En un momento en el que el comercio textil se enfrenta a su enésima crisis, una pequeña empresa con tienda en Maliaño mantiene un constante crecimiento en sus ventas a partir de un modelo que combina la venta presencial y por Internet, con un catálogo en el que tienen una sólida presencia los diseños propios, la renovación de colecciones es constante y el compromiso por el ‘low cost’, innegociable. Después de siete años en el sector, más de 700.000 seguidoras en redes sociales y una facturación que se mueve en el entorno de los dos millones de euros, la empresa se plantea nuevos retos, con la expansión internacional como primer objetivo: “Tanteamos vender en otros dos países europeos, y nos dio tan buen resultado, que en breve arrancamos de manera definitiva”, anuncia Gema Constanza, CEO de Heve Moda.

Cristina Bartolomé |  @criskyra | Febrero 2024

El galardón ‘Mujer emprendedora’ de la VIII edición de los Premios Emprendedores de Cantabria organizados por ‘El Diario Montañés’ recayó este año en Gema Constanzo, fundadora y CEO de Heve Moda, un comercio textil que comenzó su trayectoria en 2014 y que diseña y fabrica prendas únicas, calzado y accesorios, además de poner a la venta otras marcas europeas. Heve Moda SL nació en 2016 de la mano de esta empresaria santanderina apasionada por la moda. Cuenta con una tienda física en Maliaño y una tienda ‘online’ con la que ha conseguido llevar a toda España sus prendas ‘low cost’. Es en esa combinación de factores –diseños exclusivo a buen precio, tienda presencial y venta también por Internet– sobre la que la empresa ha sostenido su actividad, siguiendo las últimas tendencias del sector textil y renovando las colecciones con mucha frecuencia.

Por más que la fecha que figura en el registro tenga una consideración más o menos oficial a la hora de certificar el momento fundacional de la empresa, Gema Constanzo considera que el proyecto en realidad nació antes, cuando tenía la ilusión de abrir su propia tienda y hacer lo que más le gustaba: “Casi por casualidad, de paseo por Maliaño, mi marido y yo vimos un local que nos gustó, empecé a estudiar la posibilidad de establecernos allí… Pocos días después ya teníamos el local y empezamos la reforma”.

Con independencia de dónde se sitúe el punto inicial, los años de trayectoria de la tienda han confirmado un éxito en el que “ni de lejos” pensaba la fundadora de esta empresa textil, y ello a pesar de la confianza que tenía en su idea y en ella misma: “No fueron pocas las personas que me dijeron ‘cómo se te ocurre Maliaño’, o ‘en esa calle no hay comercio’ o ‘cómo no te instalas en Santander’…, Pues bien, yo lo tuve clarísimo siempre, buen producto y buen precio, y me decía ‘me va a ir bien’”.

Desde el principio, la tienda apostó por las redes sociales y en menos de un año contaba ya con 80.000 seguidoras, un hecho que impulsó la apertura del canal de venta online: “Al lanzar la web, conseguimos dirigir todo ese flujo a nuestra plataforma ‘e-commerce’”. El éxito de ventas no tardó en llegar, en gran medida gracias a un esfuerzo para estar “constantemente pendientes” de que la tienda ‘online’ cubra todas las necesidades de las clientas. “Para ello ha habido que ampliar plantilla y diversificar funciones”, explica Gema, que a la vista de los resultados es tajante a la hora de hacer balance: “Indudablemente todo ello ha merecido la pena”.

Gema Constanzo, junto al resto de trabajadoras que componen el equipo de la tienda Heve Moda, en Maliaño. Foto: Nacho Cubero

Dinamismo y amplia oferta

La CEO de Heve Moda SL explica el éxito de su empresa a partir de tres factores fundamentales: bajos precios, renovación de colecciones y servicio al cliente. “El 98% de nuestra colección cuesta menos de 20 euros”, recalca Gema Constanzo, que asume que mantener esos niveles, y hacerlo durante todo el año, es un reto diario a todos los niveles: “Con enorme esfuerzo y entusiasmo conseguimos que así sea”. A esa dificultad hay que sumar la renovación constante de prendas, ya que “absolutamente todos los días” llegan a las instalaciones de la empresa entre 10 y 20 nuevas referencias, disponibles tanto en la tienda física como en el canal de ‘e-commerce’. La rotación de productos es “enorme” y esto significa para Gema que “Heve es sinónimo de dinamismo y renovación”. Y el tercer factor es la atención a las clientas, que son “la base de Heve”, y que define como «exquisita»’: “Contamos actualmente con una comunidad de más de 700.000 seguidoras y a ellas nos debemos. Por ello damos absoluta prioridad a todas las consultas y peticiones, y atendemos correos y redes sociales los 7 días de la semana”.

Entre un 20 y un 25% de la colección es de diseño exclusivo, la propia Gema y otra persona de su equipo se encargan de crear los modelos manteniendo la línea Heve, “con prendas sencillas, muy ponibles” dirigidas a un público que, explica la fundadora de la empresa, es hoy más amplio que antes de la pandemia, cuando su ‘target’ eran mujeres de entre 30 y 50 años. En este momento el rango de edad se ha ampliado y abarca de los 26 a los 56 años. También ha variado el tipo de clientas: “Ahora nuestro producto lo compran mujeres de distintos ámbitos socio-económicos, a diario enviamos pedidos a estancos, estaciones de servicio, clínicas, comercios de todo tipo… lo cual nos hace inmensamente felices”, subraya. El resto de las prendas, la mayor parte de la colección, es de confección europea. Desde hace años Heve se nutre de producto manufacturado en Italia y Francia. Según Gema, esto aporta dos beneficios muy significativos que pueden repercutir en sus clientas: “Podemos afrontar la demanda de prendas con alto volumen de venta en apenas 3 o 4 días laborables, de modo que los productos que más rápido se agotan se reponen casi de forma inmediata. Y en segundo lugar, por la cercanía con ambos países, ahorramos considerablemente en transporte”.

Las redes sociales son básicas para el crecimiento de la empresa y para estar en contacto con sus clientas. Foto: Nacho Cubero

El ‘e-commerce’, la llave del éxito

Gema Constanzo piensa que posiblemente su negocio textil fue pionero en Cantabria apostando por el canal de venta electrónica, aunque no considera que este paso haya sido lo más difícil, sino la constancia para superar las dificultades con las que es inevitable encontrarse en la distribución textil: “Lo complicado en estos tiempos no es abrirse paso vendiendo ‘online’, sino mantenerse. Nos estamos enfrentando estos últimos años a circunstancias inesperadas que tocan negativamente nuestro sector, subidas de intereses, subida de precios en productos necesarios, altas temperaturas en meses fríos…”.

Frente a ello, el canal de ventas por Internet se ha revelado clave en el éxito del negocio, aunque su propietaria no oculta el esfuerzo que ello implica: “Es necesaria mucha organización y gran rigurosidad”, subraya Gema, que explica todo lo que hay detrás de la tienda electrónica y la venta por Internet: “El trabajo está completamente protocolizado, dos compañeras se encargan de crear el producto para la tienda ‘online’, lo describen detalladamente, indican medidas, composición, y suben las fotos. Otras dos compañeras se ocupan de contestar correos electrónicos, redes sociales, chat y teléfono. Y finalmente, otras dos compañeras preparan los pedidos”. A ello hay que sumar, añade, la labor de otro profesional que se ocupa de optimizar los procesos de usabilidad de la tienda ‘online’ y el posicionamiento SEO. Los resultados son obvios y cuantificables: la web y el comercio ‘online’ de Heve Moda aportan el 85% de las ventas totales de la empresa. “Y cada año mejoramos las ventas”, asegura Gema Constanzo, que desde Maliaño y a través de la web es capaz de realizar entregas en apenas 24/48 horas a toda la península, Islas, Ceuta, Melilla, Andorra y Portugal. Mientras, la tienda física, atendida por cuatro personas y ubicada en la Avenida Menéndez Pelayo de Maliaño, y a la que acuden clientas de Cantabria y otras comunidades vecinas, también es el punto de recogida de los pedidos realizados a través de www.heve.es

Tras siete años en el sector, la CEO de Heve Moda se plantea nuevos retos, entre ellos, la expansión: “Hemos tanteado vender en otros dos países europeos, y nos dio tan buen resultado que en breve arrancamos de manera definitiva”.

La tienda física de Heve Moda, en Maliaño. Foto: Nacho Cubero

‘Low cost’, un sector seguro

La llamada moda ‘low cost’, centrada en prendas de vestir de bajo coste, está vinculada al concepto de ‘fast fashion’, basado en una producción rápida y masiva de ropa que sigue las últimas tendencias. Se trata de una opción para consumidores que no quieren o no pueden gastar mucho dinero en ropa, pero no por ello quieren renunciar a una estética actual. Seguir esta línea dentro del sector textil es una adaptación a las necesidades de una sociedad que está en continua evolución, opina Marta Constanzo: “Desde ya hace tiempo se ha hecho maravillosamente compatible un bolso caro con un jersey ‘low cost’, y unas deportivas de marca con un ‘denim’ de Heve. Creo que muchas mujeres sentimos la necesidad de renovar armario, de vernos monísimas con ropa nueva, y la situación económica actual no permite lo que quisiéramos… Ahí es donde nosotras proporcionamos ese trocito de felicidad”.

Los resultados de esta apuesta de la empresa cántabra son muy positivos, con una facturación anual que ronda los dos millones de euros, tras cuatro años manteniendo una línea de precios súper ajustada, una estrategia esta última que no está en cuestión: “No tengo ninguna intención de subir precios en el año 2024”, afirma Gema. Aunque no dispone de un dato concreto sobre cuántas mujeres de Cantabria han comprado moda alguna vez en su tienda, asegura que la ve en cualquier parte: “No hay día en que no vea mujeres vestidas de Heve por la calle, en el supermercado, en el instituto de mi hija… ¡Qué ilusión me hace esto!”. En invierno, explica, el punto se lleva la palma – “nuestras clientas nos compran jerseys de tres en tres”– y, en verano, el vestido: “Solemos tener hasta más de 100 modelos distintos”, concluye.

Tras veinte años al frente de un centro deportivo, Sylvia de Miguel regresa ilusionada a Torrelavega con el objetivo de desarrollar proyectos trasversales para el Grupo Siecsa, la empresa de sus padres en la que comenzó a trabajar y ha desarrollado toda su carrera profesional y de la que hoy es consejera. Licenciada en Administración y Dirección de Empresas (ADE), De Miguel reconoce que se apunta a un bombardeo y que lo suyo es la comunicación y la formación. Abrumada por el reconocimiento otorgado por la Asociación de Mujeres Empresarias de Cantabria (Admec), asegura que su mayor reto pasa por mejorar y hacer crecer el legado empresarial recibido y apuesta por una revisión de la educación con una clara visión de futuro.

Manuel Casino |  @mcasino8 | Enero 2024

Pregunta.– De casta le viene al galgo. ¿Siempre quiso ser empresaria o soñó alguna vez con ser otra cosa?
Respuesta.– No. La verdad es que lo he tenido muy claro. Siempre he sabido que mi carrera profesional iba a estar vinculada a la empresa familiar. No he dudado en ningún momento. No tenía claro en qué responsabilidad, pero sí sabía desde muy pequeña a qué me iba a dedicar. Es lo que he visto en casa. Tengo el ejemplo de mis padres que se han dedicado toda su vida a la empresa y qué mejor que continuar con su legado.

P.– En Cantabria hay apellidos que lo dicen todo. Botín, Huerta, Álvarez, Lostal… ¿Y también De Miguel?
R.– Bueno. El apellido es algo que no se elige. Yo he tenido la fortuna de nacer en el seno de una familia muy emprendedora y al final no solamente se trata de un apellido, sino de intentar estar a la altura del mismo.

P.– Dice ser una apasionada de la gestión, la comunicación y la transformación digital. ¿De algo más?
R.– De la formación. Me siento una novata que necesita estar aprendiendo constantemente. Vivimos en un mundo en cambio permanente y la aceleración de este cambio es impresionante. Me gusta mucho la formación, la comunicación y la gestión de equipos. Es en los ámbitos profesionales en los que me siento más cómoda. Y creo que en la cuestión de la transformación digital es donde las siguientes generaciones de las empresas familiares más podemos aportar.

P.– La mujer va ganado poco a poco espacio en las grandes empresas, incluida la suya, pero quizá con más esfuerzo y tesón del necesario. ¿Aún se necesita visibilizar el trabajo de las mujeres para poder romper los moldes que asocian el mundo de la empresa a los hombres?
R.– El papel de la mujer es fundamental en cualquier proyecto. La sociedad y las empresas no se pueden permitir renunciar al 50 % del talento. Creo que cada vez estamos más implicadas en la toma de decisiones de las empresas dentro de un proceso que se ha ido construyendo de manera natural, si bien es cierto que en muchas ocasiones pecamos de discretas. Al final, nos gusta hacer, pero nos cuesta más dar ese paso hacia adelante y contarlo. En cualquier caso, tanto en Cantabria como en España contamos con grandes ejemplos de empresarias y directivas que están al frente de sus organizaciones y son una inspiración para las que venimos detrás. Se trata un poco de que con el ejemplo también inspiremos y empoderemos a las niñas. En este sentido, me gustaría destacar la labor de la Asociación de Mujeres Empresarias de Cantabria (Admec) para visibilizar el papel de la mujer en la empresa.

P.– ¿Por qué cuesta tanto retener el talento?
R.– Si lo supiera seguramente no estaría aquí trabajando (risas). Es uno de los retos. Las empresas debemos hacer un esfuerzo extra a la hora de desarrollar planes personalizados de gestión profesional para cada persona. Eso es algo en lo que venimos trabajando desde hace algún tiempo en todas las empresas del Grupo Siecsa. Tratar a cada trabajador de forma individualizada y poner en común las necesidades que nosotros tenemos como organización con las necesidades de desarrollo personal y profesional de cada empleado. Yo pongo el foco en la personalización y en la formación continua.

Sylvia de Miguel, junto a su padre, Juan de Miguel, presidente del Grupo Siecsa. Foto: Nacho Cubero

P.– Como mujer y empresaria, ¿cuál diría que es el mayor reto que tiene por delante?
R.– No haría distinción entre géneros. Nos enfrentamos por igual a desafíos como la retención de talento a la que ahora aludíamos, tratar de que nuestros equipos sigan siendo los mejores, o desarrollar nuevas actividades y apostar por la innovación para adaptarse a este mundo en perpetuo cambio. Personalmente, mi reto pasa por ser capaz de aportar valor real a la empresa. De intentar mejorar y hacer crecer el legado que mi hermana y yo vamos a recibir para seguir siendo líderes en los sectores en los que participamos.

P.– Hasta hace unos días se movía entre la gestión de una empresa constructora en Torrelavega y la dirección de un centro deportivo en Santander. ¿Qué tienen en común dos mundos tan diferentes?
R.– Al final en el centro de la gestión de cualquier empresa están las personas. Lo primero, el equipo; después, los clientes, los proveedores y todos los grupos de interés con los que trabajamos. Pero todos los sectores tienen en común que en el centro están las personas. Y en el Grupo Siecsa siempre lo hemos puesto por delante.

P.– Las nuevas generaciones ya no quieren subirse al andamio. De hecho, la construcción es un sector muy envejecido en el que sólo el 9 % de los trabajadores tiene menos de 29 años, según los cálculos de la Conferencia Nacional de la Construcción (CNC). ¿A qué lo achaca?
R.– El relevo generacional en la construcción es también un reto muy importante. Por eso, en Siecsa hemos puesto en marcha junto con la Fundación Laboral de la Construcción un programa dual para que los jóvenes que tengan inquietud, pero no tengan ni formación ni experiencia, reciban esa formación teórica-práctica compaginándola desde el primer minuto con un contrato laboral. De este modo, esperamos atraer ese talento joven hacia el sector de la construcción.

P.– Pese a que la automatización de procesos y el uso de las nuevas tecnologías ha aliviado la penosidad de muchas tareas manuales y ha aumentado el número de trabajadoras en perfiles más técnicos y cualificados, lo cierto es que las mujeres tan solo suponen el 11% de los 1,4 millones de empleados que actualmente trabajan en la construcción. ¿Lo encuentra sostenible?
R.– La construcción es obviamente un sector muy masculinizado. No es un secreto que hay determinados puestos en los que el trabajo es muy físico. Pese a ello, nosotros contamos con un plan de igualdad desde 2010, cuando estos planes aún no eran obligatorios. Siempre hemos apostado por un programa de desarrollo profesional igualitario para hombres y mujeres. Dicho esto, si bien es cierto que la mayoría de mujeres que trabajan en el Grupo Siecsa, que alcanzan el 30 % del total de la plantilla, lo hacen en puestos administrativos y directivos, también hay mujeres trabajando en la obra en diferentes perfiles profesionales.

P.– La construcción avanza hacia la industrialización, la sostenibilidad y la digitalización. ¿Hablamos ya de otros forma de hacer las obras?
R.– Sí. Básicamente porque desde el sector se apuesta por una construcción mucho más sostenible. Somos conscientes del impacto de las obras en un entorno que debemos de cuidar y legar en las mejores condiciones posibles. Estamos muy comprometidos con que ese desarrollo sea equilibrado. Hoy en día la sostenibilidad y la transformación digital nos permiten que muchos proyectos se gestionen de una manera más automatizada. Cada vez hay más tecnologías implicadas en el desarrollo de un proceso, desde la creación del proyecto hasta su ejecución. En todas las fases. Y hacia ahí debemos ir porque la tecnología nos ayuda a ser mucho más eficiente y a conseguir esa sostenibilidad que buscamos en el desarrollo del proyecto.

Sylvia de Miguel recibió el Premio Empresaria 2023 de la Asociación de Mujeres Empresarias de Cantabria (Admec). Foto: Nacho Cubero

P.– Hace cinco años decidió dejar de trabajar como franquiciados y apostar por crear su propia enseña de centros deportivos 100 % cántabra. ¿Satisfecha del resultado?
R.– Sí. Cuando empezamos no teníamos un conocimiento profundo del sector. Por eso nos unimos a la anterior cadena. Pero pasado el tiempo y con la experiencia adquirida, decidimos lanzar nuestra marca propia Move&Go. Y la verdad es que el resultado no ha podido ser más satisfactorio. Ya tenemos una imagen muy reconocida y los clientes saben cómo trabajamos. Hemos cogido lo mejor de una cadena nacional y le hemos aportado nuestro pellizco de Cantabria. De ser de aquí.

P.– Los gimnasios se han convertido en el lugar más importante tras tu trabajo y tu casa. ¿Son los nuevos bares del siglo XXI?
R.– Pues la verdad es que son espacios en los que se socializa muchísimo. Antes las personas iban más para adelgazar o ponerte en forma y ahora cada vez más asumen que hacer deporte forma parte de su salud física y mental. Lo ha incorporado a sus rutinas y hoy los gimnasios son espacios muy orientados a la salud y el ocio familiar. No solo vas a levantar pesas. Hoy tienes un abanico de actividades mucho más amplio que el que había hace veinte años cuando comenzamos en Torrelavega.

P.– El Instituto de la Empresa Familiar (IEF) reclamaba no hace mucho el papel de las empresas familiares en el desarrollo social y económico de España y de Cantabria, donde sus asociados representan el 92,1 % del tejido empresarial, generan el 82,5 % del empleo y suponen el 61,8% del PIB regional. ¿Perciben ese reconocimiento?
R.– A grandes rasgos, sí. La sociedad sabe que las empresas familiares somos generadoras de valor. Al final, hay dos cosas que nos definen: la visión a largo plazo, que queremos estar aquí mucho tiempo; y el arraigo al territorio, que somos cántabros, de Torrelavega para más señas, y que aquí vamos a tratar de seguir. Por tanto, la sociedad en general diría que sí, aunque hay cierta clase política que no da a la empresa familiar la importancia que realmente tiene. Nuestro objetivo no es tanto que se nos reconozca, sino que nos dejen trabajar.

P.– Esta organización demanda también una revisión fiscal que permita elevar los salarios sin perjudicar la competitividad de las compañías españolas. ¿Lo ve posible?
R.– Es fundamental para ser competitivos, no solo ya con relación a otras comunidades autónomas sino también a otros países del mundo. En un mercado global, la competitividad se abre a todas las empresas que operan hoy en día. El trabajo para conseguirlo se está haciendo y confío en que las negociaciones lideradas por el Instituto de la Empresa Familiar conjuntamente con la Asociación Cántabra de la Empresa Familiar (Acefam) den resultado. Soy optimista por naturaleza y, por eso, espero que, aunque seguramente no será fácil y llevará un tiempo, esta revisión fiscal sea el camino a seguir.

«Creo que la educación en general en España debe revisarse y hacerse, más allá de cuál sea el partido gobernante, con una visión clara de futuro. Porque al final nos jugamos el futuro como sociedad, como economía y como país»

P.– Por otro lado, muchos empresarios solicitan además una educación más trasversal para reducir la brecha entre las formación con la que cuentan los trabajadores y la que demandan las compañías. ¿Cada vez es más difícil encontrar perfiles profesionales adecuados?
R.– Creo que la educación en general en España debe revisarse y hacerse, más allá de cuál sea el partido gobernante, con una visión clara de futuro. Porque al final nos jugamos el futuro como sociedad, como economía y como país. Si las empresas nos estamos adaptando a ese cambio permanente al que me refería al principio, la educación también debe hacerlo. No puede ser que los jóvenes estudien con planes formativos que no han evolucionado nada en los últimos años y que siguen poniendo el foco en aspectos que ya no son tan necesarios. La empresa tiene que estar cerca de los colegios, de los institutos y la universidad para trabajar de una forma más estrecha y tener una relación que nos permita conocernos mejor unos a otros. Las instituciones deben hacer un esfuerzo por actualizarse. Nos cuesta encontrar personal que, al final, cuando lo encontramos, lo formamos nosotros. La experiencia se adquiere con el trabajo y la formación debe ser continua.

P.– Termino por donde empecé. He leído que tiene una vocación frustrada de escritora. ¿Lo ha superado?
R.– Diría que me gusta mucho comunicar en general. Y también escribir y transmitir. Pero solo escribo para mí [se ríe].

 

Los planes para poner en marcha una planta productora de hidrógeno verde en los terrenos de Sniace movilizarían la mayor inversión privada realizada nunca en Cantabria y convertirían a la región en una de las principales proveedoras del que se considera como una de las principales alternativas a los combustibles fósiles. La compleja tramitación administrativa, la adecuación de los terrenos y la financiación dibujan los principales condicionantes para sacar adelante la iniciativa conjunta de RIC Energy y la empresa cántabra Copsesa.

José Ramón Esquiaga |  @josesquiaga | Enero 2024

Además de mantener una posición central en las actuaciones contra el cambio climático, la sustitución de los combustibles fósiles sitúa a la energía en disposición de jugar un papel económico muy diferente, por alcance y dimensiones, al que le ha correspondido en los países europeos durante la larga etapa de reinado del petróleo. El proyecto presentado este pasado diciembre en los abandonados terrenos de la antigua Sniace, sobre los que se plantea construir una planta productora de hidrógeno verde, es buena muestra de lo que puede aportar ese proceso de transformación energética, capaz también de impulsar un relevo industrial que quedaba simbólicamente subrayado en el propio escenario elegido para la actuación.

Con cifras que la convertirían en la mayor inversión privada acometida nunca en Cantabria, la actuación que debería dar lugar a la planta que promueven conjuntamente RIC Energy y Copsesa es también ilustrativa de las enormes dificultades financieras y administrativas a las que se enfrenta una iniciativa de este calado. De acuerdo con la mejor de las previsiones que manejan sus promotores, el inicio de las obras de construcción de la planta no sería antes de 2026, con la idea de comenzar a producir en la segunda mitad del año siguiente o, más probablemente, ya en 2028. Antes de la primera de esa fecha tendrían que haberse superado los desafíos que condicionan que el proyecto llegue a ser una realidad, y que José Luis Moya, CEO de RIC Energy, citó en el acto de presentación agrupándolos en tres grandes categorías: administrativos, técnicos y financieros.

Los promotores de Besaya H2, nombre con el que se ha bautizado el proyecto, prevén que la puesta en marcha de la planta movilice una inversión de 850 millones de euros para la construcción y puesta en marcha de una planta que fabricará hidrógeno y derivados a partir de una potencia de electrolisis de 500 MW. Esta última cifra situaría a la planta entre las mayores proyectadas en España y también entre las mayores que está previsto que funcionen en el conjunto de España. Como referencia, y de acuerdo a los datos desgranados durante la presentación, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) elaborado por el gobierno central prevé que la potencia instalada para generar hidrógeno verde sea de 10 GW en 2030, por lo que, si para esa fecha está operativa, la planta cántabra aportaría el 5 % de esa capacidad, y ello sin contar la posibilidad de doblar su potencia, algo igualmente contemplado en los planes de sus promotores.

Una ubicación idónea

La planta, que se levantaría sobre las 70 hectáreas de terrenos de la antigua Sniace adjudicados a Copsesa y RIC Energy en el proceso de liquidación de la histórica empresa, generaría unos 250 puestos de trabajo una vez en funcionamiento. Los terrenos de la vieja Sniace, en los términos municipales de Torrelavega y Santillana del Mar, son el gran elemento impulsor de la iniciativa y también, paradójicamente, uno de los principales condicionantes para su puesta en marcha. La descontaminación y achatarramiento de las instalaciones se cuentan entre los desafíos técnicos que superar para la puesta en marcha del proyecto, algo que para los promotores tiene la incertidumbre añadida de ser etapas que no dependen de ellos. Como tampoco lo es el cierre de la Autorización Ambiental Integrada con la que funcionaba Sniace, que entraría ya en el capítulo de las cuestiones administrativas que superar antes de poner la primera piedra de la futura planta.

Aun con todos esos inconvenientes, las características y ubicación de los terrenos donde se levantará la planta han sido decisivos para dar forma a un proyecto que, según destacó el CEO de RIC Energy, difícilmente podría realizarse en cualquier otro lugar: la disponibilidad de agua, las infraestructuras o la proximidad al Puerto de Santander, y la propia tradición industrial de la comarca, aportaron argumentos decisivos para dar forma al proyecto ahora presentado y situarlo en los terrenos de la antigua Sniace.

Una planta productora de hidrógeno verde funciona mediante energía eléctrica de fuentes renovables, que se emplea para, mediante electrolisis, generar hidrógeno y derivados –amoniaco, básicamente– a partir de agua. Con ellos, e invirtiendo el proceso, es posible generar electricidad para, por ejemplo, mover un vehículo sin más emisiones que el propio vapor de agua resultante. Relativamente sencillo de transportar y almacenar, y con una capacidad de generación de energía que garantizaría rendimientos comparables a las que hoy tienen los combustibles fósiles, el hidrógeno así producido sería una alternativa a estos y un vector energético clave para la descarbonización de la economía.

La inversión supera los 850 millones de euros para la construcción y puesta en marcha de una planta que fabricará hidrógeno y derivados a partir de una potencia de electrolisis de 500 MW

Pese a las muchas incertidumbres que todavía existen sobre el futuro que deparará la proyectada transformación energética, no parece que la demanda de hidrógeno y derivados vaya a ser una de ellas. Aun con los planes en marcha para la construcción de plantas productoras, y los que deberán todavía presentarse para alcanzar las previsiones del PNIEC elaborado por el Gobierno, no será rápido alcanzar un nivel de producción capaz de dar respuesta a la demanda. Con todo, y como destacaron José Domingo San Emeterio, presidente de Copsesa, y José Luis Moya en una entrevista publicada por ‘El Diario Montañés’ días después de la presentación del proyecto, llegar lo antes posible a ese mercado puede ser un factor decisivo para la competitividad de la futura fábrica de hidrógeno torrelaveguense.

Es ahí donde entran en juego los desafíos técnicos, administrativos y financieros que mencionaba el CEO de RIC Energy en la presentación de Besaya H2. De los tres, probablemente sea el segundo de ellos el que en mayor medida puede afectar a los plazos. Además de las administraciones local, regional y nacional, el proyecto implica tratar con organismos como la Confederación Hidrográfica o Red Eléctrica. Pocas referencias llevan a pensar que eso vaya a ser sencillo de resolver, y ninguna que vaya a ser rápido.

El autoconsumo solar parece haber dejado atrás sus años dorados para afrontar un periodo de cierta desaceleración, especialmente en el ámbito residencial, donde las instalaciones nuevas se reducen prácticamente a viviendas unifamiliares. Pese a la fuerte caída del coste de las instalaciones solares, que han bajado cerca del 30% en el último año, los principales actores del sector coinciden en atribuir este parón a que el precio de la electricidad ha dejado de ser una preocupación para los hogares, por lo que destacan que el principal nicho de mercado está hoy en las empresas e industrias.

Manuel Casino |  @mcasino8 | Enero 2024

El autoconsumo solar pierde fuelle. Tras vivir un auténtico ‘boom’ a principios de esta década, especialmente en 2022, cuando se alcanzó la cifra mágica de los 2.649 MW de potencia de nuevas instalaciones –de los que el 39% (1.024 MW) se instalaron en hogares y el 61% restante en instalaciones industriales–, según destaca la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) en su último informe anual del sector, la demanda de instalaciones solares experimentó el pasado año un bajón importante que esta asociación achaca a que los hogares ya no tienen la percepción de precios altos de la electricidad.

Una opinión que también es compartida por el responsable y socio de Neo Multihogar, Borja Saiz, empresa distribuidora de Endesa en Cantabria y Burgos, para quien el autoconsumo ha caído en la misma proporción que lo ha hecho el coste de la energía. “Empezamos muy bien 2023, pero se ha parado con el pasos de los meses y el descenso de los precios de la luz”, concede. Y es que, según detalla, de lo que se trata finalmente es de generar tu propia electricidad: “Cuando la energía estaba a 33 céntimos de euro el kilovatio, los consumidores buscaban alternativas para reducir sus facturas energéticas. Ahora, sin embargo, está a 16 céntimos, a 14… Y si el precio de la electricidad está a estos niveles, el retorno de la inversión para uso residencial se alarga por encima de los diez años. El precio, como en casi todo, no deja de ser la base de este negocio”, explica.

Pese a ello, Engel Energy, empresa especializada en instalaciones fotovoltaicas, calcula que ya existen más de 200.000 instalaciones residenciales de autoconsumo solar en España que, junto con los autoconsumos industriales, suman un total de 5,5 GW de potencia fotovoltaica instalada, una cifra nada desdeñable pero aún lejos del objetivo fijado por el Gobierno en el nuevo Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) de llegar a los 19 GW en 2030.

En este sentido, Saiz sostiene que el principal nicho de mercado del autoconsumo solar está en las empresas. “La rentabilidad aumenta en el caso de naves e instalaciones industriales, que tienen un gran demanda de electricidad y en las que, además, el horario del sol coincide con el de mayor consumo, una circunstancia que no está siempre tan clara en el caso residencial, donde muchas veces este consumo se concentra cuando no luce el sol”, matiza.

Viviendas unifamiliares

En el ámbito doméstico, el titular de Neo Multihogar circunscribe la práctica totalidad de la demanda a las viviendas unifamiliares, por cuanto entiende que el autoconsumo en edificios comunitarios es “muy complicado” de atender tanto por la gestión con los vecinos como por la disponibilidad de las cubiertas. “Los tejados no estaban pensados para acoger instalaciones fotovoltaicas. Están llenos de sombras, luceras, antenas, chimeneas… y caben muy pocas placas y muy dispersas. No hay espacio bueno y suficiente que haga rentable la inversión para la comunidad de propietarios. Y si lo hay, siempre es para atender los consumos eléctricos comunitarios (ascensor, luz de los espacios comunes, puerta del garaje…), rara vez para el aprovechamiento individual de los vecinos”, aclara.

Alberto Ruiz-Capillas, presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Cantabria. Foto: Nacho Cubero

De igual parecer es el presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Cantabria (Cafca), Alberto Ruiz-Capillas, quien admite que apenas hay solicitudes por parte de las comunidades. “Hace años hubo un tiempo en que los vecinos sí demandaban información sobre este tipo de instalaciones, pero finalmente no se llevaban a cabo”, razona antes de compartir con Saiz que los tejados de los edificios cántabros, generalmente a dos aguas, no son precisamente los ideales para instalar placas solares.

Aunque los fondos Next Generation establecen importantes subvenciones en función de los ahorros energéticos conseguidos, Alberto Ruiz Capillas explica que las comunidades de propietarios han preferido destinar sus inversiones a obras de rehabilitación de la envolvente, antes que a instalar sistemas fotovoltaicos.

De otro lado, el responsable de la empresa distribuidora de Endesa en Cantabria considera que ahora mismo las prioridades de los hogares son otras y que el interés por instalar paneles solares sobre sus tejados ha dado paso a la preocupación por la subida de la cesta de la compra. “No hace mucho había colas de personas para cambiarse de operador eléctrico o para preguntar cómo podían reducir su factura eléctrica. Ahora, en cambio, el precio de la energía ya no se comenta. De lo que se habla es del precio de los alimentos”, subraya.

En su opinión, que la energía haya dejado de ser un tema preocupante a algo residual tiene consecuencias que no siempre son positivas: “Puede que sea muy bueno para los consumidores, pero no cabe duda de que resulta muy negativo para la expansión de las energías renovables, en especial de la solar fotovoltaica”. Con todo, Saiz reconoce que el autoconsumo “aún sí despierta interés” entre las personas “con un poder adquisitivo medio-alto y una destacada sensibilidad por el medio ambiente”.

Más allá, Borja Saiz estima que el autoconsumo solar tiene especial sentido cuando el consumidor cambia de sistema de calefacción y pasa del gas a la aerotermia (bomba de calor). Según detalla, este sistema que, a través del ciclo termodinámico, recoge la energía del aire a través de una unidad exterior y la transforma en energía calorífica, está funcionando muchas horas al día y consumiendo electricidad: “Si instalara placas solares, parte de ese consumo de luz podría ser atendido por éstas, aunque sea en invierno. Entonces sí salen bien los números”, enfatiza.

El papel de la Administración

Con los datos en la mano, este ingeniero industrial conviene en que el autoconsumo solar todavía tiene un potencial de desarrollo enorme. “Queda muchísimo por hacer porque la inversión es interesante y consistente. Aunque se trata de una tramitación compleja, sin duda ayudaría que las subvenciones se gestionaran y entregaran en menor tiempo, pero para ello la Administración debería reforzar sus plantillas”, apunta.

A su juicio, todo depende de la apuesta del Gobierno: “Alemania, por ejemplo, tiene menos horas de sol que Cantabria y cuenta con bastantes más instalaciones solares”. Por eso, reclama que las subvenciones públicas sean más “a medida” y en función del territorio porque, según asegura, el 100% de las instalaciones que se solicitan en Cantabria van ligadas a contar con subvención. “Es evidente que a un cliente de Córdoba la inversión le resulta más rentable que a uno de Santander. Por eso, si se potenciara más la subvención, los consumidores cántabros sí tendrían mayor interés por las placas solares. Pero eso es ya un futurible”, acepta.

Borja Saiz, responsable y socio de Neo Multihogar. Foto: Nacho Cubero

En este sentido, el responsable de Neo Multihogar insiste en que no es necesario ser muy imaginativo para ver cómo puede favorecerse el uso de esta energía: “No hemos inventado la rueda. ¿Cuándo se disparó el consumo de móviles en España? Cuando se regalaba el terminal. En dos años, el 80% de la población española tenía un teléfono móvil. No se trata de regalar las placas solares, que cuestan bastante más, pero cuando un país apuesta por algo…”, apunta Saiz, que considera que por esa vía podría salvarse el principal obstáculo que ve para la expansión del autoconsumo: “En una instalación que cuesta rentabilizarla unos años, importa más la subvención que las posibilidades de financiación y que las facilidades de instalación, las otras dos cuestiones que más pesan a la hora de decantarse por esta energía renovable”, explica.

Coste de las instalaciones

A favor de esta energía renovable juega, además, la caída del coste de las instalaciones solares que, según fuentes del sector, ha bajado entre un 20% y un 30% desde el año pasado, de tal forma que hoy en día se pueden encontrar en el mercado paneles solares con un precio que puede oscilar entre los 50 y 400 euros por unidad, dependiendo de la marca del fabricante, la tipología, el tamaño y la potencia.

“Las placas solares y sus equipos son ya muy eficientes en precios”, corrobora Saiz, quien, desde el punto de vista técnico, apuesta por instalar estos sistemas con baterías para almacenar la energía porque “el sol luce de día y la luz se consume de noche”: “Una instalación con baterías es lo óptimo, pero cuestan dinero, aunque están muy subvencionadas, en algunos casos casi al 100%”, puntualiza.

Según sus cálculos, una instalación de autoconsumo de 3KW y diez paneles solares, el mínimo recomendado para una vivienda, ronda los 6.600 euros, cantidad que sube hasta los 10.600 –4.000 euros más– si se acompaña de baterías. “El problema estriba en que solo están subvencionadas las primeras baterías”, lo que complica los números porque, explica, mientras que la vida útil de una instalación y de las placas solares puede alcanzar los treinta años, la de las baterías es mucho más corta, y a los cinco o seis años habría que cambiarlas.

Batería virtual

Sobre el desarrollo de la batería virtual, el responsable de este punto de servicio de Endesa destaca que no se trata de una cuestión técnica, sino de un producto comercial que ofrecen cada vez mayor número de compañías. En este sentido, explica que los consumidores, por ley, no pueden vender toda la energía excedentaria que producen. “No puedes poner una fábrica de luz en tu casa. Solo puedes vender tantos kilovatios como los que has consumido en ese mes”. En este caso, la comercializadora te ‘compra’ ese excedente que no puedes vender y te lo ‘guarda’ en un monedero –la batería virtual– para que en invierno o en épocas de baja producción puedas recurrir a ese dinero, que ya no es energía.

“Lo sustancial es que se están tomando iniciativas para tratar de mejorar la rentabilidad de la inversión, ya sea incrementando las subvenciones o el precio al que se compra el excedente de energía”. Borja Saiz, Neo Multihogar

De lo que se trata en definitiva, detalla Saiz, es de un acuerdo financiero entre el propietario de la instalación fotovoltaica y la compañía comercializadora que permite ‘almacenar’ la energía generada por la instalación solar sin tener que utilizar baterías físicas. “De este modo, se mejora la rentabilidad de la inversión y las placas solares nunca estas ociosas”, indica el responsable y socio de Neo Multihogar, quien recuerda que la normativa sobre las instalaciones de autoconsumo establece que, para obtener las ayudas previstas en el sector residencial, el consumo anual de energía por parte del consumidor o consumidores asociados a la instalación debe ser igual o mayor al 80% de la energía anual generada por ésta. “Lo sustancial es que se están tomando iniciativas para tratar de mejorar la rentabilidad de la inversión, ya sea incrementando las subvenciones o el precio al que se compra el excedente de energía”, resume.

Por otra parte, este experto alude a la falta de obra en el sector, un problema que atribuye en gran medida a la elevada competencia que presiona los precios hacia abajo. “Mi precio de instalación lo tengo que bajar y entonces no resulta fácil encontrar electricistas o instaladores que quieran instalar fotovoltaica porque tiene trabajo de sobra sin tener que subirse a tejados, que es más complicado y peligroso. Si quiero que lo hagan, les tengo que pagar bien y a mí se me complica la vida”, describe. Además, recapitula que lo más caro no son los paneles solares –“un panel estándar de 2×1 metro lo puedes comprar por en torno a los 100 euros”, estima–, sino la instalación. “La gente multiplica el número de paneles por su coste y se cree que ya tiene hecha la inversión. Si echas cuentas, de los poco más de 1.000 euros que pueden costar diez paneles, hasta los más de 6.000 euros que cuesta la instalación median diversos materiales, algunos como el cobre nada baratos; bastantes horas de trabajo y mucha dificultad”, subraya. “De momento, el autoconsumo solar es para empresas e industrias. Ya llegaremos al residencial”, cierra.

La integración en la multinacional Cegid posiciona al desarrollador cántabro de software como un actor clave en la revolución digital que está transformando en España la forma en que los despachos profesionales gestionan sus operaciones. A partir del 1 de julio de 2024 todas las facturas deben recibirse de manera electrónica, lo que lleva consigo cambios sustanciales en la forma en que las empresas emiten y registran sus transacciones. Con un grado de especialización que supone una de sus principales ventajas competitivas, Diez Software espera que el cambio legal aporte un nuevo impulso que dé continuidad al fuerte crecimiento experimentado en los últimos años.

Rubén Vivar | Enero 2024

En los últimos tres años, Diez Software ha experimentado una metamorfosis que la ha catapultado desde sus raíces en Cantabria hasta el epicentro de la escena empresarial en España. Esta travesía comenzó en febrero de 2021 con su integración en el Grupo Primavera, marcando un hito crucial en su extensa trayectoria de más de dos décadas de actividad como sociedad independiente. Poco después, en septiembre de 2022, el grupo británico, que apenas un año antes había integrado a la firma cántabra, fue adquirido por la multinacional Cegid.

Este intenso viaje no solo ha redefinido por completo la identidad de Diez Software –que ahora se presenta bajo la solución digital ‘Cegid Diez’–, sino también su papel en el panorama tecnológico. La incorporación a la firma internacional francesa ha terminado por impulsar de manera muy significativa su presencia en el mercado español, consolidándose como una pieza clave en el entramado de software de gestión empresarial destinado a despachos profesionales y asesorías.

Así lo corroboran los datos: en este corto periodo de tiempo ha multiplicado por tres su número de clientes, pasando de 1.500 a 5.000 usuarios, una cifra que sigue creciendo mes a mes y que sitúa a esta herramienta digital desarrollada en Santander en el podio de las más usadas en su sector.

“Hemos pasado de jugar en nuestra liga a jugar la Champions”. Con este símil futbolero, Pablo Serna, uno de los fundadores de Diez Software y actual director de producto de Cegid Diez, describe el salto que han dado en el mercado. “La gran ventaja de pertenecer a una multinacional es tener más recursos; de ser una empresa pequeñita y que los grandes del mercado te pueden ver como un actor un poco secundario, a ser alguien que está luchando por ser el número uno. Eso es un cambio brutal, estamos invirtiendo mucho”, prosigue explicando. Tal es así que incluso ven posible liderar el mercado en el plazo de no más de dos años pese al breve lapso de tiempo que llevan compitiendo bajo su nueva denominación comercial.

El equipo de Cegid Diez. En el centro, con chaqueta negra, Pablo Serna, fundador y director de Producto. Foto: Nacho Cubero

 

Serna, que sí aporta datos en cuanto al número de clientes, no puede concretar el incremento de la facturación que han experimentado, pues desde su integración en Cegid las cifras de negocio pasan a ser globales. En cualquier caso, el papel de la multinacional en la transformación de Diez Software no puede subestimarse. Para hacerse una idea de su potencial cabe señalar que sus ventas tan solo en España ascendieron en el año 2022 a 90 millones de euros, y que cuentan en nuestro país con más de 950 empleados y una red de clientes de más de 40.000 empresas de todos los tamaños. Son cifras que confirman que hablamos de un gigante en el sector de las soluciones digitales, un gigante que ha fijado sus ojos en la herramienta que lleva el sello cántabro.

“Somos la oferta que el grupo ha seleccionado para el mercado de la pequeña empresa y asesoría en España. Ese respaldo nos permite competir de igual a igual y aspirar a liderar el mercado”, destaca Serna. Esta elección ha fortalecido su posición y, muy importante, ha acelerado el desarrollo del producto. En este sentido, el directivo de Cegid Diez defiende que una de las claves más importantes para lograr abrirse hueco en un sector tan competitivo como el tecnológico es la especialización. “Desde que creamos Diez Software siempre creímos que era importante, pero con la integración en Cegid hemos alcanzado la especialización total. Es decir, pensar el producto en un único sector y dedicarnos a él plenamente, resolviendo solo sus necesidades. Eso te hace no perder el foco en estar intentando abarcar un montón de mercados”, analiza.

Solo en España, Cegid Software vendió por valor de 90 millones de euros en 2022, y cuenta con más de 950 empleados y una red de clientes de más de 40.000 empresas

En la actualidad, la sede cántabra de Cegid cuenta con 47 trabajadores frente a los 30 que tenía la empresa antes de actuar bajo la batuta de la multinacional, y las perspectivas a corto y medio plazo son seguir creciendo. Si bien no concretan, sí señalan que su sede, situada en el polígono de Candina, tiene capacidad para albergar hasta un centenar de empleados, una clara muestra de sus intenciones.

Y es que, más allá del producto, de la marca y de los recursos, el contexto socioeconómico también juega claramente a su favor. La digitalización y la innovación se han erigido como un motor impulsor de la competitividad y el crecimiento sostenible de cualquier negocio, al tiempo que la legislación también está empujando decididamente la transformación digital de las empresas.

“Para ver cómo ha evolucionado el sector, yo siempre digo que actualmente de las 10 mayores compañías del mundo, 8 son tecnológicas, mientras que si mirásemos este ránking en los años 90 encontraríamos sociedades petroleras y bancos. Hoy en día todo, absolutamente todo, nos guste o no nos guste, ha cambiado. Y todo se basa en la tecnología. Hasta un bar, si no utilizas la tecnología siempre estarás en inferioridad de condiciones”, recalca Pablo Serna.

La revolución legislativa y la Ley Crea y Crece

A este respecto, Serna explica que la próxima revolución legislativa en España, con la Ley Crea y Crece, marcará un hito importante en la forma en que las empresas gestionan sus operaciones. A partir del 1 de julio de 2024, todas las facturas deben recibirse de manera electrónica, llevando consigo cambios sustanciales en la forma en que las empresas emiten y registran sus transacciones. “En la forma de facturar las empresas tienen que tener un software totalmente homologado. Es decir, se acabó hacer facturas a mano, con Excel o con Word. Porque la segunda parte de la ley es que cada vez que se haga una factura, se envíe a Hacienda directamente”, explica el director de Producto de Cegid Diez, que para valorar el alcance de los cambios pone el ejemplo de Portugal, donde estos cambios ya están en vigor: “Si tú vas allí a cualquier restaurante, verás que te dan un ticket con un código QR; lo puedes leer y ver que realmente esa persona ha declarado esa factura y que Hacienda la tiene en ese mismo momento, en tiempo real”, relata.

“Esto va a ser un cambio muy profundo que está pujando Europa y que poco a poco se le está dando publicidad”, revela. La adaptación a estas nuevas regulaciones, augura, supondrá un desafío, pero también representa una oportunidad para que las empresas se preparen para un futuro digital que cada vez tiene más cara de presente.

Diez Software se trasladó en 2021 a las instalaciones del polígono de Candina, en Santander. Foto: Nacho Cubero

Precisamente, la diferente legislación de cada país hace que un mismo software esté prácticamente limitado a un único mercado nacional. “Aunque parezca mentira una factura no se hace igual en España, en Portugal, en Francia… En un país igual la tienes que mandar a la Agencia Tributaria en cuanto la haces; en otro resulta que en vez de haber el IVA, hay otro tipo de impuesto y en otro los pagos se realizan de otra manera… Hay demasiadas adaptaciones que hay que hacer a los productos para que sean internacionales”, señala. Estas variaciones legislativas son las que ahora limitan que Cegid Diez pueda dar el salto a otros países, pero al mismo tiempo fueron la que preservaron a Diez Software en el pasado. “Si no fuera complicado, no hubiéramos sobrevivido como empresa pequeña durante 22 años. Hubiera venido Google o Microsoft y nos hubiera pasado por encima”. No obstante, Serna señala que como grupo multinacional tienen sinergias con otros países.

En cuanto a los retos, Serna cuenta que Cegid Diez no solo está anticipando el cambio legislativo, sino que también está liderando la carrera hacia la automatización total en el mundo de la asesoría y la gestión empresarial. La introducción de herramientas que facilitan la comunicación directa y automatizada entre asesores y clientes es un testimonio de la visión de futuro de la empresa y una de sus ventajas competitivas. “Con la inteligencia artificial vamos a llegar a automatizar absolutamente todos los procesos de la asesoría y conseguir que el asesor se dedique a asesorar”, afirma Serna, que proyecta esta gran transformación “en menos de diez años”. La eliminación del trabajo manual, la mecanización de datos y la presentación de informes automáticos cambiará la forma en que las asesorías gestionan sus operaciones, asegura.

La digitalización en Cantabria y España

Con más de 20 años de experiencia, este directivo puede presentarse como una voz autorizada para expresar la evolución pasada y futura del sector y del mercado. “Una asesoría podía dedicar el 50% de su tiempo tan solo a meter datos en el sistema (principalmente facturas de los clientes). Todo eso ha ido evolucionando, pero todavía se sigue dedicando muchísimo tiempo a ello cuando hoy en día existen herramientas de reconocimiento automático”, sostiene. Pese a ello, se muestra contrario a la percepción común y alaba el avance significativo en términos de digitalización en Cantabria y España. “Muchas veces tendemos a creernos que nosotros estamos por detrás de otros mercados y eso no es cierto. En realidad, podríamos decir que todos los países están rezagados teniendo en cuenta las oportunidades que brinda ya la tecnología”, apostilla.

En esta misma línea, enfatiza que la capacidad de desarrollo y creatividad en el país no tienen parangón, desmitificando la idea de que España está rezagada. “No tenemos nada que envidiar a ningún país de Europa en capacidad de desarrollo. Hay mucho talento y creatividad aquí”. Este optimismo refleja la realidad de un país que sitúa “lejos de estar a la cola de Europa” y que además tiene ciertas potencialidades.

“No tenemos nada que envidiar a ningún país de Europa en capacidad de desarrollo. Hay mucho talento y creatividad aquí”. Pablo Serna, fundador de Diez Software

Sin embargo, este ascenso no está exento de desafíos. Por un lado, el sector se encuentra en una constante y vertiginosa evolución, derivada de una revolución tecnológica que avanza a pasos agigantados y que parece no tener fin. Este cambio continuo que Serna identifica como la principal amenaza para el sector del software de gestión implica que aquellas empresas que no se adaptan a la evolución constante tienden a ser excluidas por el propio mercado. Y por otro lado, la barrera más significativa es, según Serna, la adaptación del personal y el cambio en los métodos de trabajo. “Es muy difícil cambiar el hábito, no solo en este sector, sino en todos. Estamos atados a rutinas. Y a veces son cambios muy drásticos. Si ya nos cuesta cambiar de un programa a otro con las mismas funcionalidades, imagina cambiar la forma de trabajo. Es un cambio de mentalidad y eso es lo que más cuesta”. El desafío radica en superar la resistencia al cambio y en implementar nuevas formas de trabajo, un obstáculo común en la era digital.

Incluso, él mismo reconoce que en su propia doble transición hacia la multinacional Cegid lo que más les ha costado ha sido adaptarse a las nuevas formas de trabajo. “Hemos tenido que acostumbrarnos a trabajar en equipo con otras empresas del grupo; antes actuábamos con total libertad, de forma independiente”, explica.

 

La empresa cántabra, que nació hace 50 años para dedicarse a la serigrafía industrial y hoy explora nuevas formas de comunicación gráfica, inició en 2018 un proceso de reestructuración organizativa y profesionalización de la gestión que, tras el paréntesis provocado por la pandemia, ha permitido que las ventas se hayan movido estos dos últimos años en cotas récord. Con una estrategia que pone el foco en cuatro líneas de negocio dentro de las doce categorías de producto que fabrica, Serisan cuenta en su cartera de clientes con grupos con presencia internacional, a los que ofrece soluciones para el punto de venta en una oferta a medida que incluye desde el ‘visual merchandising’ en el sector retail a soluciones acústicas y estructuras autoportantes, pasando por arquitectura textil y comunicación visual.

José Ramón Esquiaga |  @josesquiaga | Enero 2024

En una empresa que acaba de conmemorar su cincuentenario, y que hace tiempo que rompió las ya de por sí difusas fronteras del sector de la comunicación gráfica, son muchos los giros estratégicos que merecen la condición de hitos dentro de la propia historia. En el caso de Serisan, que echó a andar en 1973 dedicada a la serigrafía industrial, el último de ellos se produjo en fechas relativamente recientes, cuando decidió reestructurar su oferta para hacerla girar en torno a cuatro de las líneas de negocio con las que operaba, entre las que curiosamente ya no tenía presencia la que dio origen a la empresa. Aquello tuvo lugar en 2018, a tiempo para que esa reorientación de la empresa fuera puesta a prueba por la crisis sanitaria, pero sus efectos sobre las ventas se han dejado notar sobre todo una vez superado el paréntesis de la pandemia, situando la cifra de facturación en cotas nunca antes alcanzadas.

Completamente orientada a los proyectos de comunicación gráfica que puedan proponer sus clientes, Serisan carece de un porfolio de producto con el que presentarse en el mercado, algo que pone a la empresa en disposición de aprovechar las oportunidades que puedan presentarse pero que también puede suponer una complicación en términos comerciales y estratégicos. Superada la serigrafía industrial por la impresión digital, el proceso que se abrió hace cinco años buscaba dar forma a una hoja de ruta para concretar esfuerzos y señalar unos ejes sobre los que hacer girar las estrategias para llegar a los diferentes mercados que se atienden desde la fábrica de Soto de la Marina. En aquel momento la planta trabajaba doce líneas de producto, entre las que se escogieron cuatro sobre la que concentrar los esfuerzos comerciales, formativos y de inversión. Ello no significaba, en todo caso, abandonar el resto, cuya aportación sigue siendo clave para mantener la condición de proveedora de soluciones en comunicación gráfica que constituye el núcleo de la oferta de la empresa.

Ángel Manuel Gómez Herrera, gerente de Sarisan, y Ángel Gómez Llata, fundador. Foto: Nacho Cubero

“Aquel fue un momento de cambio interno”, resume Ángel Manuel Gómez Herrera, gerente de Serisan, que señala como primeros objetivos del proceso iniciado entonces la profesionalización de la empresa y su preparación para lo que estaba por venir: “Renovamos el equipo directivo, acometimos un proceso de reestructuración interna y creamos una hoja de ruta y de estrategias”. La redefinición de la gama de producto, explica, fue una de las principales decisiones a tomar, y una de las claves para orientar la transformación que se buscaba. De toda la oferta de la empresa, se señalaron cuatro líneas de negocio como aquellas en las que centrar las inversiones, el trabajo de I+D+i, la formación y el esfuerzo comercial: ‘retail’, ‘visual merchandising’, arquitectura textil, estructuras autoportantes y soluciones acústicas.

Bajo esas cuatro denominaciones se agrupan familias de producto que ,aunque a su vez pueden ser muy heterogéneas –”nosotros no tenemos un catálogo que mostrar, lo que ofrecemos son soluciones a medida”, destaca el gerente de la empresa cántabra–, sí ofrecen un punto común sobre el que articular la oferta y llegar al mercado: la comunicación gráfica. Son también una buena referencia para describir la naturaleza de los trabajos que se realizan en la planta de Soto de la Marina y, sobre todo, el alcance de esas soluciones que menciona su gerente. La línea de negocio de ‘visual merchandising’ engloba los productos de serigrafía industrial destinados al punto de venta como elementos de promoción y refuerzo de los productos en venta, en un amplio abanico de formatos y materiales. Un papel similar juega la arquitectura textil, gráficas en telas montadas sobre estructuras de aluminio que, gracias a la tecnología de tinte empleada y una vez retroiluminadas, consigue imágenes comparables a las de una pantalla led, hasta el punto de poder utilizarse como alternativa a esta. Las reproducciones a escala real de furgonetas, para su uso como ‘food trucks’, son el producto más llamativo dentro de las estructuras autoportantes, que incluye también opciones mucho menos estandarizadas para su uso como punto de venta. Dentro de las soluciones acústicas, por último, se enmarcan los paneles fonoabsorbentes que, de nuevo en un amplio abanico de formatos y diseños, se utilizan para mejorar las condiciones de sonido de cualquier recinto, minimizando ruidos y reverberaciones.

Comunicación gráfica sin límites

Las soluciones acústicas y el ‘visual merchandising’ son las líneas que aportan un mayor volumen a la facturación de Serisan, y también las que mantienen un mayor ritmo de crecimiento. Pero es la complementariedad entre las diferentes categorías, y las sinergias que se generan entre ellas, la aportación más importante de la reestructuración acometida a partir de 2018, y eso vale tanto para las cuatro líneas con mayor protagonismo como para las otras ocho que completan la oferta de la empresa. “Las soluciones acústicas, por ejemplo, nos han permitido entrar en clientes y mercados donde de otra manera hubiera sido muy difícil hacerlo”, explica Ángel Manuel Gómez Herrera, que menciona hoteles o restaurantes, pero también oficinas, colegios o centros de trabajo que, a raíz de la pandemia, buscan formas de mejorar la calidad sonora de los espacios de trabajo. “Esa es la clave, al centralizar el esfuerzo en las cuatro líneas principales estás en condiciones de ofrecer a los clientes soluciones completas: cartelería, expositores PLV (de publicidad en el punto de venta) ficticios y corpóreos 3D… ahí entrarían el conjunto de las doce líneas”.

Arquitectura textil para Springfield con mobiliario efímero en primer plano. Foto: Nacho Cubero

El giro estratégico diseñado en 2018 se encontró, casi de forma inmediata, con el imprevisible reto de la pandemia del Covid-19, que puso un paréntesis en todo el proceso de reestructuración pero también sirvió para poner a prueba lo hecho hasta entonces: “Probablemente ha sido la crisis más importante que hemos sufrido en los cincuenta años de historia de la empresa, pero afortunadamente teníamos ya definidas las estrategias, las estructuras y los objetivos, y eso es lo que nos permitió aguantar y salir reforzados. De otro modo no sé si lo hubiéramos podido contar”, recuerda el gerente de Serisan. Con la hostelería y el retail cerrados, sin ferias en las que montar ‘stands’ y con todas las incertidumbres del momento, la actividad de la empresa se paralizó. “Tocó replegar velas y aguantar. Lo que más me preocupaba era perder a los trabajadores, y no solo por lo que supone un despido. Las máquinas pueden parar y ser reemplazables, pero las personas son un activo de la empresa, gente formada, implicada, eso no podíamos perderlo”.

Serisan cuenta con una plantilla de 40 trabajadores, a los que hay que sumar un colectivo de colaboradores que, sin estar formalmente dentro de la empresa, tienen una aportación fundamental. “Son 15 o 16 empresas que dan servicio en ciudades a las que no te puedes desplazar: Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia… Nosotros fabricamos, pero ellos son los responsables de hacer las mediciones y de instalar, con independencia de que toda la gestión la hagamos desde aquí”. En la planta de Soto de la Marina, además de la fabricación, está un oficina técnica y un departamento de coordinación de servicios al cliente encargado del diseño y la logística del envío y la instalación: “Tenemos una buena organización para sincronizar fuerzas y esfuerzos”.

Esa organización es la base sobre la que se asienta la que el gerente de Serisan considera como el principal argumento competitivo de la empresa: la capacidad para abordar proyectos complejos en tiempo récord. “La clave es dar un servicio personalizado, con una comunicación constante con el cliente, de manera que sepa en todo momento qué se puede hacer y en qué plazo”.

Clientes de referencia

En la cartera de clientes de Serisan están presentes algunos de los principales grupos de distribución textil y, tanto en su caso como en buena parte de quienes completan la relación, un buen número de empresas con presencia multinacional. El grupo Tendam –propietario de las cadenas Springfield y Woman Secret–, Stihl, Husqvarna, Adidas, OKMobility, Unilever –un gigante que vende más de 400 marcas, entre ellas Magnum o Carte d’Or– y la cadena hotelera Iberostar forman parte de una cartera en la que también tienen presencia empresas cántabras, como Textil Santanderina o Hisbalit. Que se trate de empresas con muchos puntos de venta, o que requieran que el producto que fabrique Serisan llegue simultáneamente a cientos de tiendas, marca un grado de exigencia que implica un mayor nivel de dificultad en la organización de la fabricación, envíos y montajes, pero que también permite que la empresa cántabra haga valer sus fortalezas.

Tras la pausa provocada por la crisis sanitaria, la cifra de ventas de Serisan retomó la senda de crecimiento de los años anteriores, pero con un renovado impulso que los responsables de la empresa no dudan en vincular con los efectos de la reestructuración acometida antes de la pandemia. En 2022 la facturación superó los 4 millones de euros, una cifra récord en el histórico de la empresa a la que, destaca el gerente de Serisan, fue consecuencia del incremento de la actividad, y no del aumento de los precios: “Antes del parón por el Covid, ya habíamos hecho visitas, presentando el nuevo enfoque de la empresa y apoyándonos en las cuatro líneas de negocio. Aunque aquello se paró por la crisis, ya habíamos hecho nuevos clientes y eso nos permitió retomarlo todo y recuperarnos rápidamente”.

«A raíz del Brexit, por ejemplo, hubo una agencia de publicidad del Reino Unido que nos trasladó sus clientes europeos para evitar los costes de salir del Reino Unido». Ángel Manuel Gómez Herrera

Geográficamente, Serisan atiende pedidos de toda España, aunque tiene presencia internacional tanto a través de una parte de exportación directa como, sobre todo, con los trabajos hechos a clientes españoles para su empleo en tiendas, exposiciones o stands fuera de España. “En su día nos planteamos buscar clientes fuera de España, pero lo paralizamos y no lo hemos retomado”, explica Ángel Manuel Gómez Herrera, que menciona las dificultades que para una empresa como la suya, sin un porfolio de producto propiamente dicho, implica una tarea como esa. Eso no significa, en todo caso, una renuncia a los mercados exteriores, en los que efectúa en torno al 5% de sus ventas: “A raíz del Brexit, por ejemplo, hubo una agencia de publicidad del Reino Unido que nos trasladó sus clientes europeos para evitar los costes de salir del Reino Unido, y tenemos clientes españoles que tienen sedes o agencias de comunicación fuera de España. Por esa vía entendemos que podemos seguir creciendo”, concluye el gerente de Serisan.

 

Medio siglo de continua transformación

El fundador de la empresa, en el centro, junto al actual equipo directivo de Serisan y el logo del cincuentenario. Foto: Nacho Cubero

Por más que mantenga su rastro en el propio nombre de la empresa, la serigrafía industrial hace tiempo que no forma parte de la cartera de productos de Serisan. Desplazada del mercado por la impresión digital, la actividad que dio origen a la empresa hace medio siglo dejó su lugar a otras, en un relevo que a lo largo de la historia de Serisan se ha producido en otras muchas ocasiones, siempre atendiendo a las necesidades de los clientes y a lo que la tecnología ofrecía para darles respuesta. Ese continuo proceso de reinvención, que está en la raíz del giro estratégico acometido en 2018, es probablemente el elemento más característico del proyecto que dio sus primeros pasos en 1973 en un pequeño taller de la calle General Dávila de Santander y que. desde entonces, ha ido transformándose con cada proyecto y con el impulso primero de su fundador, Ángel Gómez, y después de sus sucesores: “A nosotros nos ha tocado proteger el legado que hemos recibido”, recalca Ángel Manuel Gómez Herrera, actual director de la empresa.

Serisan celebró su cincuentenario el pasado 26 de octubre con un acto en el que reunió a trabajadores, proveedores y clientes. Muchos de estos últimos –clientes y proveedores– han acompañado a la empresa a lo largo de sus cinco décadas de vida, en lo que los actuales responsables de Serisan consideran como otra de sus señas de identidad. La conmemoración del aniversario, en la que tuvo un destacado protagonismo el propio Ángel Gómez, sirvió también de marco para la edición de un libro con la historia de la empresa, escrito por el periodista Jesús Chimeno. El año del cincuentenario se ha implantado en Serisan un protocolo familiar. “De alguna manera el protocolo es el broche para este aniversario que hemos celebrado este año, un instrumento que facilita la continuidad de la familia empresaria”.

 

Los informes sobre absentismo laboral abren a menudo la discusión sobre la dimensión real de este asunto que preocupa por igual a empresarios y sindicatos y sobre el que ambas partes coinciden en la necesidad de articular medidas y soluciones para tratar de mitigarlo. Pero mientras que la patronal destaca el elevado coste económico que representa para las empresas y su competitividad, los sindicatos denuncian la visión distorsionada que ofrecen estos estudios de un problema que consideran mucho más complejo y cuya interpretación, según sostienen, tampoco genera consenso.

Manuel Casino |  @mcasino8 | Enero 2024

El absentismo laboral viene ocupando desde hace tiempo titulares y espacios en los medios de comunicación en los que, de forma casi generalizada, se alerta de su constante crecimiento y del elevado coste que representa para las empresas y su competitividad. Así lo pone de manifiesto un reciente informe sobre este problema elaborado con datos de la EPA por Randstad, empresa especializada en talento y recursos humanos, en el que se resalta que Cantabria lideró, junto al País Vasco y Canarias, el absentismo laboral en España durante el segundo trimestre de 2023. En concreto, este estudio recalca que la comunidad cántabra registró en ese periodo la tercera mayor tasa con un 7,2% de las horas pactadas, un punto por encima de la media nacional.

Asimismo, el V Observatorio sobre Absentismo Laboral Mutua Montañesa, presentado a finales del pasado mes de octubre, destacaba que la ausencia de los trabajadores de sus puestos de trabajo supuso a las empresas cántabras un coste de 383 millones de euros durante los primeros ocho meses de 2023, un 5,9% más que en mismo periodo del año anterior.

El empeoramiento de los datos de absentismo laboral en Cantabria se produce en un contexto general de mejora de la calidad de los contratos y menor temporalidad que, en principio, debería haber provocado los efectos contrarios.

La directora general de CEOE-Cepyme Cantabria, Isabel Cuesta, aclara que la región ya venía arrastrando desde hace algún tiempo esta alta tasa de absentismo que ahora “se ha acentuado” con la pandemia, si bien precisa que sus causas son difíciles de explicar en todo su alcance, ya que no existe un solo motivo que lo justifique. Además de explicar que cada sector tiene sus propias “peculiaridades”, Cuesta sostiene que una buena parte de la “culpa” de esta situación descanse muy posiblemente “en los ingentes recursos sanitarios y humanos que fueron necesarios para atender la pandemia y las secuelas sociosanitarias que aún arrastramos”, un argumento al que suma el “significativo” incremento de las bajas relacionadas con la salud mental que, según subraya, ha crecido mucho en los últimos tiempos.

Fotografía de Isabel Cuesta, directora general de CEOE-Cepyme de Cantabria

Isabel Cuesta, directora general de CEOE-Cepyme de Cantabria. Foto: Nacho Cubero

Este empeoramiento de los datos de absentismo laboral en Cantabria se produce, además, en un contexto general de mejora de la calidad de los contratos y menor temporalidad que, en principio, debería haber provocado los efectos contrarios. La directora general de la patronal cántabra no cree, sin embargo, que exista en este sentido una relación causa-efecto. “La reforma laboral ha cambiado la denominación de algunas formas de contratación, pero no parece que haya tenido un efecto tan significativo en la estabilidad de la contratación”. Es más, detalla que Cantabria no supera el 30% de contratos indefinidos desde hace varios meses, alrededor de quince puntos por debajo de la media de España. “Quizá este hecho también ayude a entender el porqué de esta situación en nuestra comunidad autónoma”, enfatiza.

De su lado, el secretario de Acción Sindical de UGT-Cantabria, Valentín Fernández, quita validez a este tipo de informes ya que, en su opinión, no dejan de presentar una imagen “interesada y sesgada” del absentismo laboral, dado que a su juicio no se analizan realmente los factores que están detrás de este problema: “Si ves los datos que ofrecen estos estudios, se trata de una especie de cajón de sastre en el que se recogen diferentes contingencias que se entienden que en sí son absentismo, cuando en realidad se trata de un término muy controvertido sobre el que, en muchas ocasiones, ni las partes implicadas nos ponemos de acuerdo qué se debe entender como tal y qué, principalmente, obedece a bajas por enfermedades comunes”, razona.

Fernández insiste en que detrás de estos datos está un “cierto interés” de las entidades colaboradoras del sistema público de salud, fundamentalmente las mutuas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, que desde hace años vienen promoviendo un cambio legislativo para poder gestionar las contingencias comunes. “No voy a negar la mayor y puede que haya casos aislados de trabajadores que no acuden a su puesto porque no quieren. Siempre los ha habido, pero la excepción no hace la regla”, recalca el representante de UGT. “Podemos entender la preocupación empresarial por este asunto, pero lo que no vamos a compartir es que se llame absentismo a la enfermedad o que se alimente el fantasma del fraude entre la población laboral”, enfatiza antes de recordar que la incapacidad temporal no depende de la voluntad del trabajador: “Obedece a la decisión de un facultativo de atención primaria según criterios profesionales”.

Valentín Fernández defiende que si de la ecuación se eliminaran las bajas por enfermedad común, las horas no trabajadas por vacaciones, los permisos por maternidad o paternidad, la compensación por horas extraordinarias y otras ausencias justificadas, el resultado que reflejarían las estadísticas sería muy diferente: “El absentismo ‘real’ no tiene en ningún caso la envergadura que los empresarios pretenden denunciar ni, por tanto, es un grave problema económico para el país”.

Dicho esto, aboga por analizar desde un punto de vista preventivo las nuevas realidades del trabajo. “La Ley de Prevención de Riesgos Laborales, que se encuentra muy ligada al absentismo laboral, supuso un antes y un después de su entrada en vigor en 1995. Sin embargo, desde entonces el mundo del trabajo ha cambiado significativamente con la digitalización de los procesos productivos, el teletrabajo, la introducción de la inteligencia artificial, la conectividad permanente de las personas trabajadoras o el control y monitorización de sus tareas, lo que sin duda obliga a su actualización”, argumenta.

Aunque admite que esta norma ha funcionado razonablemente bien en el ámbito empresarial, Fernández sostiene que tras el Covid ha existido una “cierta relajación en la cultura preventiva de las empresas que de nuevo hay que implantar”. Porque, según explica, al calor de estas nuevas modalidades de trabajo han surgido también nuevos riesgos psicosociales de origen laboral –estrés, carga mental…– que tiene un “gran impacto” entre la población trabajadora y que, en su opinión, “no están siendo gestionados adecuadamente por las empresas”.

Por eso, reclama dar a la prevención de riesgos psicosociales, a lo que se refiere como “la nueva pandemia del mundo del trabajo”, la importancia que realmente se merece. “En estos casos, las empresas deben ser conscientes de que tienen un problema y hacer una evaluación de este tipo de riesgos para, una vez realizada, adoptar las medidas de carácter preventivo que sean necesarias y verificar con posterioridad si han sido o no las adecuadas, comprobando si los índices de absentismo se han visto reducidos”. Si se hiciera correctamente, señala, se generaría un buen clima laboral y un adecuado desarrollo profesional, concede apuntando directamente al “papel fundamental” que en este sentido desempeñan los departamentos de recursos humanos de las empresas.

Fotografía de Valentín Fernández, secretario de Acción Sindical de UGT de Cantabria

Valentín Fernández, secretario de Acción Sindical de UGT de Cantabria. Foto: Nacho Cubero

De su parte, la directora general de CEOE-Cepyme Cantabria estima que el incremento de la enfermedad común, que según el V Observatorio Sobre Absentismo Laboral Mutua Montañesa ha crecido cerca del 60% con relación a 2019 –el último año anterior a la pandemia– hasta representar en la actualidad más del 85% de las jornadas perdidas por parte los trabajadores, no se debe a una “mala salud” de los trabajadores en la región. “No creo que sea un asunto de salud, sino más bien de gestión, singularmente de las bajas laborales. Durante la pandemia se dio un paso para abordar estos asuntos de una forma más eficaz y rápida, pero no acabamos de coger la velocidad necesaria”, admite.

En este sentido, Cuesta considera que la colaboración publico-privada a través de las mutuas laborales y organismos similares podría ser una “muy buena opción” para agilizar todo el proceso: “Sé que el nuevo Gobierno de Cantabria está dando pasos en esta dirección. De hecho, recientemente hemos constituido conjuntamente con el Ejecutivo cántabro, el INSS y las mutuas una mesa de trabajo sobre absentismo en la que se ha demostrado la máxima disposición de todas las partes a colaborar y aportar soluciones eficaces”, precisa.

Una iniciativa sobre la que Fernández muestra su rechazo más frontal. “Podemos entender la preocupación de estas empresas –del sector de la automoción, según asegura– para tratar de dar solución al elevado nivel de absentismo laboral por incapacidades temporales derivadas de contingencias comunes (ITCC) que soportan. Pero no se puede dejar al margen a los trabajadores porque, por encima de todo, está el derecho de los trabajadores a la salud”, afirma antes de reclamar que cualquier análisis sobre esta materia se haga en el marco del Diálogo Social. “El absentismo requiere de un debate profundo en el que todas las partes deben poner sobre la mesa sus preocupaciones y soluciones. Pero la Administración debe contar con todos los agentes sociales implicados en este proceso, no solamente con alguno de ellos”, reivindica el representante de UGT.

La patronal y este sindicato difieren también sobre si las obligaciones burocráticas prolongan innecesariamente los procesos de baja laboral. Así, la patronal aprecia que, al igual que en otros los ámbitos de la administración, también es preciso simplificar la burocracia en la gestión sanitaria. “Esta es una de las claves para la mejora de la competitividad de Cantabria, para la atracción de inversiones y para el cambio de modelo productivo de la región, y así se lo hemos expresado al nuevo Gobierno regional en diferentes ocasiones”, aclara su directora general, quien, por otro lado, vería con “buenos ojos” que las mutuas prestasen asistencia médica y emitiesen las altas en las veinte patologías traumatológicas más frecuentes, un posibilidad que, según el informe sobre absentismo laboral por ITCC en Cantabria elaborado por la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT), permitiría un ahorro total superior a los 26 millones de euros.

Por su parte, el sindicalista de UGT entiende que no es una cuestión de más o menos burocracia ya que, de hecho, desde el pasado 1 de abril el trabajador ya no tiene que entregar el parte de baja médica o incapacidad temporal a su empresa, sino que las comunicaciones se hacen ya por vía telemática entre las Administraciones y dicha empresa. “El problema es más de fondo. Hay que hacer una labor de base y analizar en detalle el porqué y las causalidades de las bajas laborales”, indica Fernández, que demanda abordar y poner en el centro del debate otras cuestiones que no siempre se tienen en cuenta: “Como los excesos de jornada, en muchas ocasiones no retribuidos; la falta de desarrollo profesional, el escaso reconocimiento y la inseguridad laboral” u otros factores, entre los que cita “el envejecimiento de las población trabajadora y los cambios climáticos que venimos soportando desde hace años”.

En lo que sí coinciden empresarios y sindicatos es en la necesidad de reducir las la listas de espera de la sanidad pública, toda vez que reconocen que hay muchas situaciones de baja laboral que están en espera de una prueba diagnóstica o de una consulta especializada.

Sindicatos y patronal coinciden en la necesidad de reducir las la listas de espera de la sanidad pública, toda vez que reconocen que hay muchas situaciones de baja laboral que están en espera de una prueba diagnóstica o de una consulta especializada.

“Hay una bolsa de casos que tiene que ver con las enormes listas de espera que soportamos”, asegura Pilar Cuesta, que entiende que todo lo que se pueda agilizar en este aspecto será de ayuda. A su juicio, se trata de uno de los mayores retos del Gobierno regional para esta legislatura que está comenzando.

Fernández, por su parte, se remite en este asunto al V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), firmado el pasado 10 de marzo por sindicatos y patronal. Según resalta, este acuerdo insta, en su capítulo VII, a aprovechar los recursos de las mutuas colaboradoras de la seguridad y salud, que posibiliten reducir los tiempos de espera, la atención sanitaria de las personas trabajadoras y la recuperación de la salud, así como reducir las listas de espera en el sistema público. Al respecto, el secretario de Acción Sindical de UGT subraya que este mejor aprovechamiento de los recursos de las mutuas colaboradoras de la Seguridad Social no modifica “en modo alguno” las actuales competencias del Servicio Cántabro de Salud en los procesos de alta, baja y seguimiento de la incapacidad laboral: “Siguen igual, tan solo abre la posibilidad de utilizar los servicios de rehabilitación de las mutuas para tratar algunas incapacidades temporales por contingencias comunes de origen traumatológico, siempre bajo deseo del trabajador y con el permiso del médico de Atención Primaria”.

Precisamente, para tratar de mejorar la gestión de las ITCC, la directora general de CEOE-Cepyme Cantabria señala tres medidas: refuerzo y mejora de la atención primaria; simplificación burocrática con gestión directa entre empresas y sector sanitario; y colaboración publico-privada en la gestión de los casos comunes para desembolsar y agilizar la bajas y descienda el absentismo.

El secretario de Acción Sindical de UGT, por su parte, insiste en poner el acento en la salud del trabajador, que recalca debe estar en el centro del debate, y en poner en tela de juicio los informes aludidos sobre absentismo laboral. “Una cosa son los datos, pero detrás hay toda una casuística que no analizan. Habrá que hacerlo, pero contando con todos los agentes sociales. Para eso está el diálogo social”, concluye.

La entrada en servicio de la nueva máquina de corte láser y punzonado de chapa mejora la capacidad productiva de la empresa y la flexibilidad de la planta para dar servicio a sus clientes. En un mercado en transición y en el que cada vez son más habituales los pedidos de series cortas, la fábrica metalúrgica cántabra se plantea hacer valer sus ventajas competitivas en los sectores donde ya tiene presencia y explorar otros donde pueda encontrar oportunidades para el crecimiento. Con cerca de un centenar de trabajadores en plantilla, la empresa espera cerrar este año con un ligero incemento en la facturación, a pesar del frenazo que prevé durante el próximo trimestre.

José Ramón Esquiaga |  @josesquiaga | Noviembre 2023 Fotos de Nacho Cubero

Pasado poco más de un año desde que se decidiera la inversión, y tras un proceso de instalación y puesta en marcha que ha ocupado a la empresa durante los últimos dos meses, la nueva máquina de corte y punzonado de chapa adquirida por Industrias Jacinto Herrero opera ya en las instalaciones de la fábrica en el polígono de Guarnizo. El nuevo equipamiento, en el que se han invertido 1,4 millones de euros, permitirá aumentar en un 60% la capacidad de la línea de fabricación en la que opera, al tiempo que minimiza el movimiento de piezas, automatiza procesos y mejora la calidad, al reducir las operaciones de manipulado. Con la actuación, además, se mejora la capacidad de respuesta y se incide sobre uno de los factores que los responsables de la empresa identifican como claves para su competitividad: la flexibilidad de la planta, capaz de acometer tanto la fabricación de grandes como de pequeñas series de piezas.

Álvaro Herrero, director de Proyectos de Industrias Jacinto Herrero, e Isaac Herrero, gerente de la empresa, junto al nuevo equipamiento de la planta.

Industrias Jacinto Herrero, que cuenta con 95 trabajadores en plantilla y una facturación que se movió el año pasado en el entorno de los 13 millones de euros, opera a través de varias líneas de producto con las que  atiende a los sectores de automoción y electrodomésticos, de los que procede el 65 y el 30% del volumen de negocio de la empresa, quedando el resto a cargo de un mix más heterogéneo en el que habría clientes de hostelería, vending o bienes de equipo. En concreto, el catálogo de la empresa se organiza en torno a cinco líneas –diseño y construcción de matricería; estampación en frío de piezas; conformado de tubo; corte por láser, punzonado y plegado con control numérico por computadora; y trabajos de mecanosoldadura– que Álvaro Herrero, director de Proyectos de la empresa, describe como cuatro minifábricas que forman un conjunto: “Y cada una de ellas te obliga a invertir para contar con la máxima tecnología y ser competitivo”.

Hasta ahora, la línea en la que se integra el nuevo equipamiento contaba con una máquina de punzonado y dos máquinas de corte láser, una de las cuales se sustituye por la actual, que combina ambas funciones. Como resultado, la fábrica pasa a contar con dos máquinas de corte láser y otras tantas de punzonado, lo que aumenta la capacidad de producción de está línea en un 60% y consigue ventajas cualitativas de no menos calado: se automatiza el manipulado, se evita tener que mover el material de una máquina a otra y, en general, se optimiza la distribución de espacios y el tránsito del producto por la planta, lo que se conoce como ‘lay out’. “Todo esto tiene una repercusión directa en la calidad y en la productividad, y nos va a permitir captar más proyectos y compensar internamente las fallas de competitividad que tienes externamente”, explica Álvaro Herrero, que con esto último hace referencia al encadenamiento de dificultades a las que se ha venido enfrentando la fábrica, en línea con la mayor parte del sector, durante los últimos años.

La crisis provocada por la pandemia del Covid-19 en 2020 alcanzó a Jacinto Herrero en un buen momento, en el que arrancaban varios proyectos, un contexto que, más allá de las dificultades que provocó el parón de la producción, permitió que la recuperación de la actividad fuera relativamente rápida tras la reapertura progresiva de los mercados. Cuestión muy diferente, señalan los responsables de la empresa, es la referida a la rentabilidad: a la falta de suministros, las tensiones en las cadenas logísticas y la subida del coste de las materias primas –un 100% en el precio del acero en apenas un año, recuerdan– se le añadieron después dificultades que es más complicado vincular con la crisis sanitaria, pero que han coincidido con ésta, como el fuerte incremento del absentismo. “No sé si a causa de, o coincidiendo con el Covid, pero lo cierto es que antes de la pandemia nos movíamos en índices del 2,5 o el 3% y hoy estamos en el 10%, esto es, de cada diez trabajadores tenemos a uno de baja”, lamenta el director de Proyectos de Industrias Jacinto Herrero. Todo este conjunto de circunstancias, que tienen una incidencia directa en los costes, se ven agravadas por otra igualmente común a buena parte de los sectores económicos, es la cada vez mayor dificultad para acceder a mano de obra cualificada: “Tenemos perspectivas de crecer y captar proyectos, pero la principal preocupación es encontrar gente válida para sacarlos adelante. Por muy robotizados que estemos y por mucha industria 4.0 que seamos, los que sacan adelante a una empresa son las personas”, recalca Herrero.

Un operario trabaja en el control de la nueva máquina combinada de corte láser y punzonado adquirida por Industrias Jacinto Herrero, que ha comenzado a funcionar a pleno rendimiento tras el verano.

La referencia a las oportunidades de crecimiento que identifica la empresa, y que se vinculan entre otras a la inversión en la máquina combinada de corte y punzonado, tienen que ver en parte, y curiosamente, con la situación de incertidumbre que viven algunos mercado, y singularmente el del automóvil. Las dudas sobre la tecnología que sustituirá a los tradicionales motores de combustión, o sobre en qué medida se producirá ese relevo, han llevado a paralizar nuevos proyectos, pero también a que los fabricantes demanden series más cortas a sus proveedores. “Que no se generen proyectos es algo que nos afecta, pero la perspectiva de que el volumen esté más repartido para nosotros es una oportunidad, porque una de nuestras principales ventajas competitivas es la flexibilidad para poder acometer tanto series largas como cortas”, destaca el director de Proyectos de la fábrica cántabra, que señala que una de las principales aportaciones de los equipos que han entrado en funcionamiento tras el verano es poder llevar el corte láser a series de fabricación de menos piezas.

Industrias Jacinto Herrero ha llegado a fabricar hasta siete millones de piezas al año para alguna familia de automoción, y es relativamente habitual que suministre entre 300.000 y 400.000 para alguna plataforma. Pero también hacer 17.000, como es el caso de un componente del salpicadero de un modelo concreto, o incluso sólo 1.700 para su versión con volante a la derecha con destino al Reino Unido. “Las tecnologías que se emplean son diferentes, la parte de fábrica es distinta, y también el precio, pero el servicio lo tiene mi cliente. Hace mucho que nosotros hemos dejado de vender piezas, lo que vendemos es un servicio y un bagaje de conocimiento”.

Trabajos sobre una pieza con destino al sector de electrodomésticos, que supone el 30% de las ventas de la empresa.

La aportación que la suma de las cinco ‘minifábricas’ hace al conjunto de Industrias Jacinto Herrero es fundamental para la competitividad, por la capacidad de respuesta que hace posible y por no depender de terceros para acometer los proyectos. En ese sentido, la línea de matricería se convierte en una parte estratégica. “La fabricación de troqueles y matrices era un mercado de referencia en España y en Europa, pero la competencia de los países de bajo coste hizo que se abandonara y que desaparecieran muchos fabricantes. Nuestra matricería hasta 2012 era para consumo interno, pero ese año hay un amago de volver a traer la troquelería a Europa y nuestros clientes se encuentran con que han perdido a sus anteriores proveedores y nos la encargan”, recuerda Isaac Herrero, gerente de Industrias Jacinto Herrero para explicar el desarrollo de una línea de negocio cuya demanda ha vuelto a caer a causa de las incertidumbres sobre el coche eléctrico, pero que tiene una importancia capital en la actividad de la empresa: “Nuestra competencia tiene que subcontratar esos trabajos, pero nosotros no dependemos de nadie para dar respuesta y el conocimiento se queda dentro de la empresa. Muchos clientes confían en nosotros precisamente por eso”, recalca Álvaro.

Con un mercado que empieza a notar las consecuencias de la inflación y la subida de tipos de interés, Industrias Jacinto Herrero prevé cerrar el año con un ligero aumento de la facturación, y ello pese a la caída que esperan en el último trimestre. De cara al próximo ejercicio, los responsables de la empresa confían en repetir los números, para lo que se plantean crecer en sectores menos vinculados al consumo que los de automoción y electrodomésticos, en un abanico de posibilidades a las que por el momento prefieren no poner coto. “Entrar en un cliente cuesta tiempo y dinero, pero una vez lo has conseguido todo es más fácil. La confianza yo quiero ganármela, no que me la regalen, y una vez dentro seguro que vendrán proyectos mayores y de más valor añadido”, concluye Isaac Herrero.

Por cada coche nuevo se han vendido 3,3 usados en lo que va de año en Cantabria, muy por encima de la media nacional, que es de 1,9. El mercado de vehículos de ocasión, marcado por el incremento de precios, terminará 2023 con unas ventas levemente inferiores a las del ejercicio anterior, según las previsiones del sector, que reclama incentivos para rebajar la antigüedad media de este tipo de vehículos, donde cerca de la mitad de las unidades vendidas hasta agosto tiene más de quince años.

Manuel Casino |  @mcasino8 | Octubre 2023

Comprar un vehículo de ocasión (VO) nunca había sido tan caro en España, aunque no en Cantabria, que cuenta con el precio medio de oferta más bajo de todas las comunidades autónomas. Así lo recoge el último barómetro de coches.net, el marketplace experto en movilidad líder en España que, con datos referidos al pasado mes de agosto, sitúa por primera vez el precio medio por encima de los 20.000 euros (20.566 €), si bien en Cantabria el desembolso para hacerse con un coche de segunda mano no llega de media a los 18.000 euros (17.852 €). Este récord histórico no ha impedido, sin embargo, que las ventas de turismos y todoterrenos de segunda mano acumulen en los ocho primeros meses del año una subida del 2,6% con relación al mismo periodo de 2022, hasta alcanzar las 1.237.670 unidades, según datos de un reciente estudio elaborado por la consultora MSI para las patronales del sector Ganvam (distribuidores oficiales e independientes), y Faconauto (concesionarios).

En Cantabria, por el contrario, el mercado de VO ha mostrado un menor dinamismo y se aleja también de la tendencia nacional al registrar hasta agosto unas ventas totales de 14.409 unidades, lo que representa una caída del 0,9% frente a igual periodo del ejercicio anterior, en el que se vendieron 14.545 coches. Esta diferencia de comportamiento del mercado en Cantabria y en el resto de España también se refleja en la comparativa con las ventas de vehículos nuevos. Si en lo que va de año en el conjunto nacional por cada vehículo nuevo se han vendido 1,9 de ocasión, este ratio sube al 3,3 en el caso de Cantabria.

La escalada en los precios de los vehículos nuevos ha llevado a que crezca la demanda de usados, pero también ha elevado la cotización de estos. En la foto, la exposición de Autos Raúl en sus instalaciones de El Campón, en Peñacastillo.

Para Raúl Azcona, de Autos Raúl, uno de las empresas de compraventa de vehículos de segunda mano con sede en Santander, el incremento medio de los precios de los coches VO descansa, en gran medida, en el aumento del precio de los nuevos, “que tira del precio del resto de vehículos”: “Este aumento del coste, junto con un contexto económico marcado por la inflación y la subida de tipos de interés, hace que el coche nuevo no sea accesible para muchas personas, que se ven obligadas a comprar un vehículo usado. Y a mayor demanda de coches más baratos, mayores precios”, explica. Además, Azcona justifica que el ratio de compra de coches de ocasión por cada coche nuevo en Cantabria supere con creces al registrado en el conjunto del país en el hecho de la región sea una de las más envejecidas de España. “Muchos pensionistas, pero también los jóvenes, con un poder adquisitivo más bajo, no pueden acceder a las condiciones de financiación o de renting que les proponen en el vehículo nuevo. Si no pueden pagar esas cuotas, es lógico que busquen opciones más asequibles”, concede.

Pero que el vehículo de ocasión se haya convertido en la primera opción de compra para ocho de cada diez conductores, según datos del estudio ‘Tendencia de compra de un vehículo en 2023’ dado a conocer en junio pasado, no solo es cuestión de precio. También juega a su favor, destacan los expertos, la disponibilidad inmediata –en la actualidad el plazo medio de entrega de un vehículo nuevo puede llegar a ser de hasta ocho meses, en función de la marca y el modelo– y la relación calidad-precio. A estas dos motivaciones, el propietario de Autos Raúl añade la mayor pérdida de valor de los coches nuevos una vez salen del concesionario. “Ahora los VO se presentan como una mejor inversión. Se estima que los coches nuevos pierden alrededor del 50% de su valor a los cuatro años de su compra. Y aunque en el caso de los usados este porcentaje puede llegar a ser similar, no es lo mismo perder el 50% de 40.000 euros que de 5.000 euros”, reflexiona. Para este joven empresario, que asegura vender una media de entre 150 y 180 coches de segunda mano al año, con precios que oscilan entre los 4.000 y los 16.000 euros, la sensible diferencia del precio medio de oferta de VO en Cantabria con el resto del país (17.852€ frente a 20.566€), se debe al diferente perfil de vehículo que se demanda en la región. “Si en otras comunidades como el País Vasco, donde también hemos trabajado, se demanda vehículos de más alta gama y marcas premium, aquí en Cantabria se busca más utilitarios y de ciudad, un sector que obviamente resulta más económico”, precisa.

Por tramos de edad

Por franjas de edad, los vehículos de más de diez años de antigüedad siguen siendo de largo los más vendidos en Cantabria, al igual que ocurre en el resto de España, donde acumulan más del 66% del total de ventas registradas hasta agosto, según los datos facilitados por Gasvam. De hecho, el mayor número de ventas se concentra en el tramo de más de quince años, con 6.595 unidades, lo que supone que más de cuatro de cada diez VO vendidos en la región supera esa edad. Pese a ello, el peso de estos modelos más antiguos empieza a dar muestras de cierto agotamiento (las ventas de VO con entre diez y quince años han descendido un 18,8% en lo que va de año, si bien las de los modelos de más de quince ha crecido en un 5,5%) en favor de vehículos de menor edad.

Así, los modelos de entre cinco y diez años de antigüedad son, con 2.132 unidades, los que registran un mayor crecimiento durante los ocho primeros meses del año en Cantabria (15,2%), aunque los seminuevos de entre uno y cinco años ha perdido cierto protagonismo con relación al pasado año, al descender un 4,2%. De este modo, Cantabria se separa una ves más de la tendencia seguida en el resto del país, donde las ventas de VO de este tramo, especialmente en el caso de los vehículo de entre uno y tres años, están tirando del mercado con un incremento acumulado hasta agosto de casi el 12%.

Incentivos para una movilidad más eficiente

En este sentido, el citado estudio sobre tendencias de compra pone de manifiesto que el mercado de segunda mano puede convertirse en una palanca de rejuvenecimiento del parque móvil español, cuya media se sitúa en los 14 años, y ayudar al cumplimiento de los objetivos de descarbonización. Pero para ello, alertan desde Ganvam, sería oportuno que se pusieran en marcha medidas que dinamizaran la demanda de VO seminuevos lo que, a su juicio, contribuiría a retirar de la circulación los coches más antiguos y contaminantes y a facilitar, además, que las familias con menor renta disponible tengan acceso a vehículos eficientes. De hecho, ese informe refleja que el 71% de los potenciales compradores estaría dispuesto a renovar su vehículo si existiera un plan de incentivos que apoyara la compra de usados de menos de cinco años.

Raúl Azcona, a la izquierda, y su hermano Pablo, gerente y vendedor, respectivamente, de Autos Raúl, una de las empresas de compraventa de vehículos más veterana entre las que operan en Cantabria.

Una petición que también es compartida por Azcona, quien reclama la necesidad de articular ayudas al sector. “Desde luego que hacen falta. En muchos otros ámbitos sociales el Gobierno fomenta a las clases más desfavorecidas pero, en cambio, en el caso de los vehículos se favorece la compra de vehículos nuevos y eléctricos. La verdad es que no tiene mucho sentido, porque el que puede pagar este tipo de vehículos probablemente no necesita esa ayudas. El que de verdad la necesita es el que tiene un menor poder adquisitivo y desea acceder a un coche de menos de cinco años”, subraya.

Mercado cambiante

El titular de esta empresa de compraventa reconoce que en la actualidad el mercado es “muy cambiante” y que, a diferencia de anteriores ejercicios, no existe un periodo concreto del año que concentre más ventas. “Los porcentajes pueden variar mucho de un mes a otro porque ahora el coche no se compra por gusto, sino por necesidad”. Con todo, confía en que el mercado se mantenga estable de aquí a fin de año y que su facturación no variará mucho con relación a 2022. “Va ser un año normal”, augura.

Un vaticinio que también es compartido por Ganvam, que prevé que las ventas de turismos y todoterrenos de VO en Cantabria alcance las 22.185 unidades en 2023, lo que supondría un leve descenso del 1,9% con relación al ejercicio anterior, en el que se vendieron 22.609 vehículos. De cara al próximo año, las previsiones de esta patronal apuntan a un crecimiento del 3,9% hasta alcanzar las 23.040 unidades vendidas, aún lejos de las 24.864 que se contabilizaron en 2021, donde los usados vivieron un auténtico ‘boom’ por la crisis de los microchips y la escasez de vehículo nuevo.

Canales de ventas

En cuanto a los canales de ventas, el estudio de MSI para Ganvam y Faconauto destaca que la venta entre particulares sigue siendo la opción preferida por adquirir un VO en Cantabria. Hasta agosto, así se han comprado 10.900 coches usados, lo que supone que más de siete de cada diez conductores han utilizado esta fórmula. A bastante distancia, aparecen las empresas de compraventa –como Autos Raúl– que acumulan 1.899 unidades vendidas, prácticamente las mismas que en igual periodo del pasado año en que vendieron 17 coches más. Sin llegar las 1.000 unidades le siguen los canales de ‘renting’, importación y alquiladores, que presentan un comportamiento desigual con relación al pasado ejercicio. Así, mientras que las empresas de ‘renting’ y alquiladores, acumulan incrementos del 19,3% y del 0,6%, respectivamente, las ventas de vehículos de ocasión de importación han caído un 14,6%. En este asunto, Azcona resalta la creciente competencia de los concesionarios y de las empresas de ‘renting’: “Han encontrado un oportunidad de negocio en el mercado de VO y ahora también venden este tipo de vehículos que antes directamente nos pasaban a los compraventa”.

Por fuente de energía, la propulsión mayoritaria en el mercado de segunda mano continúa siendo el diésel, con más de la mitad de las ventas totales en España (56,2%) y también en Cantabria (62,8%), seguido de los motores de gasolina (36,8% de media nacional y cuatro puntos menos en Cantabria) y con un residual, aunque creciente porcentaje para las propulsiones alternativas (7% en el conjunto del país y un 5,1% en la región).

El responsable de Autos Raúl corrobora este dominio del diésel, si bien matiza que últimamente los clientes no llegan con la ideas tan claras: “Ahora no tiene que ser diésel sí o sí. Pueden cambiar de opinión”, aclara. Con todo, sostiene que el precio sigue siendo el criterio que más pesa a la hora de comprar un VO, por encima del consumo, de la seguridad o de otros factores. “Antes es posible que se tuviera más en cuenta el tamaño y otras necesidades, que ahora han quedado claramente en segundo plano si no entran dentro del precio”, enfatiza. Además, afirma que hay que tener en cuenta que la subida de precios ha desplazado hacia arriba la horquilla de compra. “Quien hace tres o cuatro años adquiría un coche de 3.000 euros, hoy en día se ve obligado a desembolsar el doble porque no hay coches de ese precio. Por eso ahora muchos conductores compran el coche que pueden, no el que quieren”, sentencia.

Con tecnologías diferentes, con variadas fórmulas de colaboración público-privada y con el impulso de las ayudas de las distintas administraciones, las conexiones de banda ancha han ido extendiéndose a las zonas rurales de Cantabria, pero todavía hay lugares donde no es posible una transferencia de datos a velocidades mayores a 50 megabites por segundo. Romper las últimas barreras que impiden salvar la ‘brecha digital’ entre lo urbano y lo rural es el objetivo del programa ‘Conecta35’, que utiliza el satélite como herramienta para llegar a zonas donde no hay otras opciones y a las que no es probable que llegue la fibra. Atraer población y empresas a los pueblos, o cuanto menos evitar el éxodo de las que ya existen, es el objetivo.

Cristina Bartolomé |  @criskyraOctubre 2023

El medio rural viene reclamando en las últimas décadas una conexión a Internet que facilite la vida diaria de la población, la instalación y permanencia de las empresas y evite el despoblamiento. Ahora, la cobertura, ya sea mediante una tecnología u otra, se encuentra en torno al 95% del territorio de Cantabria, aunque existen aún zonas rurales que viven en la ‘brecha digital’, especialmente los núcleos de población poco accesibles y con pocos habitantes.

La dificultad que presenta la orografía de Cantabria es el obstáculo más destacado para que llegue la conexión a la red, pero varias empresas tecnológicas han decidido apostar por ello y se encara ahora la última fase tras años de iniciativas público-privadas que han dado resultado. Así lo reconoce Leoncio Carrascal, alcalde de Arredondo y presidente de la Red Cántabra de Desarrollo Rural. Asegura que en su municipio la cobertura alcanza el 100% del territorio y sostiene que casi toda la región cuenta ya con algún tipo de cobertura, especialmente de banda ancha, por cable de fibra óptica, o por satélite, con la que también cuenta Arredondo. Valora su importancia para las zonas rurales: “Sobre todo para los niños en edad escolar y los estudiantes, porque pueden trabajar desde casa, y también para quienes teletrabajan, esto se vio claramente durante la pandemia”.

Leoncio Carrascal, alcalde de Arredondo y presidente de la Red Cántabra de Desarrollo Rural, a la izquierda, junto al director de Adamo en Cantabria, David Llano, con quien posa con motivo de la llegada de la banda ancha a su municipio.

Aunque la utilidad en este caso está clara, Carrascal admite que no ha sido la panacea que se esperaba para dar la vuelta al problema de desplobación: “Pensábamos que iba a atraer más gente al mundo rural, pero de momento ha sido muy poca gente, aunque supongo que ha favorecido el establecimiento de empresas en zonas rurales en general, porque gracias a Internet pueden funcionar mejor. Algunas empresas han venido, pero en general ha favorecido a las empresas que estaban ya asentados en el mundo rural, les ha venido muy bien”.

Esto ha generado uno de los efectos más esperados: “Ha frenado bastante el despoblamiento y que la gente se trasladara a otros lugares”, asegura. Además, Leoncio valora el esfuerzo que se ha hecho desde el Gobierno regional para favorecer la implantación de Internet en el medio rural: “Ha sido gracias al Gobierno regional, sobre todo la Consejería de Industria, que lleva haciendo estos años de atrás un esfuerzo impresionante. Yo diría que ha sido un éxito total”.

Fibra óptica y satélite: distintas tecnologías, un objetivo

Por parte de las empresas tecnológicas, Adamo es la que ha realizado una mayor implantación, con presencia en 95 de los 102 municipios de Cantabria.  La conexión que ofrece es de fibra óptica y cerca de 250.000 hogares están conectados con su tecnología. Precisamente las zonas rurales fueron desde 2017 su principal objetivo, ya que las urbanas estaban ampliamente cubiertas, reconocen desde este operador de telecomunicaciones. Uno de los últimos municipios que cuentan con su fibra óptica es San Miguel de Agüayo, sus solo 150 habitantes ya pueden navegar por Internet con banda ancha de esta tecnología desde hace unas semanas.

David Llano es el director general en Cantabria: “Nos centramos en el área rural porque es donde hay mayor necesidad y donde aportamos un valor. Tenemos el objetivo de llegar a todos los municipios, incluso a aquellos geográficamente más complicados. Es verdad que el ritmo de trabajo no se ve tanto como el anterior, cuando actuamos en municipios más densos, ahora llegamos a otros más pequeños, pero el trabajo al final es el mismo, llevar cable hasta allí, salvando las condiciones orográficas”. Adamo plantea seguir con su expansión y llegar al total de los municipios en el primer trimestre de 2024. Aunque esto no signifique necesariamente tener presencia en todos los núcleos de población: tienen previsto llegar donde técnicamente sea posible.

Para vencer los obstáculos de la orografía cántabra este operador de telecomunicaciones se ha venido apoyando en la población y empresas locales: “Todos los ‘partners’ o las diferentes empresas que están trabajando en el despliegue de la fibra óptica son de aquí. Con ellos hemos trabajado desde la fase de ingeniería y toma de datos en campo, hasta la fase de ejecución, creando una infraestructura nueva, para lo cual nos apoyamos en las infraestructuras públicas, como el alumbrado público o infraestructuras de la distribuidora eléctrica, con la cual tenemos un convenio firmado para utilizar sus infraestructuras de baja tensión”.

Dentro de los núcleos de población es más fácil, explica, y lo más complicado es ir uniendo un pueblo con otro. Para ello, trabajar con gente local que conoce el terreno ha sido muy importante y ha facilitado mucho el trabajo de este operador: “Por ejemplo, descubrimos caminos que dejaron de utilizarse y a través de ellos los recuperamos y vamos creando una infraestructura nueva, procurando respetar el medio ambiente y, donde es posible canalizar la red y crear una organización nueva, nos esforzamos en que nazca ya siendo segura y no esté sujeta a las inclemencias meteorológicas”.

De entre los trabajos más complicados recuerda los realizados en el Desfiladero de la Hermida, que además coincidieron con la pandemia: “Teníamos que avanzar por caminos donde no pasaba el camión. Nuestros técnicos iban tirando de los postes, como cuando se hizo el despliegue de la luz eléctrica, fue un trabajo muy tedioso y complicado, pero estamos súper orgullosos porque no era nada fácil”. Otro de los hitos ha sido establecerse en la zona sur de Cantabria: “Seguimos creciendo en municipios tan extensos como Valderredible, donde el obstáculo más claro es la dispersión de los núcleos de población y su pequeña dimensión, porque hay pueblos con 5 casas de las cuales hay habitadas 2, por ejemplo. Es muy complicado, pero ahí estamos, es donde aportamos valor. El reto más reciente ha sido llegar a Los Tojos”.

Los responsables de Conéctate 35, tras la presentación del programa en la sede de CEOE-Cepyme de Cantabria, en Santander, el pasado mes de septiembre.

Visto el panorama la pregunta es si el despliegue es rentable para una empresa de telecomunicaciones, obligada a acometer complejas actuaciones y fuertes inversiones para llegar a un reducido número de potenciales clientes. En este sentido David Llano defiende que Adamo es “un poco diferente” a otros operadores nacionales. Admite que la vocación rural está bien, pero lógicamente es mucho más caro y el retorno es a largo plazo, circunstancias que convierten en clave el respaldo que aporta su pertenencia al fondo de inversión de infraestructuras francés Ardian: “Si un operador tradicional busca un retorno de inversión a 3 o 4 años, nosotros proyectamos un retorno a más largo plazo, no es que el despliegue sea deficitario, ni mucho menos, pero la visión que tenemos es retornar esa inversión a más largo plazo. Al final, el hecho de ser el único operador que llega a estos núcleos rurales implica que esa población va a ser cliente, y recuperamos la inversión”. Otro de los pilares económicos ha sido la colaboración público-privada: “Hay planes del ministerio de los tres últimos años que vienen de los fondos Next Generation que ayudan a paliar un poquito el coste. No cubren el coste total pero ayudan a reducir el esfuerzo y nos permite seguir”.

Llano resume que en datos económicos, cuando comenzaron el despliegue en 2017 tenían previstos 40 millones de inversión, y al cierre de 2021 estaban en 61 millones: “Por cada euro que recibimos de subvenciones, hablando globalmente, nosotros aportamos otros 2. Con esos 3 euros conseguimos llegar. Fuimos los adjudicatarios de los programas de 2021 y de 2022 y a día de hoy estamos en ejecución de una de las convocatorias, tienen un plazo de dos años, por lo que el primero está a punto de concluir y el segundo concluirá a finales de 2024. Nos gustaría no agotar ese plazo”.

Añade que recientemente ha salido otra convocatoria relativa al despliegue de puntos para antenas, el plan ligado al 5G, pero señala que  para que esa tecnología llegue fuera de los núcleos urbanos hay que multiplicar el número de antenas existentes y a esas antenas hay que dotarlas de una conexión en fibra óptica. “Fuimos adjudicatarios de una parte del proyecto de Cantabria. Iremos  acometiéndolo al mismo tiempo, en cuanto vayamos agilizando los programas anteriores y se vayan preparando esos puntos de acceso, para que luego la empresa que decidan pueda montar sus antenas para que el 5G sea una realidad en el núcleo rural”. Sin embargo, añade que el negocio de Adamo va directamente ligado a la fibra óptica, al servicio de Internet sobre servicios fijos y todo lo que de él depende, es decir, la telefonía fija y la televisión –a día de hoy localidades de Cantabria sin señal de TDT–: “Pero es verdad que la telefonía móvil, las antenas de telefonía móvil, es algo que no es nuestro negocio a día de hoy, aunque hay que ir preparándose para el futuro”.

Ha habido también fondos públicos destinados a facilitar el acceso rápido a Internet en zonas rurales a través de algunos programas del Gobierno regional, si bien no eran fondos directos para el despliegue de fibra óptica, sino para el despliegue de banda ancha, matiza el directivo de Adamo. “Estos fondos los gestionaban los ayuntamientos y eran para crear infraestructuras. Algunos ayuntamientos se sumaron, implantando infraestructuras como una torre para algún servicio que no era de fibra óptica, y hubo otros con los cuales colaboramos y gracias a eso se hicieron canalizaciones que pagaron los ayuntamientos y que utilizamos y les alquilamos para poder llegar con la fibra”.

Las alternativas para llevar la banda ancha allí donde todavía no ha llegado cuentan desde septiembre con una nueva opción: el programa Conéctate35, que ofrece la posibilidad de contratar una conexión a través del satélite de Hispasat. Es parte de las inversiones incluidas en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Miguel Ángel García Argüelles, es gerente de proyectos de Hispasat y concreta que el objetivo del programa y de esa aportación de fondos públicos es garantizar un acceso a Internet de 100Mbps (megabytes por segundo) a cualquier habitante, municipio, PYME, autónomo u organización sin ánimo de lucro, con independencia del lugar donde tengan su residencia. El requisito previo para acceder a este programa, que busca con ello no entrar en competencia con los operadores existentes, es que no tengan ya una cobertura de conexión con tecnología terrestre fija a una velocidad mínima de transmisión de 50 Mbps en sentido descendente.  Para obtener la subvención que se concede, el inmueble de que se trate debe estar situado en una zona elegible: los interesados pueden confirmar si su entorno geográfico lo es en la web conectate35.es.

La finalidad de Conéctate35, explica Argüelles, no es tanto la rentabilidad como evitar que aumente la brecha digital. En la actualidad, asegura, la no conexión a Internet es una fuente de desigualdad social, supone menores oportunidades para la educación, mayores dificultades para acceder a servicios sanitarios y para hacer gestiones con las entidades financieras o con la Administración. Lo importante, además de dar señal al territorio, resume, es “transformar lo que hay porque hay señal”, lo que se traduce en facilitar el desarrollo del territorio, la atracción de talento y en “la creación de riqueza para Cantabria”. Este es el motivo por el cual la presidenta de Cantabria María Jesús Sáenz de Buruaga se mostró, asegura, muy interesada en el proyecto. Lo realmente importante, subraya García Argüelles, es que los ciudadanos de los territorios más apartados estén cuanto antes conectados a la red con calidad “para que tengan acceso a las mismas oportunidades que quienes viven en la ciudad”.

El director de proyectos de Hispasat explica cómo funciona la conexión que ofrecen usando un símil: el satélite actúa como un espejo, refleja la señal y la transmite de forma global por el territorio. En el caso de contratar el servicio, la conexión sería inmediata, explica, porque los satélites ya están operativos y cubren todo el territorio nacional. La instalación debe ser realizada por un instalador de telecomunicaciones que colabore con el operador minorista, este último presta el servicio al usuario y se encarga de gestionar estas ayudas. El precio final que paga el ciudadano es de 35 euros al mes, IVA incluido y tan solo necesita instalar una antena receptora y un router similar al que se usa con la fibra. Tanto la antena como el router están subvencionados por el programa, así como la instalación.

Rubén García Colsa, profesional independiente que trabaja desde Campoo de Suso

Según García Argüelles una de las ventajas es la inmediatez. La velocidad que proporciona es de 100 Mbps y el año que viene será de 200 Mbps “y la calidad y prestaciones de la conexión son similares a las de otras tecnologías, excepto para los juegos online”. Las virtudes parecen claras, aunque el director de proyectos de Hispasat aclara que esta no es una batalla entre tecnologías: “Se trata de soluciones complementarias; se puede disponer de conexión vía satélite hasta que se desarrolle la fibra”.  De cualquier forma, matiza que habrá lugares para los que el satélite será la única opción. “No podemos llevarnos a engaño… la orografía de la comunidad hace muy complicado que otras tecnologías lleguen hasta el último rincón del territorio”.

Conexión a Internet: pasaporte al futuro

Jesús Prellezo es propietario del Hotel Remoña, en Espinama, municipio de Camaleño, en la comarca de Liébana. En su caso la conexión a internet es por fibra óptica. Cuenta que entre 2021 y 2022 hicieron obras de mejora en su zona de la comunicación digital: “Desde entonces no dudamos en cambiar nuestros módems, repetidores, instalaciones de fibra óptica… Y la verdad que ha sido todo un acierto. Somos los primeros que sufríamos la lentitud de la conexión, los continuos cortes… porque vivimos aquí. Y por consiguiente, también lo sufría el cliente. Esta inversión tecnológica ha paliado una gran inquietud empresarial que tenía”.

Su permanencia en la zona se ha basado en las posibilidades de trabajar online: “Desde clientes que se pueden permitir pernoctar más días porque les permite desarrollar su trabajo, hasta personas que han venido a quedarse en la comarca por el mismo motivo. Conozco casos en los que la herramienta principal para poder vivir aquí es una buena conexión. Incluso más importante que el ordenador. Ya con los smartphones gestionamos muchas cosas…”, resume. Y no solo para su negocio, sino para los de su entorno. Jesús asegura que ha frenado el éxodo y ha animado la llegada de nuevos profesionales: “Personas que trabajan las redes sociales, negocios de hostelería… Ya hay personas que viven como autónomas con la gestión de estas herramientas. También está el caso de emprendedores que trabajan con productos locales o servicios de proximidad, a este colectivo se les abre una puerta para promocionar sus productos o servicios, además de crear sinergias con otros emprendedores, potenciales clientes, o instituciones”.

Otro de los sectores que se benefician de la mejora de las telecomunicaciones ha sido la ganadería: “Gracias a una conexión satisfactoria, tienen la oportunidad de geolocalizar su ganado, sobre todo cuando están en zonas de difícil acceso o hay previsión de mal tiempo. Esto proporciona calidad de vida y es un gran paso”. Por otro lado, dado al alto porcentaje de población mayor, sirve para la mejora de los servicios de ayuda a domicilio y el cuidado de dependientes. “Pueden tener mejor comunicación con sus familiares, los servicios de teleasistencia pueden ofrecer mejores prestaciones y pueden mejorar su sus servicios”.

Rubén García Colsa es emprendedor y está radicado en La Población, en Campoo de Yuso, a orillas del embalse del Ebro. También cuenta con fibra óptica. Está convencido de que una conexión de alta velocidad es imprescindible si se quiere ser competitivo pero, en su sector, lo es todo: “Uno de mis servicios es editar podcasts y vídeos y si la conexión no es buena descargar y publicar ese tipo de material sería una labor imposible. Antes de contar una conexión en condiciones dejaba el ordenador trabajando por la noche, lo que me obligaba a sobre planificar mi trabajo”.

Con una conexión de calidad, tampoco prevé que sea necesario cambiar de ubicación, porque trabajar en remoto le permite tener la vida profesional y familiar que quiere. “Partir en igualdad de condiciones respecto de otros profesionales ha hecho que la posibilidad de estar aquí dependa de mi capacidad y no de mis circunstancias”. Y subraya que una conexión de calidad tiene la misma importancia que tenía la luz, el agua y la carretera para las generaciones anteriores: “No es una cuestión a tener en cuenta, es que es imprescindible, cuando no obligatoria”.

El cambio que ha supuesto una red fiable ha hecho, asegura, que desarrolladores web y gente del marketing que ni siquiera se planteaban trabajar desde los pueblos, o gente que está enamorada de esta tierra pero veía imposible vivir en el interior de Cantabria, se hayan quedado. Considera que no es el único factor para evitar el éxodo rural, pero sí uno de los más importantes: “Está al nivel de la educación, la sanidad y la vivienda. Para los modelos actuales es el equivalente a tener una nave en un polígono industrial, un horno en una panadería, o el símil que se quiera buscar. Si no tienes un local no puedes abrir una tienda, si no tienes conexión a internet no puedes trabajar, es así de rotundo”.