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Santander presume de cine

La reciente apertura de Cines Embajadores en lugar de los históricos Cines Groucho consolida junto a Los Ángeles una oferta de salas privadas en el centro urbano de la que muy pocas ciudades españolas disponen. Los responsables de ambos espacios reflexionan sobre el creciente peso del cine español e independiente y la oportunidad de programar otras actividades culturales en alternancia con la proyección de películas.

Manuel Casino | Abril 2025

El cine en Santander goza de muy buena salud. Así lo sostiene Juan Barquín, socio junto a Miguel Ángel Pérez de los nuevos Cines Embajadores, que el pasado 31 de enero recogieron el testigo de los Cines Groucho para mantener en el centro urbano de Santander una oferta de cine de la que muy pocas ciudades españolas pueden presumir. “Santander siempre ha contado con una oferta cultural muy buena y viva. Los santanderinos somos bastante de salir, probablemente más que en otras ciudades”, señala para acreditar la apertura de este nuevo espacio que consolida la presencia de salas en el casco urbano: sus dos pantallas se suman a las ya clásicas de Los Ángeles y La Filmoteca, o a las que puntualmente ofrece el Casyc y el Ateneo.

Aunque llevan poco más de un mes abiertos –de hecho, en la entrada aún lucen los neones de los Groucho–, Barquín agradece la respuesta del público, que reconoce en estos primeros días ha sido mejor incluso de lo esperado. Una buena acogida que descansa, según argumenta, en una programación más variada en la que hay cabida para cintas españolas, estrenos destacados y cine familiar y de animación.

Si el anterior Cine Groucho basaba su oferta en un cine de autor, puro y duro, de películas pequeñas y en exclusividad, Juan Barquín explica que los actuales Cines Embajadores Santander quieren llegar a un público más abierto sin renunciar por ello al cine independiente. «Cuando hablas de cine independiente también puedes estar haciéndolo de grandes estudios, como la Warner o Universal –Focus Pictures, su división de cine independiente, es responsable entre otros de títulos de ‘The Brutalist’, uno de los primeros títulos programados por la cadena en su llegada a Santander–«, aclara.

Juan Barquín, director y uno de los socios de la cadena de salas, que además de en Santander tiene presencia en Madrid y en Oviedo. Foto: PM Foto.

En síntesis, asegura que lo que pretenden es seguir el modelo de Madrid, donde Cines Embajadores cuenta con seis salas –también tienen otras cuatro en Oviedo–, “que en cinco años se ha convertido en una de las diez salas más taquilleras de la ciudad”. Barquín, que lanzó con Pérez en 2003 la distribuidora Karma Films, admite que, tras el cambio de programación, la siguiente fase va ser reformar el hall de entrada y mejorar la insonorización, así como abrir un bar para vender palomitas.

“Sí, vamos a vender palomitas”, promete apoyándose en los resultados cosechados por el cine de animación y familiar en Madrid, donde ha supuesto el 40% de la recaudación total. “Queremos programar cine familiar, sobre todo en las primeras sesiones, y sabemos que el público que acude a esta tipo de cine no entiende la experiencia sin palomitas”, analiza. Además, avanza su intención de dividir una de las dos salas actuales para abrir en su lugar dos nuevos espacios de 45 y 60 butacas. Su previsión, según detalla, es comenzar las obras este verano para tenerlo listo en noviembre con pantallas más grandes, mejor sonido y butacas más cómodas.

Y es que, en su ideario, está que el cine esté muy vivo y sea un espacio versátil. Por eso, resalta que, además de cine, también tienen intención de ofrecer ópera, ballets o proyectar clásicos del cine acompañados de música en directo. Y da un dato para corroborar la oportunidad de este envite: la película de mayor éxito de un domingo en Oviedo ha sido ‘Amanecer’, un título de 1927 que se proyectó con un pianista tocando en directo.

Carlos Restegui, director del cine Los Ángeles. Foto: PM Foto.

De su parte, Carlos Restegui, titular del cine Los Ángeles, la veterana sala abierta en 1957 y la única que ha aguantado el éxodo de pantallas al extrarradio de Santander, admite el esfuerzo “muy importante” que supone mantener una pantalla en el centro de la ciudad con tres empleados. “Hemos hecho una apuesta decidida por el cine, y eso que no vendemos palomitas, ni café, ni coca cola, ni cerveza, ni tampoco tengo intención de hacerlo. Antes tendría intención de cerrar. Si tuviera cinco o seis salas, seguramente tendría otro concepto de explotación, pero no con una sala de 310 butacas”, concede.

Restegui, al frente de este negocio desde hace más de treinta años, conviene con Barquín en la oportunidad de organizar “pequeñas cosas” al margen del cine. Entre ellas, cita su oferta de pequeños conciertos, una propuesta que asegura siempre ha figurado en este cine, pero que desde hace unos meses ofrece “en otra liga”: “Ahora estoy en la Champions League de los conciertos”, afirma tras el éxito de los cinco recitales que ha programado desde el pasado octubre. “Estamos entrando en una dinámica que vamos a ver a dónde nos lleva –el 8 de marzo está anunciado el concierto ‘La huella de Dios’, un homenaje de José Carlos Gómez a Paco de Lucía en el que el guitarrista gaditano estará acompañado por un elenco de artistas–, admite satisfecho tras comprobar que la sala suena “espectacular”. “Tenemos un sonido para conciertos impresionante. Ahora veremos qué publico podemos encontrar y hasta dónde podemos programar y a qué precios”, confiesa antes de adelantar que su oferta para los próximos meses incluye varias propuestas de flamenco y jazz, entre las que destaca los conciertos que ofrecerán el portugués Tiago Nacarato y el brasileño Caina Cavalcante, el 11 de abril; el de un día después de la guitarrista Mercedes Luján junto a la bailaora Sara Sánchez, o el concierto que en junio brindará el pianista chileno Jorge Vera.

El hábito de ir al cine

Restegui asegura que de un tiempo a esta parte se está recuperando el hábito de ir al cine, si bien admite que llegar al público cada vez resulta más complejo. “Los datos de 2024 no han sido buenos. Diría que el cine vive un momento inestable con picos y valles”, certifica antes de hacer un análisis de lo ocurrido en los últimos años: “Tras la travesía del desierto que supuso la pandemia, y los siete u ocho meses que le siguieron, donde la recaudación pudo caer en torno al 70% con relación a las cifras de antes del covid, es evidente que se ha registrado un cambio en los hábitos de las personas que, en general, a partir de entonces han comenzado a apostar más por espacios abiertos y por viajar, aunque fuera con estancias más cortas, y por un ocio más ligado a la restauración, especialmente de aperitivo o de ‘tardeo’. Esta tendencia ha tenido un claro reflejo en la taquilla con la desaparición prácticamente de la sesión de noche, a lo que se unió en 2023 la huelga de guionistas y de actores de Hollywood”, precisa.

Pero el fin de estas protestas ha permitido que la maquinaria del cine americano funcione ahora ‘a full’ lo que, unido al empuje del cine español, –“está sacando buenos títulos, con una muy buena película al mes, cuando no son dos”– y el cine europeo, asiático e independiente –“que cada vez tiene más cabida”– ha hecho que las personas vuelvan a las salas. “En nuestro caso, el público ha regresado claramente. De hecho, hemos firmado el mejor septiembre de nuestra historia gracias a cuatro o cinco cintas muy interesantes”, enfatiza.

En cualquier caso, tanto el responsable de Los Ángeles como el de Embajadores coinciden abiertamente en que el cine es un entretenimiento de fin de semana. Barquín, que durante doce años fuera director de Marketing y Programación en Kinépoplis España, una de las cadena de cines más grandes de España, reconoce que de viernes a domingo se concentra el 80% de la taquilla total, un porcentaje que estima que en Cines Embajadores puede ser del 70%. “Lo mejor sería 50-50%, pero es difícil de conseguir. Es como tratar de desestacionalizar el turismo o los helados, algo que en este último caso en Santander, por ejemplo, sí se ha conseguido”, subraya. En la misma línea, Restegui conviene que el cine, al igual que el resto de ocio, es de fin de semana y que las funciones más demandadas siguen siendo las del sábado y domingo tarde.

Un espectador accede a Los Ángeles, una de las salas supervivientes al éxodo de los cines al extrarradio. Foto: PM Foto.

En cuanto al perfil de espectadores que acude a sus salas, el socio de Cines Embajadores admite que se trata mayoritariamente de un público adulto. “Básicamente es el mismo que ya venía a los Groucho, aunque reconoce que la programación de documentales como ‘La guitarra flamenca de Yeray Cortés’, de C. Tangana, ha atraído hasta su cine a jóvenes que ni siquiera sabían de su existencia”. Con todo, asume que el perfil de público está fundamentalmente condicionado por el contenido. “Lo hemos visto con este documental, que ha sido un auténtico sorpresón”, rememora.

Lo mismo ocurre en el caso de Los Ángeles, donde Restegui confirma que acude un público fundamentalmente adulto, de más de 40 años, con una mayor proporción de mujeres que de hombres porque, según opina, el consumidor cultural es mayoritariamente femenino, aunque descifra que también se está incorporando personas jóvenes “que valoran que entre estas paredes haya 70 años de cine. Ofrecemos una experiencia que en pocos sitios de España se puede ver”, resume.

También comparten que, a diferencia de lo que ocurre en el conjunto del país, donde agosto y diciembre son los meses de mayor afluencia de público gracias, en gran medida, a que durante esas semanas es cuando el cine americano concentra sus estrenos en España, en Cantabria los mejores meses son enero, febrero y marzo, coincidiendo con los premios Goya y los Oscar, que a entender de Restegui actúan como altavoces.

“La experiencia que yo ofrezco en Los Ángeles, no pude ser por cuatro euros”. Carlos Restegui, titular de Los Ángeles

En cambio, en lo que uno y otro no se muestran tan de acuerdo es en el papel que desempeña el precio de la entrada a la hora de ir o no al cine. Así, mientras que para Restegui, que mantiene en su cine un precio único de siete euros, de miércoles a domingo, el precio sí condiciona la asistencia –“la experiencia que yo ofrezco en Los Ángeles, no pude ser por cuatro euros”, según resuelve–, para Barquín su importancia es muy limitada ya que, a su juicio, el contenido es el que condiciona la asistencia de público. “El cine ya tiene un precio muy definido –Embajadores ofrece una entrada general a seis euros entre semana, que sube a siete el fin de semana– y da poco juego, más allá de recuperar los miércoles como el día del espectador –en su caso, a cinco euros– y algún otro tipo de ofertas durante la semana dirigidas a mayores de 65 años y menores de 12 años para promover la asistencia”.

Versión original o doblada

Sobre la opción de ver las películas en versión original con subtítulos en español o doblada al castellano, el socio de Cines Embajadores explica que están haciendo pruebas en horarios diferentes para ver dónde encajan mejor unas y otras. “En estas semanas estamos viendo que el público joven consume más versión original. Esta es otra de las cosas buenas que nos han traído las plataformas, que permiten elegir el idioma en que quieres ver la película. Con el tiempo, creo que la V.O. va a ganar a las dobladas porque las nuevas generaciones prefieren este formato”, sintetiza.

Por su parte, el responsable del cine Los Ángeles se muestra defensor por igual de las versión doblada que en el idioma original, dos alternativas que ofrece habitualmente en su sala. “Tengo público de las dos aunque, en general y quizá por tradición, funcione algo mejor la versión en castellano. Otra cosa sería si nos hubiéramos acostumbrado desde pequeños a ver cine en versión original”, razona.

Por otro lado, Restegui defiende que uno o dos taquillazos no resuelven una temporada. “Lo que tienes que cerrar son 52 semanas al año. Y yo, por ejemplo, no he dado ni ‘Oppenhaimer’ ni ‘Barbie’”, dos de los mayores éxitos de taquilla de 2024, advierte. A su juicio, la temporada se construye semana a semana con una línea de trabajo. “Yo ofrezco entretenimiento y trato de traer un poco de variedad y proyectar una película nueva a la semana con especial atención al cine español de calidad, con el que siempre hemos contado porque el público así lo demanda. Con la apertura de Embajadores es verdad que ha cambiado el statu quo. Cada momento ha tenido una forma de trabajar. Ahora competiremos en títulos y seguramente nos cueste algo más. Veremos qué decide el público”, vaticina.

Para Barquín, por su parte, un éxito de taquilla puede que determine una buena temporada en salas que exhiban mayoritariamente cine comercial que suponga el 80% de sus ingresos finales. “Pero para aquellos que, como nosotros, no dependemos de un solo título, no lo es tanto. El cine independiente no es un cine de bombazos”, con la excepción, recuerda, de ‘Parásitos’, que fue totalmente inesperado. “¡A ver cuándo viene el siguiente parásito!”, admite consciente de la dificultad de repetir un éxito tan enorme como el cosechado por esta película coreana.

En su caso, también defiende que el cine español cada vez es más potente. De hecho, las distribuidoras, que son las ‘majors` americanas, también están detrás de las películas españolas. Nuestro cine cada vez es más global –se estrena fuera de nuestras fronteras– y tiene mejor calidad. Cita como ejemplos ‘La infiltrada’, una película que afirma trata un tema local pero que funciona muy bien porque al final no deja de ser un ‘thriller’, o de ‘Campeones’, con ‘remakes’ que han viajado por todo el mundo.

Las plataformas de ‘streaming’

De igual modo, tanto Barquín como Restegui comparten que pese al auge de las plataformas de ‘streaming’, como Netflix, Disney+ o Amazon Prime, al público le sigue gustando ver el cine en el cine. Así, el responsable de Cines Embajadores asegura que, cuanto más productos audiovisuales consumes, más quieres: “Los aficionados cada vez ven más series, pero cuando llega el estreno de una película, prefieren verla en el cine. De hecho, las plataformas han pasado de ser una amenaza a convertirse en un aliado”, proclama.

«El encanto del cine está en salir y comentar la película, en estar en una habitación a oscuras sin estar pendiente del móvil». Juan Barquín, cosocio de Cines Embajadores

Una apuesta por el séptimo arte que justifica en el hecho de que a las personas les gusta vivir una experiencia con alguien al lado. “El encanto del cine está en salir y comentar la película, en estar en una habitación a oscuras sin estar pendiente del móvil y, si suena, dar pausa a la película. Es decir, concentrado exclusivamente en ver la película. El cine tiene mucho de compartir”, compendia.

Por su lado, el dueño de Los Ángeles coincide en que las plataformas han contribuido a un mayor consumo audiovisual, aunque estima que para los exhibidores siguen siendo un competidor directo. “Es una arma de doble filo. El público se ha acostumbrado a ver contenidos de media hora y ya no aguanta largometrajes de dos horas sin perder la atención. Lo mismo sucede con el fútbol o las carreras de motos, deportes en los que se habla de introducir cambios para que sean más ágiles y dinámicos”. En este sentido, señala que José Luis Garci ya decía hace muchos años que el lenguaje cinematográfico estaba cambiando. Así, recuerda que el cineasta asturiano sostenía que una película como ‘Cortina rasgada’, de Hitchcock, en la que hay secuencias que se mantienen durante tiempo sin que, aparentemente, ocurra nada, hoy no sería viable porque el espectador “si ve que no pasa nada, aprieta el botón del mando a distancia y sintoniza otra cosa”.

Uno de los trabajadores de los cines Embajadores Santander coloca la cartelera el día de la apertura de las salas, el pasado 31 de enero. Foto: PM Foto.

A vueltas con la oferta de cine en las ciudades, Barquín ratifica que Cines Embajadores quiere extender su modelo de oferta de cine en el centro a otras urbes españolas, como Albacete, donde actualmente exploran esta posibilidad. “Nuestra idea es seguir de algún modo el concepto de las ciudades de 15 minutos”, una propuesta urbanística que propone que la mayoría de las necesidades y servicios esenciales se encuentren a 15 minutos a pie, en bicicleta o en transporte público desde los hogares. Además, anuncia que su objetivo es llegar este año a los 40.000 espectadores, una cifra que, en caso de alcanzarla, supondría casi doblar la asistencia media registrada durante la anterior etapa de estas salas. “Es de locos, pero bueno, el cine es de locos. Y creo que es factible con una buena programación y si llegamos a tiempo con todas las reformas y mejoras proyectadas. También como en Santander todo depende del tiempo… Si el verano viene con muy buen tiempo, sufriremos”, admite.

Por su parte, Restegui anticipa a que Los Ángeles morirá cuando se jubile. “A este cine le queda poco. No sé cuánto, pero no más de diez años, si le quedan”, zanja.