El autoconsumo solar se estanca

El autoconsumo solar parece haber dejado atrás sus años dorados para afrontar un periodo de cierta desaceleración, especialmente en el ámbito residencial, donde las instalaciones nuevas se reducen prácticamente a viviendas unifamiliares. Pese a la fuerte caída del coste de las instalaciones solares, que han bajado cerca del 30% en el último año, los principales actores del sector coinciden en atribuir este parón a que el precio de la electricidad ha dejado de ser una preocupación para los hogares, por lo que destacan que el principal nicho de mercado está hoy en las empresas e industrias.

Manuel Casino |  @mcasino8 | Enero 2024

El autoconsumo solar pierde fuelle. Tras vivir un auténtico ‘boom’ a principios de esta década, especialmente en 2022, cuando se alcanzó la cifra mágica de los 2.649 MW de potencia de nuevas instalaciones –de los que el 39% (1.024 MW) se instalaron en hogares y el 61% restante en instalaciones industriales–, según destaca la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) en su último informe anual del sector, la demanda de instalaciones solares experimentó el pasado año un bajón importante que esta asociación achaca a que los hogares ya no tienen la percepción de precios altos de la electricidad.

Una opinión que también es compartida por el responsable y socio de Neo Multihogar, Borja Saiz, empresa distribuidora de Endesa en Cantabria y Burgos, para quien el autoconsumo ha caído en la misma proporción que lo ha hecho el coste de la energía. “Empezamos muy bien 2023, pero se ha parado con el pasos de los meses y el descenso de los precios de la luz”, concede. Y es que, según detalla, de lo que se trata finalmente es de generar tu propia electricidad: “Cuando la energía estaba a 33 céntimos de euro el kilovatio, los consumidores buscaban alternativas para reducir sus facturas energéticas. Ahora, sin embargo, está a 16 céntimos, a 14… Y si el precio de la electricidad está a estos niveles, el retorno de la inversión para uso residencial se alarga por encima de los diez años. El precio, como en casi todo, no deja de ser la base de este negocio”, explica.

Pese a ello, Engel Energy, empresa especializada en instalaciones fotovoltaicas, calcula que ya existen más de 200.000 instalaciones residenciales de autoconsumo solar en España que, junto con los autoconsumos industriales, suman un total de 5,5 GW de potencia fotovoltaica instalada, una cifra nada desdeñable pero aún lejos del objetivo fijado por el Gobierno en el nuevo Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) de llegar a los 19 GW en 2030.

En este sentido, Saiz sostiene que el principal nicho de mercado del autoconsumo solar está en las empresas. “La rentabilidad aumenta en el caso de naves e instalaciones industriales, que tienen un gran demanda de electricidad y en las que, además, el horario del sol coincide con el de mayor consumo, una circunstancia que no está siempre tan clara en el caso residencial, donde muchas veces este consumo se concentra cuando no luce el sol”, matiza.

Viviendas unifamiliares

En el ámbito doméstico, el titular de Neo Multihogar circunscribe la práctica totalidad de la demanda a las viviendas unifamiliares, por cuanto entiende que el autoconsumo en edificios comunitarios es “muy complicado” de atender tanto por la gestión con los vecinos como por la disponibilidad de las cubiertas. “Los tejados no estaban pensados para acoger instalaciones fotovoltaicas. Están llenos de sombras, luceras, antenas, chimeneas… y caben muy pocas placas y muy dispersas. No hay espacio bueno y suficiente que haga rentable la inversión para la comunidad de propietarios. Y si lo hay, siempre es para atender los consumos eléctricos comunitarios (ascensor, luz de los espacios comunes, puerta del garaje…), rara vez para el aprovechamiento individual de los vecinos”, aclara.

Alberto Ruiz-Capillas, presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Cantabria. Foto: Nacho Cubero

De igual parecer es el presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Cantabria (Cafca), Alberto Ruiz-Capillas, quien admite que apenas hay solicitudes por parte de las comunidades. “Hace años hubo un tiempo en que los vecinos sí demandaban información sobre este tipo de instalaciones, pero finalmente no se llevaban a cabo”, razona antes de compartir con Saiz que los tejados de los edificios cántabros, generalmente a dos aguas, no son precisamente los ideales para instalar placas solares.

Aunque los fondos Next Generation establecen importantes subvenciones en función de los ahorros energéticos conseguidos, Alberto Ruiz Capillas explica que las comunidades de propietarios han preferido destinar sus inversiones a obras de rehabilitación de la envolvente, antes que a instalar sistemas fotovoltaicos.

De otro lado, el responsable de la empresa distribuidora de Endesa en Cantabria considera que ahora mismo las prioridades de los hogares son otras y que el interés por instalar paneles solares sobre sus tejados ha dado paso a la preocupación por la subida de la cesta de la compra. “No hace mucho había colas de personas para cambiarse de operador eléctrico o para preguntar cómo podían reducir su factura eléctrica. Ahora, en cambio, el precio de la energía ya no se comenta. De lo que se habla es del precio de los alimentos”, subraya.

En su opinión, que la energía haya dejado de ser un tema preocupante a algo residual tiene consecuencias que no siempre son positivas: “Puede que sea muy bueno para los consumidores, pero no cabe duda de que resulta muy negativo para la expansión de las energías renovables, en especial de la solar fotovoltaica”. Con todo, Saiz reconoce que el autoconsumo “aún sí despierta interés” entre las personas “con un poder adquisitivo medio-alto y una destacada sensibilidad por el medio ambiente”.

Más allá, Borja Saiz estima que el autoconsumo solar tiene especial sentido cuando el consumidor cambia de sistema de calefacción y pasa del gas a la aerotermia (bomba de calor). Según detalla, este sistema que, a través del ciclo termodinámico, recoge la energía del aire a través de una unidad exterior y la transforma en energía calorífica, está funcionando muchas horas al día y consumiendo electricidad: “Si instalara placas solares, parte de ese consumo de luz podría ser atendido por éstas, aunque sea en invierno. Entonces sí salen bien los números”, enfatiza.

El papel de la Administración

Con los datos en la mano, este ingeniero industrial conviene en que el autoconsumo solar todavía tiene un potencial de desarrollo enorme. “Queda muchísimo por hacer porque la inversión es interesante y consistente. Aunque se trata de una tramitación compleja, sin duda ayudaría que las subvenciones se gestionaran y entregaran en menor tiempo, pero para ello la Administración debería reforzar sus plantillas”, apunta.

A su juicio, todo depende de la apuesta del Gobierno: “Alemania, por ejemplo, tiene menos horas de sol que Cantabria y cuenta con bastantes más instalaciones solares”. Por eso, reclama que las subvenciones públicas sean más “a medida” y en función del territorio porque, según asegura, el 100% de las instalaciones que se solicitan en Cantabria van ligadas a contar con subvención. “Es evidente que a un cliente de Córdoba la inversión le resulta más rentable que a uno de Santander. Por eso, si se potenciara más la subvención, los consumidores cántabros sí tendrían mayor interés por las placas solares. Pero eso es ya un futurible”, acepta.

Borja Saiz, responsable y socio de Neo Multihogar. Foto: Nacho Cubero

En este sentido, el responsable de Neo Multihogar insiste en que no es necesario ser muy imaginativo para ver cómo puede favorecerse el uso de esta energía: “No hemos inventado la rueda. ¿Cuándo se disparó el consumo de móviles en España? Cuando se regalaba el terminal. En dos años, el 80% de la población española tenía un teléfono móvil. No se trata de regalar las placas solares, que cuestan bastante más, pero cuando un país apuesta por algo…”, apunta Saiz, que considera que por esa vía podría salvarse el principal obstáculo que ve para la expansión del autoconsumo: “En una instalación que cuesta rentabilizarla unos años, importa más la subvención que las posibilidades de financiación y que las facilidades de instalación, las otras dos cuestiones que más pesan a la hora de decantarse por esta energía renovable”, explica.

Coste de las instalaciones

A favor de esta energía renovable juega, además, la caída del coste de las instalaciones solares que, según fuentes del sector, ha bajado entre un 20% y un 30% desde el año pasado, de tal forma que hoy en día se pueden encontrar en el mercado paneles solares con un precio que puede oscilar entre los 50 y 400 euros por unidad, dependiendo de la marca del fabricante, la tipología, el tamaño y la potencia.

“Las placas solares y sus equipos son ya muy eficientes en precios”, corrobora Saiz, quien, desde el punto de vista técnico, apuesta por instalar estos sistemas con baterías para almacenar la energía porque “el sol luce de día y la luz se consume de noche”: “Una instalación con baterías es lo óptimo, pero cuestan dinero, aunque están muy subvencionadas, en algunos casos casi al 100%”, puntualiza.

Según sus cálculos, una instalación de autoconsumo de 3KW y diez paneles solares, el mínimo recomendado para una vivienda, ronda los 6.600 euros, cantidad que sube hasta los 10.600 –4.000 euros más– si se acompaña de baterías. “El problema estriba en que solo están subvencionadas las primeras baterías”, lo que complica los números porque, explica, mientras que la vida útil de una instalación y de las placas solares puede alcanzar los treinta años, la de las baterías es mucho más corta, y a los cinco o seis años habría que cambiarlas.

Batería virtual

Sobre el desarrollo de la batería virtual, el responsable de este punto de servicio de Endesa destaca que no se trata de una cuestión técnica, sino de un producto comercial que ofrecen cada vez mayor número de compañías. En este sentido, explica que los consumidores, por ley, no pueden vender toda la energía excedentaria que producen. “No puedes poner una fábrica de luz en tu casa. Solo puedes vender tantos kilovatios como los que has consumido en ese mes”. En este caso, la comercializadora te ‘compra’ ese excedente que no puedes vender y te lo ‘guarda’ en un monedero –la batería virtual– para que en invierno o en épocas de baja producción puedas recurrir a ese dinero, que ya no es energía.

“Lo sustancial es que se están tomando iniciativas para tratar de mejorar la rentabilidad de la inversión, ya sea incrementando las subvenciones o el precio al que se compra el excedente de energía”. Borja Saiz, Neo Multihogar

De lo que se trata en definitiva, detalla Saiz, es de un acuerdo financiero entre el propietario de la instalación fotovoltaica y la compañía comercializadora que permite ‘almacenar’ la energía generada por la instalación solar sin tener que utilizar baterías físicas. “De este modo, se mejora la rentabilidad de la inversión y las placas solares nunca estas ociosas”, indica el responsable y socio de Neo Multihogar, quien recuerda que la normativa sobre las instalaciones de autoconsumo establece que, para obtener las ayudas previstas en el sector residencial, el consumo anual de energía por parte del consumidor o consumidores asociados a la instalación debe ser igual o mayor al 80% de la energía anual generada por ésta. “Lo sustancial es que se están tomando iniciativas para tratar de mejorar la rentabilidad de la inversión, ya sea incrementando las subvenciones o el precio al que se compra el excedente de energía”, resume.

Por otra parte, este experto alude a la falta de obra en el sector, un problema que atribuye en gran medida a la elevada competencia que presiona los precios hacia abajo. “Mi precio de instalación lo tengo que bajar y entonces no resulta fácil encontrar electricistas o instaladores que quieran instalar fotovoltaica porque tiene trabajo de sobra sin tener que subirse a tejados, que es más complicado y peligroso. Si quiero que lo hagan, les tengo que pagar bien y a mí se me complica la vida”, describe. Además, recapitula que lo más caro no son los paneles solares –“un panel estándar de 2×1 metro lo puedes comprar por en torno a los 100 euros”, estima–, sino la instalación. “La gente multiplica el número de paneles por su coste y se cree que ya tiene hecha la inversión. Si echas cuentas, de los poco más de 1.000 euros que pueden costar diez paneles, hasta los más de 6.000 euros que cuesta la instalación median diversos materiales, algunos como el cobre nada baratos; bastantes horas de trabajo y mucha dificultad”, subraya. “De momento, el autoconsumo solar es para empresas e industrias. Ya llegaremos al residencial”, cierra.