Parayas crece fuera de la pista
La apertura del primer parking de iniciativa privada añade servicios al aeródromo santanderino en una iniciativa que busca sus clientes tanto entre los viajeros de ida y vuelta a Madrid como en estancias más largas. Los promotores del proyecto, uno de los pocos puestos en marcha para aprovechar el aumento de tráficos de Parayas en la última década, asumen que el aeropuerto difícilmente volverá a los registros alcanzados en 2011 y creen que la iniciativa puede ser rentable con los vuelos y pasajeros que se mueven hoy.
Texto de José R. Esquiaga @josesquiaga Fotos de Nacho Cubero
Publlicado en abril de 2014
Casi de un día para otro, en lo que va del primer aterrizaje de un avión de Ryanair a la consolidación de una oferta más o menos estable de vuelos baratos, el aeropuerto de Parayas pasó de moverse en el modesto entorno de los 250.000 pasajeros a superar los 600.000 en una primera etapa, para escalar luego por encima del millón, durante los años 2011 y 2012. Curiosamente, la década prodigiosa del aeródromo cántabro –el primer vuelo de la aerolínea irlandesa de bajo coste tomó tierra en Parayas en septiembre de 2004– ha tenido una incidencia menor como estímulo para la puesta en marcha de iniciativas empresariales que buscasen aprovechar el notabilísimo incremento de tráficos. Es ahora, cuando las cifras de pasajeros empiezan a remitir, cuando nace Parking Parayas, presentado como el primer aparcamiento low cost para los pasajeros que viajan desde el aeropuerto cántabro, y que es en cualquier caso un proyecto directamente vinculado con el movimiento de viajeros que sean capaz de generar los vuelos que parten de Cantabria.
“Asumimos que las cifras de pasajeros de 2011 y 2012 no van a volver”, explica Silvia Perales, gerente y principal promotora de un proyecto para el que ha buscado referencias en aeropuertos con tráficos algo mayores a los que registra el santanderino pero que, en todo caso, considera que puede ser rentable sin necesidad de que el tráfico de mueva por encima del millón de pasajeros. El último empujón para poner en marcha la iniciativa llegó tras conocer un parking similar en el aeropuerto de Santiago de Compostela, por el que pasan más de dos millones de pasajeros cada año. Pero a diferencia de aquel, explica la promotora de Parking Parayas, en Santander no existe ninguna oferta comparable con la que ahora se pone en marcha.
Parking Parayas tiene su sede en el polígono Mies de San Juan, apenas a un minuto del aeropuerto, en una nave con campa anexa. La búsqueda de unas instalaciones adecuadas ocupó a los promotores de la empresa durante la mayor parte del tiempo pasado desde que empezaron a concebir el proyecto, hace algo más de un año, hasta que recibieron el impulso decisivo tras el viaje a Santiago de Compostela, en noviembre de 2013. La proximidad al aeropuerto, el coste y la posibilidad de diferir una parte de la inversión –el proyecto arranca únicamente con la nave, dejando para los próximos meses la urbanización de la campa– fueron los factores clave para decantarse.
La nave con la que la empresa arranca su actividad tiene capacidad para 45 coches, una cifra que da apenas para cubrir gastos pero que permite cierto margen a la hora de decidir los plazos en los que dar los siguientes pasos. La urbanización de la campa, y su acondicionamiento para cumplir con todos los requerimientos de seguridad, supondrá una inversión de algo más de 30.000 euros, y sumar 105 plazas nuevas de aparcamiento. Con ello, y con los índices de ocupación que han previsto en el plan de negocio –”no demasiado optimistas”, asegura Silvia Perales– la empresa empezaría a dar beneficios.
Estacionalidad
Los promotores de Parking Parayas son muy conscientes de que el suyo va a ser un negocio muy estacional, más activo en los meses centrales del año, con el incremento de líneas en época estival, y con menos trabajo en la temporada baja. Con todo, confían en que el catálogo de servicios del que han dotado a la empresa –alguno de los cuales no está relacionado con el aeropuerto– y los pasajeros cántabros de ida y vuelta a Madrid permitan al negocio contar con una base suficiente como para pasar sin apuros los periodos de menos actividad. Parking Parayas ofrece servicios de lavado interior y exterior del coche, ozonización y llevar el vehículo a pasar la ITV, todo ello de forma independiente a las estancias, aunque puede formar un pack con ellas.
El aparcamiento para los pasajeros del aeropuerto es, con todo, el núcleo de la actividad, y el servicio que debería aportar la mayor parte de la facturación. La empresa ofrece estancias por 7,50 euros diarios, hasta el cuarto día, y por 3,30 del quinto en adelante. Por una semana pueden pagarse 39,95, en un precio que incluiría la limpieza exterior, o 49,95 si se incluye la ozonización. Todos los precios, que incluyen el IVA, se sitúan claramente por debajo de las tarifas del aparcamiento del aeropuerto, hoy por hoy la única competencia directa a la que se enfrenta el nuevo negocio. Indirectamente, explica Silvia Perales, otra referencia son los precios del taxi: según los cálculos que realiza la página de Aena, la carrera entre Parayas y Santander oscila –dependiendo del punto exacto de destino– entre los 12 y los 21 euros en jornada laborable y diurna, y los 14 y los 25 euros en horario nocturno o festivos. El precio es ligeramente menor para ir a Maliaño o Astillero, y claramente más alto para desplazarse a cualquier otro punto de Cantabria. “Para cualquiera que viaje en el día a Madrid, es claramente más barato y cómodo venir en su coche y dejarlo con nosotros. Pero es que incluso es más barato para quien contrate una semana de estancia, y además le lavamos el coche”, señala la gerente de Parking Parayas.
La empresa adapta sus horarios a los de los vuelos, abriendo hora y cuarto antes de la salida del avión a Madrid, el primero que sale cada día de Parayas. Tras la recepción del vehículo, una furgoneta traslada a los viajeros hasta la terminal, en un trayecto que apenas supera el minuto. A la vuelta, basta llamar desde el aeropuerto para que la misma furgoneta pase a recoger al cliente. La furgoneta, el principal equipamiento de la empresa al margen de la propia infraestructura de nave y campa, es operada por Parking Parayas mediante un renting, lo que además de abaratar la inversión inicial garantiza que pueda ser sustituida inmediatamente en caso de avería.
Minimizar riesgos, sobre todo manteniendo el máximo control sobre la cantidad a invertir, ha sido una constante en todo el proceso seguido desde que los dos socios concibieran la idea hasta la apertura del parking. El principal capítulo, y el único que ha obligado a recurrir a financiación bancaria, es el acondicionamiento de la campa, y el hecho de que sea una obra que pueda demorarse en el tiempo ha sido clave. Parking Parayas paga 1.800 euros mensuales por el alquiler de la nave, y otros 600 por la campa anexa. Esas cantidades, junto a los salarios de las cinco personas que componen la plantillan y el renting de la furgoneta, constituyen el grueso de los gastos fijos de la empresa, y los mínimos a considerar para los periodos de menos actividad.
Ryanair, factor de riesgo
“En nuestras previsiones hemos contado con que el aeropuerto se mueva en unas cifras de viajeros similares a las que tiene hoy, en torno al millón de pasajeros”, explica Silvia Perales, que admite que en esa proyección incide un factor sobre el que no tienen ningún control: los planes de Ryanair. “Calculamos que no menos del 80% de nuestros clientes van a ser pasajeros de Ryanair, así que es evidente que cualquier decisión que tome la compañía nos va a afectar. Pero no podemos hacer nada al respecto, o por lo menos nada distinto a lo que ya hemos hecho: diseñar una oferta de servicios que nos permita contar con un cierto colchón de actividad, no directamente ligada al aeropuerto”, señala.