ascentic siempre ha sido muy consciente de eso, que se entiende muy bien en el País Vasco, por ejemplo, pero que en Cantabria sigue sonando extraño a muchos. Esa colaboración dentro de la asociación en ocasiones lleva a que también se colabore en negocios, en proyectos concretos, pero eso ha sido siempre una consecuencia, nunca la motivación o el objetivo de la asociación. Esta visión, la del negocio, está más emparentada con la figura del clúster, y algo estamos haciendo también en ese sentido.
P.- Es cierto que en Cantabria hay un clúster relacionado con la energía nuclear, y otro muy activo que reúne a la industria de componentes de automoción, pero no hay un clúster tecnológico.
R.- El impulso nace del Gobierno de Cantabria, que promueve la idea pero que no pretende condicionar el resultado. Esto es importante y muy loable, porque en otros lugares no se ha hecho así y los resultados no han sido buenos. El objetivo es sumar a las empresas tecnológicas que quieran participar, estén o no en Ascentic, unirlas a los centros de formación y a los centros de investigación que existen en Cantabria: los institutos de física, de medicina, de biotecnología… y en torno a un hilo conductor de negocio, un ámbito en el que desarrollar proyectos aquí, pero dirigidos al mercado en cualquier lugar del mundo. Ese es el planteamiento, no un clúster de empresas tecnológicas, sino algo más amplio.
P.- Uno de los problemas tradicionales a los que se enfrenta el sector tecnológico, y enfrentarse a ese problema también fue uno de los objetivos fundacionales de Ascentic, es el acceso a profesionales cualificados. La crisis ha dejado a muchos trabajadores sin empleo, y podría pensarse que ese problema ya no existe.
R.- No es así, el empleo en nuestras empresas es muy especializado, y el acceso a los mejores profesionales siempre es un factor crítico. Tenemos una excelente relación con los centros de formación, tanto en lo referido a la formación profesional como a la Universidad de Cantabria, en la que tenemos una silla en la comisión que evalúa la calidad en el grado de Ingeniería Informática. Seguramente todo es mejorable, pero por ese lado las cosas funcionan muy bien. Pero es inevitable que las empresas tengamos que dar una formación adicional a los titulados, vengan de los centros de formación profesional o vengan de la universidad. Nuestro sector es diverso, complejo, heterogéneo y con empresas muy especializadas, lo que hace que todos tengamos que invertir en formar a nuestros trabajadores.
P.- ¿Continúan beneficiándose las empresas cántabras de un índice de rotación de trabajadores menor que en otras zonas de España?
R.- Si lo comparamos con Madrid, o Barcelona, sí, la rotación es más baja. Es algo crucial. El principal valor de nuestras empresas es el conocimiento de los trabajadores y su implicación. Los medios con los que producimos, las instalaciones, los equipos informáticos… todo eso en esencia, funcionalmente, es lo mismo en todas las empresas, lo que nos diferencia es lo que son capaces de hacer las personas.
P.- Una cuestión que puede parecer anecdótica, pero que quizá no lo sea tanto: estamos hablando en el despacho que nos ha cedido una empresa asociada a Ascentic, porque la asociación sigue sin tener sin tener una sede.
R.- No es anecdótico. Nunca hemos tenido un local propio y no creo que vayamos a tenerlo. Sería un coste alto, pero ¿qué retorno generaría al asociado? Los socios de Ascentic pagamos cuotas altas, sobre todo si lo comparamos con otras organizaciones empresariales, pero con esas cuotas, y con algún servicio profesional que prestamos a los propios asociados y a terceros, somos capaces de autofinanciarnos. Es el modelo que nos gusta y el que defendemos, porque nos obliga a ser ágiles y ligeros, como creemos que tienen que ser las organizaciones. Hay algo que me parece importante señalar sobre la naturaleza de Ascentic: es un instrumento organizado por las empresas y cuya labor tiene que revertir en las empresas. El día que deje de ser así, no tendrá razón de ser. La asociación es un medio, no un fin.