WSP Spain adquiere 1A Ingenieros y refuerza su rama energética
La multinacional canadiense, que tiene en Santander la sede de su filial española, fortifica su posición en una línea de negocio que ya formaba parte de su catálogo, pero que, tras la adquisición de 1A Ingenieros, pasará a aportar un tercio de la facturación de la empresa. Con esta operación, WSP Spain cerrará el año con 600 profesionales, 200 en Cantabria.
José Ramón Esquiaga | @josesquiaga | Noviembre 2024
Cumpliendo con irreprochable puntualidad lo recogido en su vigente plan estratégico, WSP Spain cerrará el año en curso con una plantilla de 600 trabajadores y un reparto de la actividad entre sus cuatro líneas de negocio que se moverá en cotas cercanas al equilibrio. Como recoge aquel documento, que tiene como marco temporal el periodo 2022-2024, el crecimiento de la filial española de la multinacional canadiense ha combinado en los tres últimos años lo orgánico con lo corporativo, lo primero a cargo sobre todo de las áreas en las que la empresa ya contaba con una posición destacada en el mercado, y lo segundo a través de compras de empresas que han permitido dar un salto adelante allí donde la estructura propia tenía un carácter más incipiente. Así sucedió en 2022, cuando la adquisición de BOD Arquitectura reforzó de forma notable el peso de la edificación dentro del catálogo de la empresa, y otro tanto se consiguió en el área de energía, una vez formalizada la compra de 1A Ingenieros el pasado mayo.
La ingeniería WSP Spain, heredera de la histórica Apia XXI, articula su oferta a través de cuatro grandes líneas de negocio: Transporte e Infraestructuras, Edificación, Energía y Medio Ambiente, a la que habría que añadir una quinta con un carácter más transversal, dedicada a la consultoría y asesoría. Directamente entroncada con la actividad de la antigua Apia XXI, Transporte e Infraestructuras había mantenido el máximo protagonismo dentro de la facturación de la empresa hasta que la integración de BOD impulsó la edificación hasta un volumen todavía inferior, pero ya comparable con lo que hasta entonces podía considerarse el negocio tradicional de la ingeniería. La compra de 1A Ingenieros supone situar a la energía en una cuota perfectamente equiparable a la que hasta ahora había tenido el máximo protagonismo dentro del total del volumen de ventas de WSP Spain.

Manuel Pérez, director general de WSP Spain, en la sede central de la empresa, en el Parque Científico y Tecnológico de Cantabria (Pctcan). Foto: Nacho Cubero.
Según los cálculos que hace Manuel Pérez, director general de la filial española de WSP, con el negocio aportado por la empresa recién adquirida, Energía pasa a aportar en torno a un tercio de la actividad, una proporción más o menos equivalente a la que suma Transporte e Infraestructuras. Edificación supondría en torno al 25%, quedando el resto a cargo de Medio Ambiente. “Lo que hemos conseguido es que los cuatro mercados básicos de WSP en todo el mundo empiecen a tener también una presencia significativa y bastante equilibrada en España”, explica el máximo responsable de la empresa que considera que esto último, el equilibrio, no es tanto un fin como un medio: “Nos aporta diversificación, y tener una tipología de clientes más variada, pero no vamos a dejar de aprovechar un mercado en crecimiento porque tenga una proporción mayor en nuestra actividad, o al contrario, no tendría sentido empeñarnos en otro que pueda no ser interesante en determinado momento”.
Más cerca del consumo de la energía
Con sede en Valladolid, 1A Ingenieros cuenta con una trayectoria de 25 años operando en las áreas de energías renovables, distribución y transporte de energía eléctrica, movilidad sostenible, edificación industrial y medio ambiente. Con una plantilla de 250 trabajadores y delegaciones en Galicia, Extremadura, Castilla La Mancha y Andalucía, entre WSP Spain y la empresa ahora adquirida no se dan apenas solapamientos: “Somos muy complementarios, tanto en la red de oficinas como en producto. Nosotros en el campo de la energía hemos hecho proyectos de generación, parques eólicos y solares con un equipo de entre 25 y 30 personas que han trabajado en todo el mundo desde hace 15 años. Lo que nos permite 1A es crecer en distribución, en transmisión… estar más cerca del que consume la energía que del que la genera. Creemos que es ahí donde va a producirse el gran crecimiento en los próximos años”, augura Manuel Pérez, que se remite a los ambiciosos objetivos de electrificación que plantea Europa y el conjunto de países desarrollados: “Hay que mejorar mucho lo que tenemos ahora para conseguir dar respuesta a eso, y esta empresa tiene un enorme ‘know how’ en distribución, transmisión, coche eléctrico, cargadores y movilidad eléctrica en general”. A esto hay que sumar, enumera el director de WSP Spain, la experiencia en proyectos de descarbonización para la industria, en trabajos que buscan mejorar los procesos energéticos de los clientes, y en proyectos de almacenamiento energético mediante biogases, hidrógeno o amoniaco para aprovechar los esperados excedentes en generación renovable: “Todo eso no lo teníamos y nos lo añade. Estamos convencidos de que ahí va a estar el grueso de la inversión en energía durante la próxima década. La generación está bastante parada, pero el resto está muy activo”.

Parques eólicos de Moncayo y Valdejalón (374 MW), en Zaragoza, uno de los proyectos de la rama energética de WSP Spain. Foto: WSP Spain.
En todo caso, y como sucedió en el caso de la edificación con la compra de BOD Arquitectura, los objetivos que contempla el plan estratégico de WSP con las adquisiciones no tienen que ver tanto con las sumas como con las multiplicaciones. “Se que es un tópico, pero no solo añades productos a tu oferta o cifras a tus ventas, hay más cosas. Entras en un ciclo que te permite aprovechar tu marca corporativa unida al conocimiento local, que es algo que funciona muy bien. Y sobre todo, juntas dos o más conocimientos en la misma compañía, y eso es algo que valoran mucho los inversores”, asegura el director general de WSP Spain.
El caso de los ‘data center’, una infraestructura con demanda creciente y para la que España es un lugar con capacidad para atraer inversiones, es ilustrativo de las ventajas que aporta la capacidad de WSP para dar una respuesta integral al cliente, y de la posibilidad de generar sinergias entre las diferentes líneas de negocio a partir de esa condición. En lo que tiene que ver con estos grandes centros de procesamiento de datos, explica Manuel Pérez, nuestro país está haciendo valer ventajas relacionadas con el coste y accesibilidad de la energía, lo que unido al movimiento de reindustrialización que está teniendo lugar en Europa está favoreciendo el desarrollo de importantes proyectos: “El mayor condicionante técnico de estas instalaciones es solucionar el problema energético, localizar la energía, transportarla… Y nosotros podemos diseñar soluciones en ese ámbito, y también en la edificación. Tener esos niveles de especialización en áreas distintas nos da una ventaja para captar proyectos como estos”.
600 profesionales, objetivo cumplido
Con la incorporación de la antigua 1A Ingenieros, WSP Spain alcanza los 600 trabajadores, una cifra que la empresa utiliza como una referencia de tamaño y que coincide con el objetivo que planteaba el plan estratégico en vigor para finales de este año. Supone también superar la cota que llegó a alcanzar Apia XXI, si bien esta es una comparación que Manuel Pérez considera que ha dejado de tener sentido: “Eran momentos, tiempos y perfiles distintos. WSP Spain tiene la historia de Apia, pero no se parece ya en nada a Apia”. Del total de trabajadores que componen el equipo de profesionales de la empresa, en torno a 200 lo hacen desde la sede de la compañía en el Pctcan, y básicamente en la línea de infraestructuras y transporte, aunque la forma en que ahora se trabaja hace muy difícil hacer una conexión directa entre tareas y ubicación. “Yo sé cuánta gente está trabajando aquí, pero no sé cuántos de ellos son de Cantabria. Tenemos gente que trabaja unos meses en esta oficina, y otros meses en otra”, advierte el director general de WSP Spain, que por ese mismo motivo considera muy complicado calcular la repercusión que el crecimiento de la empresa puede tener en el empleo generado en Cantabria. “Básicamente aquí tendremos crecimiento orgánico, con un factor limitante muy claro que es la atracción de talento. Ahora mismo es más difícil encontrar personas que proyectos”.

En la oficina cántabra de la empresa trabajan en torno a 200 de las 600 personas que componen la plantilla de la filial española de la multinacional canadiense. Foto: Nacho Cubero.
Todavía en proceso de elaboración, el plan estratégico con el que se guiará WSP Spain entre los años 2025 y 2027 podría situar la referencia del empleo en el millar de personas, con un crecimiento que sería equilibrado entre las cuatro líneas de negocio, y siempre con la posibilidad de acometer alguna compra que permita avanzar a mayor ritmo a aquella que pueda quedarse rezagada. En ese sentido, sería el área de Medio Ambiente la que tendría más posibilidades de protagonizar una operación de ese tipo, tanto por el potencial de crecimiento que se le adjudica como por no haberse visto hasta ahora impulsada por ninguna compra. En todo caso, advierte Manuel Pérez, estas son actuaciones que se cocinan a fuego lento, en un proceso que compara con un noviazgo y que para concretarse debe contar con la aprobación del tutor, en este caso WSP Global.
En ese sentido, y como sucedió en el caso de la compra de BOD Arquitectura hace dos años, el director general de WSP Spain valora el espaldarazo que el visto bueno a estas operaciones supone para la labor de la filial española de la multinacional canadiense, y la confianza que esta demuestra en España. La filial española de los norteamericanos concentra su actividad casi en exclusiva en nuestro país, con proyectos puntuales en el exterior, casi siempre trabajando conjuntamente con las delegaciones de WSP en el país del que se trate y en la práctica totalidad de los casos para clientes españoles.
Perspectivas optimistas
En su repaso a la situación y perspectivas de los mercados a los que atienden las diferentes líneas de negocio de WSP Spain, Manuel Pérez confirma el buen momento actual y las favorables expectativas que pueden esperarse sobre la evolución de la demanda en España. La excepción, y no tanto por lo desfavorable de las previsiones como por la dificultad de realizarlas, la pondría el área de transportes e infraestructuras. “Básicamente es un mercado público, que depende de las inversiones de las diferentes administraciones y que, siendo honestos, es casi imposible de predecir”, admite el director general de WSP Spain, que echa de menos una estabilidad en las partidas presupuestarias que acabe con los habituales picos y valles que hacen muy difícil cualquier planificación y complican la organización de la actividad en las empresas. En lo que se refiere a la situación actual, celebra los planes de inversión de Adif, que han convertido el ferrocarril –un área en la que la empresa cántabra es especialmente activa– en el principal generador de proyectos.
En el resto de líneas de negocio, en las que es más sencillo contar con indicadores fiables, el optimismo aparece como nota común, con mínimos matices en cuanto a la intensidad del crecimiento esperado. En edificación, explica Manuel Pérez, el dinamismo llega de la mano de las inversiones industriales y hoteleras, con las oficinas en un plano más discreto y con el mercado residencial estable. “Incluso con tipos de interés elevados, la demanda ha aguantado bien el tirón. Si vienen más bajos, como es de esperar y sin necesidad de que lleguen a los niveles a los que llegaron a estar, las inversiones van a subir seguro”.
Con todo, las mejores perspectivas las aportan las áreas de Energía y Medio Ambiente. En este último ámbito, el gerente de WSP Spain cree que España tiene todavía que recuperar mucho terreno en relación con los países de nuestro entorno, lo que forzosamente motivará la puesta en marcha de proyectos. Y en buena medida relacionado con esto, pero sobre todo con los objetivos de electrificación que ha planteado la UE, las actuaciones en materia energética tendrán el máximo protagonismo en los próximos años. “En redes eléctricas, en distribución, en instalaciones, en mantenimiento… no nos hacemos idea del volumen de inversión que va a ser necesario para atender lo que está por venir”, concluye Manuel Pérez.